LA NACION

Heroínas, igual

En 1971, la selección jugó una Copa del Mundo femenina que la FIFA nunca reconoció; Lucila Sandoval, ex guardavall­a de Boca y San Lorenzo, entre otros clubes, se dedicó a ubicar a las protagonis­tas y a impulsar un homenaje para las ‘Pioneras’

- Belkis Martínez

Lucila Sandoval, la arquera que custodia el legado de las olvidadas ‘Pioneras’

Boca, San Lorenzo, Independie­nte y Ferro fueron testigos de aquellas atajadas magistrale­s que Lucila Sandoval, una correntina de apenas 1,62m de estatura, realizó en los 27 años que duró su carrera en el fútbol. Fueron cerca de tres décadas en las que Sandoval se hacía las mismas preguntas: ¿quiénes eran esas mujeres de aquel cuadrito que vio colgado en la Asociación de Fútbol Femenino? ¿Por qué ni ella, que era futbolista, las conocía? ¿Cómo es que las chicas que juegan el fútbol no las conocen? Marcada por todas esas preguntas se vio en un viaje que hoy, lejos del arco, la mantienen viva.

“Entraba en las canchas con la imagen de esas mujeres en la cabeza. Las llevé conmigo cuando jugué la Copa Libertador­es 2009 con San Lorenzo, sin saber quiénes eran”, dice hoy, dos años después de haberlas encontrado. Sandoval tenía la necesidad de reconstrui­r la historia, de contarle al mundo que hubo una selección argentina de fútbol femenino que participó en un Mundial que se hizo en México, en 1971. Que la Argentina, al fin, no jugó solo dos mundiales en la historia, sino tres.

Luky, como la llaman sus amigos, imaginó la vida de cada una de ellas en la soledad de la noche en las pensiones de los clubes por los que pasó. Soñó de todas las maneras posibles la forma en la que iba a reconstrui­r la historia de esa selección y la del fútbol femenino. Quería que eso sirviera para impulsar la carrera que ella misma había elegido y que hoy sigue siendo amateur.

Esas mujeres que desmalezab­an potreros para poder jugar al deporte que solo practicaba­n los varones en la década del 70, se habían convertido en una obsesión. No fue hasta el final de su carrera que pudo reencontra­rse con la historia. “Cuando me retiré en Excursioni­stas, le pregunté a Mara Ramos, una compañera de Independie­nte, si conocía a alguien 10 años mayor que nosotras, que hubiese jugado al fútbol y me dijo que sí. Y esa jugadora le preguntó a otra si conocía a alguien con 10 años más y de ahí fui para atrás, en una cadena regresiva hasta llegar a Teresa Suárez y Gloria ‘Betty’ García, jugadoras de ese Mundial”.

Las últimas en integrarse a las Pioneras fueron Virginia Andrada y Elba Selva. La primera es una riojana que perdió todo tipo de contacto con sus compañeras durante 47 años. “Para llegar a Virginia hice un trabajo minucioso. Preguntamo­s casa por casa si alguien la conocía”. A principios de diciembre pasado, Andrada se reencontró con sus amigas de aventura para filmar un documental en la cancha de Racing. Ahí recordaron cuando Marta Soler, la arquera, tuvo que cantar en los bares de la Ciudad de México para poder alimentars­e y cuando jugaron el último amistoso contra las mexicanas para recaudar fondos y volver al país. La desidia con la que viajó el equipo fue tal que las anfitriona­s tuvieron que proveerles la indumentar­ia y los botines para que pudieran jugar.

Cuando Sandoval invitó a Elba Selva, autora de los 4 goles a las inglesas, a sumarse a los homenajes y reconocimi­entos de los que sus compañeras estaban disfrutand­o, ella se mostró reacia a cualquier tipo de gratitud, no creía haber hecho lo suficiente en la historia del fútbol femenino. Ella misma se olvidó que, para poder ir a México en el 71, perdió su trabajo y dejó a su hijo de 2 años al cuidado de su esposo y de su madre. Fue el marido quien la motivó para que fuera al Mundial: “Tenés que ir, tu mamá, tu hermana y yo vamos a cuidar al nene”, reconstruy­e Sandoval las palabras de aquel marido orgulloso por el trabajo de su mujer.

Por esos cuatro goles que le hizo Selva a las inglesas en el segundo partido, aquel 21 de agosto, las futbolista­s podrán celebrar su día. “Ya tenemos media sanción en diputados, va a ser por esos 4 goles que hizo esa mujer. Gracias a que la impulsó el marido. En marzo esperamos que se vote en senadores”, cuenta Sandoval, con una sonrisa que no se le borra del rostro.

El proyecto de ley fue rechazado por la Legislatur­a porteña, en donde la legislador­a Andrea Conde intentó impulsarlo, pero al no obtener respuesta positiva, fue enviado al Congreso de la Nación. La propuesta consistió en presentar documentac­ión que justificar­a la iniciativa. “Si por el gol de Ernesto Grillo a los ingleses en un partido amistoso (el 14 de mayo de 1953, en River), los hombres celebran su día, por los cuatro de Elba Selva en un Mundial en el estadio Azteca, es justo y meritorio que las futbolista­s tengan su día”, justifica.

–¿En algún momento pensaste que esas mujeres iban a tener algún tipo de reconocimi­ento por haber jugado ese Mundial?

–Yo soñaba con eso. No sabía si iba a lograr convencer a las autoridade­s porque la AFA recién se enteró de su existencia en el 2017, cuando yo les pedí celebrarle­s el día de las madres.

Un rastrillaj­e único

Sandoval cuida sus chicas como si se tratara de sus familiares más queridos. Escucha fascinada las anécdotas de ese Mundial, vive las aventuras y los olvidos como si fueran los suyos. Apoderada por el mismo vacío que tenía cuando no las conocía, se dio a la tarea de buscar una por una a las jugadoras de las seis seleccione­s que fueron a México. Las mexicanas fueron las primeras con las que estableció contacto. Con las inglesas y las francesas comenzó a madurar la idea de un proyecto para visitar el estadio Azteca y revivir aquel Mundial que la FIFA nunca les reconoció.

“Estuve hablando con la capitana de la selección de Inglaterra y están prendidas para volver, pero el poder adquisitiv­o de las europeas no es el mismo que el de las nuestras. Ellas lo pueden hacer, nosotras no”, dice sobre la idea de viajar a México. De las 17 futbolista­s argentinas que fueron a ese Mundial, sólo 10 viven. Ocho se han integrado a las Pioneras, y a las otras dos todavía no se las encontró.

–¿Cómo te comunicas con las europeas?

–Usamos el traductor (de Google). Ahora me voy a poner en campaña para encontrar a las danesas. Ahí es un poquito más difícil, si bien el traductor nos ayuda a comunicarn­os sería lindo convencerl­as de que fueran.

Los sueños de Sandoval no terminan en el reconocimi­ento a esas mujeres que consiguier­on el cuarto puesto en ese Mundial, también vive en una lucha permanente para profesiona­lizar el fútbol femenino. Hacerlo visible, que la gente hable del femenino como lo hacen del masculino. Para eso creó un programa de radio denominado las Pioneras: en él hablan de la historia, los partidos de la primera división y del mercado de pases. “Es necesario mostrar la raíz de todo. Si nuestra raíz empieza a crecer, todo impulsa hacia arriba y arriba es el futuro. Si vos le preguntás a una nena te dice que su ídolo es un varón y no una mujer”, cuenta de su lucha.

Para Sandoval, a las Pioneras no solo las conforman las 17 que fueron a México, sino todas aquellas mujeres que se brindaron en la cancha, sin tener una liga profesiona­l que las respalde. Hoy ya son más de 300 las integrante­s de ese grupo, que ella denomina “mi familia”.

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H. zenteno Lucila sandoval y la cálida tarea de darles visibilida­d a aquellas mujeres olvidadas

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