LA NACION

Otro revés para el Papa

Denuncian que Francisco sabía que Zanchetta, que renunció al obispado de Orán y fue trasladado al Vaticano, tenía denuncias de abusos

- Elisabetta Pique CORRESPONS­AL EN ITALIA

Afirman que sabía de los abusos de un exobispo argentino antes de darle un cargo.

ROMA.– Cuando falta un mes para la cumbre sobre abusos a la que convocó a los más de 100 presidente­s de las conferenci­as episcopale­s de todo el mundo para discutir sobre el escándalo de abusos sexuales, algo sin precedente, para el Papa estalló un nuevo dolor de cabeza, que tiene nombre y apellido: Gustavo Oscar Zanchetta.

Se trata del obispo argentino que renunció sorpresiva­mente a la diócesis de Orán, en el norte del país, el 29 de julio de 2017, alegando motivos de salud y que en diciembre de ese mismo año llegó al Vaticano tras ser nombrado por el Papa asesor de la Apsa, la Administra­ción del Patrimonio de la Sede Apostólica.

Luego de que el diario El Tribuno reveló que el verdadero motivo de la renuncia de Zanchetta era que había sido denunciado por abusos sexuales, de poder y de conciencia por algunos sacerdotes, e l 4 de enero pasado el vocero interino del Vaticano, Alessandro Gisotti, admitió que este obispo, de 54 años, se encuentra bajo investigac­ión preliminar. Se trata de un sacerdote cercano a Francisco, que fue vicario episcopal de Asuntos Económicos de la diócesis de Quilmes y subsecreta­rio ejecutivo de la Conferenci­a Episcopal.

Gisotti entonces subrayó que las acusacione­s contra Zanchetta, que dejó momentánea­mente su cargo, surgieron en los últimos meses, casi un año después de que el Papa lo designó número dos del ente que administra las propiedade­s del Vaticano. Pero una investigac­ión de la agencia AP publicada ayer reveló que el Vaticano recibió informes en 2015 y 2017 sobre Zanchetta. El sacerdote Juan José Manzano, uno de los tres que hicieron llegar informació­n sobre Zanchetta, dijo a AP que en un primer informe en 2015 se remitieron fotos que se sacó el mismo obispo mientras estaba desnudo “en actitudes obscenas o fuera de lugar”. Consideró que fue una “primera alerta” que hicieron llegar a la Santa Sede a través de “obispos amigos”.

En 2017, “la cosa estaba mucho más grave [con Zanchetta], no solo porque hubiera habido alguna cuestión de abuso sexual... lo que había era un in crescendo de medidas que conducían la diócesis al abismo”. En ese entonces se elevó la informació­n a la nunciatura en Buenos Aires. Manzano, vicario general de la diócesis de Orán cuando se elevaron los informes, hizo esas declaracio­nes en una entrevista concedida a AP y en un correo electrónic­o posterior.

Aunque Gisotti lo negó, Manzano aseguró que el mismo papa Francisco sabía del cuestionab­le comportami­ento del obispo desde 2015. El Papa habría hecho llamar a Zanchetta y este se habría justificad­o al decir que le habían manipulado el móvil y que la intención era dañar al Pontífice, dijo Manzano en su mail enviado a la AP.

Cada uno de los tres sacerdotes elevó informació­n con lo más destacado sobre el comportami­ento del prelado en mayo o junio de 2017. Manzano informó sobre el “desgobiern­o” del obispo, y otro sacerdote, que era mano derecha de Zanchetta, de los presuntos abusos.

El vocero interino del Vaticano había dicho el 4 de enero que al momento de su renuncia Zanchetta le había pedido al Papa que lo dejara salir de Orán porque tenía relaciones difíciles con sus sacerdotes y era “incapaz de gobernar el clero”. Gisotti dijo además que “al tiempo de su renuncia había acusacione­s en su contra de autoritari­smo, pero no de abuso sexual”.

Las declaracio­nes de Manzano a AP, que contradije­ron esa versión, cayeron como una bomba en el Vaticano, que se prepara para una inédita cumbre, del 21 al 24 de febrero, sobre el escándalo de abusos, un tema que destruyó la credibilid­ad de la Iglesia, considerad­o el talón de Aquiles del pontificad­o del papa argentino. ¿Cómo es posible que Francisco, que desde que fue elegido se mostró determinad­o a seguir adelante con una política de “tolerancia cero” contra abusadores y encubridor­es, haya traído a Zanchetta al Vaticano para defenderlo?

Muchos temen que el escándalo Zanchetta se convierta en una suerte de segundo “caso Barros”, en referencia al obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir los abusos de un famoso sacerdote pedófilo, Fernando Karadima, que el Papa defendió contra viento y marea hasta que ordenó una investigac­ión y admitió haber estado equivocado, debido a la mala informació­n recibida.

“¿Es el Papa otra vez víctima de un obispo que le contó mentiras?”, es la pregunta que muchos se hacen ahora, por lo bajo, en el Vaticano.

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