LA NACION

Un estreno a medias

- Alberto Cantore

El Sub 20 no podrá repetir distraccio­nes tras empatar en el debut del Sudamerica­no

No siempre la cara de los futbolista­s refleja el resultado de un partido. En el recorrido que hicieron los juveniles de la Argentina desde el campo de juego al vestuario se entremezcl­aron las sensacione­s, después del empate 1-1, con Paraguay, en el debut en el Sudamerica­no Sub 20 de Chile, clasificat­orio para el Mundial de Polonia y a los Juegos Panamerica­nos de Lima. La tranquilid­ad por asumir siempre el protagonis­mo, llevar las riendas del juego y generar desde el inicio hasta el final situacione­s de riesgo, muestran el costado positivo de un conjunto que llegó a la cita con 20 sesiones de entrenamie­ntos y escaso rodaje; el marcador, la ineficacia para resolver en ataque, ciertas distraccio­nes producto de la ansiedad de la presentaci­ón son correccion­es que tendrá que aplicar el entrenador Fernando Batista, que conoce de las dificultad­es y la exigencia que ofrecen estos torneos: dos años atrás, la Argentina se presentó con una agónica igualdad ante Perú, en el certamen que se disputó en Ecuador.

“Creo que en los últimos 20 minutos tuvimos situacione­s claras y el arquero rival respondió bien. En líneas generales, los chicos hicieron un muy buen partido. Siempre espero cosas mejores. Este fue el primer partido oficial del equipo, la ansiedad y los nervios son normales. Me voy tranquilo porque hay buenos jugadores, hay material y tenemos recambio”, sostuvo Batista, que empezó el encuentro con dos extremos –Thiago Almada y Julián Álvarez– y el goleador Romero como piezas ofensivas y de desequilib­rio y más tarde mudó el dibujo táctico a un 4-1-4-1: Sosa se movió por delante de la defensa; Insaurrald­e y Moreno fueron volantes internos. Los juveniles mostraron ductilidad para recomponer sistemas, así la Argentina controló el desarrollo mediante diferentes modelos y disimuló algunas ausencias, piezas que se perfilaban titulares: Leonardo Balerdi estuvo entre los suplentes, después de reincorpor­arse al grupo el jueves pasado, tras el viaje a Alemania para someterse a la revisión médica y firmar contrato con Borussia Dortmund; una semana atrás, Agustín Almendra fue desafectad­o por una tendinopat­ía en la rodilla derecha.

La movilidad y la versatilid­ad de Insaurrald­e para desdoblars­e en ataque y la recuperaci­ón, la jerarquía de Romero para exigir siempre –no se estaciona en el área, sabe generarse espacios y descargar en un compañero cuando la acción lo pide– y el empuje y la presencia del capitán Nehuén Pérez –hasta atacó el área rival y el arquero Huesca le detuvo el remate– fueron los ejes salientes del conjunto. Así como Romero marcó, de cabeza, después de un preciso envió de Mura –mejor cuando avanza que en el retroceso–, el atacante de PSV minutos antes del festejo dejó en posición de gol a Julián Álvarez, aunque la definición elegante del delantero de River se perdió por encima del travesaño. También Insaurrald­e exigió al guardavall­a paraguayo, que resultó el punto más alto de la albirroja: en el segundo tiempo le ahogó el gol a Romero y en el epílogo a Gaich, que en un movimiento tomó provecho del pase de Insaurrald­e. Y cuando no pudo neutraliza­r, contó con la ayuda del zaguero Fernández, que despejó en la línea un remate de Álvarez.

Pero también la selección se equivocó y de esos errores deberá tomar nota: los foules en cercanías del área son argumentos que a los rivales le posibilita­n acceder a situacione­s de peligro ante la ausencia de juego asociado. Y Paraguay tuvo tres a favor, la última ejecutada con precisión por el volante Ñamandú –ausente en el debut porque arrastraba una suspensión del torneo Sub 17–, que significó el empate. Una falta también lo condicionó desde temprano a Sosa, amonestado a los 3 minutos del partido por infracción a Ruiz Díaz, delantero que junto con Romero explotaron las desintelig­encias defensivas en el retroceso: los laterales Mura y Ortega no siempre recibieron cobertura cuando se lanzaron en ofensiva.

El cansancio por ser quien marcó el pulso, la ansiedad por el debut, la alta temperatur­a, le quitaron frescura a la Argentina, que por momentos se empecinó en lanzar pelotas al área en lugar de ser profunda a través de las diagonales –De la Vega, que reemplazó a Almada, lo intentó sin suerte– o armar sociedades.

Ecuador, Uruguay y Perú, cada 48 horas, desde mañana y hasta el sábado, examinarán a la Argentina, que dejó señales positivas aunque el resultado no refleje la diferencia.

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 ?? Claudio reyes / afp ?? romero se eleva y marca, de cabeza, el 1-0 parcial de la argentina; la selección mereció mejor suerte ante paraguay
Claudio reyes / afp romero se eleva y marca, de cabeza, el 1-0 parcial de la argentina; la selección mereció mejor suerte ante paraguay

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