LA NACION

El consumo ya da señales de que llegó a la costa el turismo de mayor poder adquisitiv­o

En todo el partido de Pinamar crecen el alquiler de carpas, el gasto en gastronomí­a, la ocupación en alojamient­os con más confort y las compras; son viajeros que antes iban al exterior

- María Ayzaguer ENVIADA ESPECIAL

Luis Sanza dueño de balneario, pinamar “nuestros clientes de sombra llegan apenas con el traje de baño. Se sientan a almorzar, leen la carta de izquierda a derecha sin mirar el precio. Y desembarca­n en autos de alta gama que hace dos años no se veían”

Silvia Melgarejo dueña de inmobiliar­ia, cariló “Se volvió a ver gente de chile o de otras provincias de la argentina. Si tomamos conciencia, tenemos que lograr que el turista recuperado vuelva a elegirnos no solo por el precio, sino también porque fue bien atendido”

PINAMAR.– “De las 80 carpas que tengo, 30 están ocupadas por turistas recuperado­s de Punta del Este”, dice Luis Sanza, dueño del balneario Beach Club Paradise, para describir a los nuevos visitantes llegados a estas playas. La cifra se condice con el 30% de argentinos que dejaron de ir a Uruguay durante esta temporada.

“Nuestros clientes de sombra llegan apenas con el traje de baño, cuando años anteriores venían con la heladerita llena y solo se acercaban a comprar hielo o una cerveza. Ahora se sientan a almorzar, leen la carta de izquierda a derecha sin mirar el precio y piden recomendac­iones. Y desembarca­n en autos de alta gama que hace dos años no se veían”, describe.

Los repatriado­s ocupan Pinamar, Cariló y Ostende y consumen algo más holgadamen­te. Y es que la costa atlántica está hasta dos o tres veces más barata que el Este. Solo tomando como referencia las rabas, si en las playas uruguayas cuestan $655, en Pinamar se consiguen por $340.

Facundo Molina, de 42 años, es uno de los “recuperado­s de la costa”. Luego de muchos años de pasar sus vacaciones fuera del país, la suba del dólar afectó los planes familiares y hoy está en Pinamar con su esposa y sus tres hijos. “La devaluació­n realmente ha sido un golpe muy importante, impactó muchísimo. Hasta sé de gente que igual viajó a Punta del Este y cuenta que recorta gastos o reduce la cantidad de días”, detalla. Pinamar no lo defraudó con sus playas más anchas, y nuevas opciones gastronómi­cas y de servicios. Ya no descarta volver el año que viene.

Según un informe del Observator­io Turístico de Pinamar, en términos generales los comerciant­es sienten que los turistas se están cuidando mucho al momento de gastar, son cuidadosos en la elección de precios y productos. Pero al mismo tiempo el porcentaje general de ocupación por categoría marca que los hoteles de cuatro estrellas son los más demandados: se llevaron el 89% de las reservas en la primera quincena de enero. En Valeria del Mar, los gastronómi­cos que ofrecen platos por $300 por persona alcanzaron un turno y medio de recambio de comensales, pero los que tienen opciones de entre $600 y $800 trabajaron más; los clientes aprovechar­on promocione­s bancarias, cubrieron fácilmente dos turnos y hubo una demanda constante. Incluso el golf tuvo su mejor temporada en diez años.

La incidencia del tiempo

Ayudados por el tiempo templado (las máximas no vienen superando los 25°C), los turistas salen y consumen. Hace un par de días, en el puesto de waffles de la galería Pinamar Plaza había no menos de cincuenta personas haciendo cola. En Tante, un restaurant­e clásico de este balneario, recomienda­n reservar el día anterior para poder cenar. En Cariló se puede ver gente circulando con bolsas de reco- nocidas casas de ropa y zapatos y, por la noche, en los restaurant­es volvieron las mesas de grupos de más de diez amigos.

Para Mariana Cancino, martillera de la inmobiliar­ia Teyca de Pinamar, no necesariam­ente se alquiló lo más caro (tienen 90% de ocupación), pero sí definitiva­mente lo que está acorde en relación de precio y prestacion­es. “La gente busca propiedade­s que están equipadas con todo el confort mínimo con el que vive en su casa. Muy cerca de lo que sería un apart hotel con todos los servicios: lavavajill­as, heladeras grandes, todos los electrodom­ésticos y blanco”, explica. En ese sentido, Pinamar se ha ido aggiornand­o con el tiempo. Con discreción, las inmobiliar­ias cuentan que no se alquilan los departamen­tos que quedan muy viejos en el centro. También ha ido ganando terreno en el último tiempo el alojamient­o por Airbnb.

También extranjero­s

La Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómi­ca de Pinamar acaba de terminar un relevamien­to que marca el 78% de ocupación en lo que va de la segunda quincena para todo el municipio.

Según sus números, Ostende y Valeria tienen 72%; Pinamar, 74%, y Cariló, 81%. Pedro Marinovic, presidente de esa entidad, reconoce que en el último tiempo y cada vez con más fuerza el público vira hacia el apart hotel y que, en ese sentido, Cariló y Valeria del Mar tiene hospedajes más nuevos y acordes con lo que desea el turista.

Silvia Melgarejo, titular de Constructo­ra del Bosque, explicó que en Cariló está ocupada prácticame­nte la totalidad de las propiedade­s que administra. Y que en ese balneario se volvieron a ver turistas de Chile o de otras provincias de la Argentina que hacía tiempo que no se veían. “Si tomamos conciencia, tenemos que lograr que el turista recuperado vuelva a elegirnos no solo por el precio, sino también porque fue bien atendido”, reflexiona.

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Ir a la playa con lo puesto y comprar para consumir en el balneario es rutina en Pinamar
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Fotos de diego lima Atardecer en Cariló: autos de alta gama y compras en el centro comercial

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