El paso al costado de Merkel
Figura política clave de la Unión Europea en los últimos años, Angela Merkel mantuvo en sus manos, con equilibrio y firmeza, el timón político de su país y el del Viejo Continente. Después de sufrir un par de derrotas electorales internas, Merkel decidió alejarse de su conducción y anunció que permanecería en lo más alto del poder político alemán, como canciller, hasta 2021, cuando concluye su cuarto mandato consecutivo.
Las recientes elecciones internas de la Unión Cristiana Democrática (UCD) mostraron divisiones. Por una parte, los centristas pragmáticos, liderados ahora por Annegret Kramp-Karrenbauer, probable heredera de Merkel, frente a los conducidos por dos políticos conservadores: Friedrich Merz y Jens Spahn. Ambas facciones parecen tener un peso relativo similar con solo un puñado de votos de diferencia.
Para asegurar que el rumbo político y económico de Alemania se mantenga sería positivo que el partido de gobierno no mostrara internamente una grieta profunda. Esto resulta fundamental cuando la UCD enfrenta la necesidad de recuperar su disminuida popularidad. En 2017, la UCD y sus aliados hicieron su peor elección desde 1949 en los comicios del Parlamento Federal alemán, como consecuencia de que un millón de sus votos se fugaron hacia la extrema derecha, en repudio a la política inmigratoria prohijada por Merkel desde 2015.
Después de 18 años de liderazgo de esa dirigente, ha llegado la hora de renovar la cúpula partidaria. Kramp-Karrenbauer representa continuidad y prudencia. De cara a una Europa convulsionada y a un mundo impredecible, ambas virtudes son necesarias. La primera tarea de la nueva conducción de la UCD estará vinculada con la delicada cuestión del asilo político y humanitario para los inmigrantes. La segunda es la que tiene que ver con el acuciante tema de la seguridad y el terrorismo que mantiene a la sociedad alemana en un justificado estado de alerta.