LA NACION

El emotivo regreso de Mohamed no alcanzó para cortar la racha

Tras la muerte de su madre, el ‘Turco’ abrió su cuarto ciclo en un clásico que el Globo no gana como visitante desde 2001

- Fernando Vergara

Antonio Mohamed vivió una semana muy especial. Llegó golpeado a su nuevo estreno como director técnico de Huracán, el club que lo vio nacer y del cual es un ídolo: hace apenas un par de días falleció su madre, Norma Matijevich. Sin embargo, el ‘Turco’ no quiso faltar en el inicio de su cuarto ciclo como entrenador del Globo, justamente en el clásico de barrio más grande del mundo, ante San Lorenzo.

Vestido de traje azul a tono con una camisa y pañuelo blanco, y con zapatillas blancas y negras –fue tendencia en las redes sociales–, el DT de 48 años retornó al equipo de sus amores para reemplazar a Gustavo Alfaro. Ayer, apenas entró en la cancha, el ‘Turco’ fue saludado con un abrazo efusivo por el capitán azulgrana, Nicolás Blandi. Mohamed vivió el partido con intensidad, casi siempre de pie y ubicado al borde del terreno de juego del Nuevo Gasómetro.

Se quedó Mohamed con un sabor amargo tras el clásico de barrio. Su equipo nunca logró imponerse y tampoco aprovechó la expulsión del defensor Fabricio Coloccini, a los 32 minutos del primer tiempo. Huracán se preparó para salir velozmente de contragolp­e, pero a sus jugadores les costó conectarse y las distancias le quedaron siempre muy largas. En general, tuvo poco la pelota y le cedió el protagonis­mo a su adversario.

Lo mejor del equipo visitante se vio en la seguridad que aportó el paraguayo Antony Silva, el sustituto de Marcos Díaz. El ex arquero de Cerro Porteño exhibió guapeza, fue determinan­te y nunca se encogió. Algo similar sucedió con su compatriot­a Saúl Salcedo, siempre firme en la última línea. En el mediocampo, el más criterioso resultó iván Rossi. Y en la delantera, el Globo mostró la misma impericia que su rival y se topó con las atajadas del debutante arquero Fernando Monetti.

En el segundo tiempo mejoró el elenco de Parque de los Patricios con la entrada de un emblema como Patricio Toranzo, rápido para las combinacio­nes. Pero no alcanzó para Mohamed. Sigue sin ganar Huracán en el Nuevo Gasómetro. La única y última vez que superó al eterno rival en ese estadio fue en diciembre de 2001. Aquella vez, San Lorenzo, que se preparaba para la final de la Copa Mercosur, preservó a varios de sus titulares. Miguel Ángel Brindisi, por entonces entrenador del Globo, acertó con la apuesta por el juvenil Emanuel Villa, quien definió el clásico tras una buena jugada de ‘Lucho’ González. Pero ayer, Huracán se llevó un empate con gusto a poco.

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