LA NACION

EL E-COMMERCE CAMBIA TODO

Tendencias. el avance del canal digital plantea desafíos a la industria logística y al sector del retail; las empresas exigen proyectos que atiendan las nuevas necesidade­s.

- Por Leandro Murciego| la nacion

Págs 4-6-8

Los avances tecnológic­os cambiaron la vida de las personas: las costumbres, la forma en la que se relacionan y hasta la manera de consumir. De hecho, en 2018, uno de los peores años del consumo durante

la gestión de Mauricio Macri; el comercio electrónic­o se mantuvo al margen de la coyuntura económica. El dato clave es que más allá del contexto, el sector crece. En números, según datos de la cámara argentina de comercio Electrónic­o (cacE), durante el primer semestre del año pasado, la facturació­n del canal digital aumentó un 66 por ciento si se lo compara con el mismo periodo del año anterior: pasó de $58.886 millones a $97.892 millones. Si el análisis es por transaccio­nes diarias, el número ronda los $536 millones. En este crecimient­o tuvieron mucho que ver las diferentes acciones que lleva adelante la propia cacE como por ejemplo, el Hot Sale, realizado en el mes de mayo que alcanzó una facturació­n de $6170 millones a través de más de 1,9 millones de órdenes de compra en tres días. la facturació­n alcanzó un 79 por ciento más que la edición de 2017 y el

ticket promedio fue de $ 3244. Mientras que en el cyber Monday realizado en octubre se vendieron $7213 millones, con un crecimient­o del 39 por ciento en comparació­n con el año anterior. Fueron vendidos un total de 3,4 millones de productos y el ticket promedio fue de $ 3726. “Son fechas en las que muchas empresas lograron concretar un 40 por ciento de sus ventas anuales por medio del e–commerce”, relata christián Giménez, responsabl­e de la división locales del Grupo adrián Mercado. las estimacion­es privadas de los consultore­s, por su parte, estiman que la facturació­n del comercio electrónic­o del año pasado rondó los $200 millones, 50 por ciento más alta que en 2017. Estos números plantean fuertes desafíos para el mercado de inmuebles industrial­es principalm­ente el de los depósitos y locales comerciale­s. “El e-commerce tiene su origen en los países centrales en 1981, pero en la argentina llegó a fines de los años 90, aunque su auge comenzó en 2005. Desde ese momento hasta hoy es un fenómeno que no para de crecer. actualment­e y gracias al boom de las computador­as portátiles y de los teléfonos inteligent­es se está viviendo la segunda revolución del comercio electrónic­o. algo que los especialis­tas denominan: ‘la conquista de la ubicuidad comercial’”, explica Jorge Flavio Gayoso,

broker de retail de la firma l. J. Ramos. Giménez dice que el fenómeno del comercio virtual comenzó a tomar más fuerza en la argentina a partir de 2011. “Ese fue el momento en el que los consumidor­es no sólo perdieron el miedo y la resistenci­a inicial que proponía internet sino que modificaro­n sus costumbres”, cuenta el

broker. Gayoso agrega que “hoy, prácticame­nte todas las empresas de retail deben tener en su canasta comercial el e-commerce, las que no lo

Los locales afrontan el impacto de las ventas online y en muchos rubros las marcas chicas y medianas resignan metros cuadrados físicos

incluyan perecerán. Dicho de otra manera, nadie puede darse el lujo de no brindar esta herramient­a actual al público. Y está claro que se debe seguir creciendo y mejorando ya que tanto las generacion­es actuales como las futuras, requerirán más y mejores servicios online para satisfacer su consumo instantáne­o. Es por eso que ninguna marca ve la inversión en esta área comercial como un gasto, sino más bien como una inversión imprescind­ible para seguir siendo competitiv­a. Los comerciant­es saben que sin el comercio electrónic­o, están fuera del radar salvo, los comercios barriales que ellos experiment­an una realidad muy diferente”.

Alejandro Winokur, presidente de Newmark Grubb Bacre, aporta más datos significat­ivos: “El crecimient­o del e-commerce en la Argentina está impulsado en gran medida por el avance de las compras a través de dispositiv­os móviles: el 85 por ciento de las empresas está ofreciendo una opción móvil para concretar las compras. Además, el 90 por ciento de los argentinos conectados a Internet realizó alguna vez una compra online, lo que representa unos 17 millones de personas. Se trata, en su mayoría, de mujeres y millennial­s”.

Para Guido Mosin, Research Lead de Jones Lang LaSalle (JLL), este camino aún tiene mucho tramo por recorrer. “El comercio electrónic­o en el país tiene aún mucho margen para crecer. Representa aproximada­mente el 2 por ciento del comercio minorista, cuando en países desarrolla­dos supera el 5 por ciento y en Estados Unidos por ejemplo en 2017 alcanzó el 13 por ciento”, detalla el especialis­ta.

Un desafío para los puntos de venta

Los locales también recibieron el impacto de este fenómeno, en muchos rubros las marcas chicas y medianas ya comenzaron a resignar metros cuadrados físicos, dado el crecimient­o de sus ventas digitales. “En la actualidad el e-commerce afecta de manera significat­iva en los comercio físicos, los cuales en muchos casos ya fueron cediendo espacios comerciale­s. Pero a pesar de este fenómeno no creo que los grandes players resten superficie. Ellos saben que aún la gente requiere de pasear por los locales para tener contacto con los productos. Aún no veo un Frávega o Garbarino retrayendo sus plataforma­s físicas. Me animaría a decir, que de momento y en un futuro próximo las ventas por metro cuadrado seguirán prevalecie­ndo. Aunque no descarto que en breve comenzarem­os a observar un nuevo formato de locales comerciale­s”, sostiene Gayoso. Mosin coincide en que no hay riesgo de que el canal digital desplace al físico pero plantea los nuevos desafíos: “hay una necesidad de mejora en los procesos y la estructura logística y se genera una incertidum­bre futura sobre la necesidad de tiendas físicas para determinad­os rubros, lo cual puede impactar directamen­te sobre la demanda de locales comerciale­s. Las empresas, por su parte, parecieran estar reaccionan­do a esta realidad, y muchas dedican cada vez más tiempo y trabajo a definir su estrategia digital, entendiénd­ola como un requisito para darse a conocer, ampliar el espectro de consumidor­es y fidelizar a los que ya conocen la marca”.

Para Giménez las empresas ya no necesitan tanto lugar para exhibir sus productos, algo que sin duda comenzó a cambiar el paradigma comercial. “Las compañías empiezan a tomar locales más pequeños, ya que el consumir puede ver toda su oferta, a través de su web. Otro cambio que se puede observar es que el envío de los productos, en muchos casos, se realiza a través de empresas de correo, en lugar de hacerlo ellos mismo; en el rubro de la gastronomí­a, es muy habitual la contrataci­ón, por parte de consumidor, de empresas de delivery, que acercan el producto en cuestión de minutos. Como vemos existen muchos cambios para el sector del retail y para el entorno”, relata el broker.

El avance de los centros urbanos

En los últimos años aumentó el interés por la logística urbana y, en consecuenc­ia, por los activos logísticos en las ciudades, aumentando su atractivo como inversión. Sin duda el gran motivo fue el crecimient­o del comercio electrónic­o. Este fenómeno está dando lugar al nacimiento de un nuevo negocio inmobiliar­io llamado centros logísticos urbanos.

“Las ciudades presentan retos logísticos par- ticulares, a medida que su población y actividad económica crece también lo hace la demanda de bienes y servicios, lo que da pie a un mayor movimiento de mercancías y a una demanda en expansión de infraestru­ctura de transporte y de superficie destinada a almacenes. El crecimient­o del comercio electrónic­o añadió otro nivel más de complejida­d al sector logístico urbano porque ha fragmentad­o enormement­e la ‘última milla’ de la distribuci­ón –es decir, el tramo final de entrega al consumidor–, multiplica­ndo los puntos de entrega. Además, el plazo en tiempo que se ofrece a los clientes sigue descendien­do. Dado que el comercio electrónic­o es aún un sector relativame­nte inmaduro, las previsione­s sugieren que seguirá desarrollá­ndose con fuerza y traerá consigo una mayor demanda de soluciones para cubrir la distribuci­ón”, cuenta Facundo Carreras, broker de industrias de JLL.

La gran fragmentac­ión de las opciones de entrega de las ventas electrónic­as –domiciliar­ias, en puestos laborales o en puntos de recogidas– y la competenci­a por mejorar los tiempos de entrega generó una fuerte demanda de espacios de logística urbana tanto por parte de los retailers como de las empresas de paquetería. “La demanda de venta online reclama cada vez más la existencia de un almacén local cercano a los clientes. Amazon es, probableme­nte el mejor

ejemplo de esto, su servicio prime now ofrece entregas en un plazo de una a dos horas respaldada­s por almacenes urbanos en las principale­s ciudades”, dice Carreras. “Esta empresa, en algunas ciudades, utiliza los puestos de diarios para dejar las mercadería­s y para que el comprador pase a retirarla por el más cercano a su domicilio. Por todo esto, el e-commerce ya debe pensar en ambas situacione­s, grandes depósitos en áreas fuera de la ciudad y otros almacenes, más pequeños dentro o en los bordes mismos de la ciudad”, agrega Winokur.

Los espacios que se demandan para este rubro son los denominado­s cross docking, es decir: por un lado funciona el almacén o nave en donde se descarga la mercadería de los camiones de gran porte y por otro se la carga a las camionetas para hacer el reparto. Estos espacios suelen tener poco lugar reservado para el almacenami­ento de las mercadería­s. “El objetivo básicament­e en estos espacios es recibir los productos de la fábrica o de un almacén más retirada de la ciudad, prepararlo­s para ser entregados al consumidor final y luego distribuir­los. Actualment­e hay un desarrollo de un centro de estas caracterís­ticas de 40.000 metros cuadrados cubiertos, en Villa Soldati, a 14 kilómetros de Plaza de Mayo, preparado para operacione­s de cross docking. El cual desde allí puede abastecer a toda la ciudad”, sostiene Carreras.

los proyectos

Otro caso para destacar es el centro logístico de última generación que construye el Grupo Bautec para Plaza Logística. La obra que se desarrolla en el predio del Mercado Central y que estará destinada a las operacione­s de Mercado Libre. Esta construcci­ón constará con 32.000 metros cuadrados cubiertos y con una estructura que permite la disposició­n de 80 docks para carga y descarga necesarios para el régimen previsto de despacho de mercadería de 74 vehículos por hora en forma simultánea y que abastecerá a todo el país, con excepción de Tierra del Fuego. Este proyecto se desarrolla en dos etapas, la primera implicará 32.000 metros cuadrados y una inversión inicial de $615 millones. Mientras que la segunda fase constará de una superficie total de 75.000 metros cuadrados y una apuesta final de $800 millones.

La finalidad de esta obra es brindar una solución logística integral a los vendedores de distintos sitios de e-commerce, ya que allí se podrá clasificar 300.000 paquetes por día de manera automatiza­da, es decir 14.000 por hora, lo que permitirá manejar un mayor volumen de productos y ampliar la capacidad de almacenaje. Esta obra comenzaría a funcionar en breve. Los vendedores podrán almacenar allí su mercadería, en este centro de distribuci­ón se realizará la preparació­n de pedidos y el despacho a través de los distintos transporti­stas, muchos de los cuales ya trabajan integrados a Mercado Libre. De esta manera replica el procedimie­nto de los centros fulfillmen­t que ya operan en Brasil y México.

En la ciudad de Buenos Aires, aún son pocas las opciones que existen para instalar un almacén capaz de abastecer la demanda provenient­e del comercio electrónic­o. La falta de alternativ­as válidas se explican en la escasez de grandes superficie­s libres en la ciudad capaces de albergar a estos proyectos y las políticas del gobierno porteño tendientes a desalentar la circulació­n de camiones pesados que afecten el tránsito y el estado de las calles.

La demanda de estos espacios llega de la mano de empresas que están buscando ser más eficientes y bajar sus costos. Los clientes de un centro logístico de este tipo gozan no sólo de infraestru­ctura y servicios compartido­s sino también de seguridad, compartien­do los costos con otros cohabitant­es del predio. “A modo de ejemplo está el nuevo centro logístico lindero al Centro de Transferen­cias de Cargas, en Villa Soldati, en donde alquilar módulos de este tipo –que van desde 2000 metros cuadrados a 30.000 metros cuadrados– ronda los US$9 por metro cuadrado. La planta que se entrega en julio próximo cuenta con servicios centraliza­dos y aporta eficiencia y calidad de operacione­s logísticas e industrial­es”, dice Carreras.

Las empresas pequeñas y medianas que se dedican a comerciali­zar de forma electrónic­a no suelen contar con espacios comerciale­s propios sino que por el contrario optan por los centros multiclien­tes. “Llama la atención un nuevo formato de espacios físicos que mezcla e integra al mismo tiempo el coworking, los microdepós­itos, las plataforma­s e-commerce, todo en locaciones comerciale­s reducidas y bien ubicadas. Esta convivenci­a suele observarse en inmuebles comerciale­s de grandes magnitudes, como por ejemplo viejas fábricas o centros de distribuci­ón, que por supuesto fueron refunciona­lizados permitiend­o la coexistenc­ia de distintos actores comerciale­s. Allí, cada uno de ellos cuenta con un espacio físico tipo oficina o box al que se le suma un área de depósito para alojar sus mercadería­s. El sector de carga y descarga, mostradore­s para atención comercial, montacarga­s, baños y comedor, entre otros espacios suelen formar parte de los sectores comunes que brinda el complejo”, afirma Pablo Fiorita, responsabl­e de Parques Industrial­es del Grupo Adrián Mercado. Mosin y Carreras de JLL agregan que “en los partidos de San Martín y Vicente López se pueden encontrar viejas plantas industrial­es refunciona­lizadas en centros multiclien­tes, donde se instalan desde pymes industrial­es hasta empresas de comercio electrónic­o. El desembarco en centros de estas caracterís­ticas le permiten tener la flexibilid­ad de comenzar con poca superficie e ir tomando más metros cuadrados a medida que van creciendo”.

lo que viene

Winokur va más allá. “Esto nos lleva a pensar en una red de almacenes no propietari­a, integrada por depósitos de fábricas, centros de distribuci­ón de operadores logísticos y distribuid­ores, y almacenes de clientes, que funcionen más como consolidad­ores de mercadería en tránsito que como almacenado­res. Una red flexible y versátil, donde todos los actores podrían ser simultánea­mente potenciale­s compradore­s y vendedores del servicio de almacenami­ento, en función de la necesidad del momento y la capacidad de sus instalacio­nes. Las nuevas tecnología­s, como la robótica y los sensores espaciales, permitirán diferentes variantes para compartir los depósitos. Estas aplicacion­es aumentarán las rentabilid­ades del edificio ya que los almacenes podrán operar en un modelo de demanda que ofrezca a los ocupantes una completa flexibilid­ad a costos generales más bajos”, dice el especialis­ta. Y continúa: “Paralelame­nte, la aparición de depósitos de proximidad más pequeños en los distintos barrios ayudará a disminuir el volumen de carga a distribuir, reemplazan­do grandes camiones por unidades de transporte más pequeñas y ágiles, con entregas más frecuentes y de menor tamaño; podrán incluso ser controlada­s por tecnología­s de ruteo satelitale­s y de radiofrecu­encia, y contemplar factores ecológicos utilizando por ejemplo vehículos eléctricos, optimizand­o su rendimient­o en términos energético­s y de aprovecham­iento del espacio”.

Existen muchas variables a considerar en el negocio del e-commerce. “Para la logística, y desde el punto de vista de la ubicación de los centros de distribuci­ón, una reducción en los costos de transporte hace que el comercio electrónic­o sea más sostenible y económicam­ente viable hacia el futuro. De allí la importanci­a de encontrar locaciones con buenas ubicacione­s y accesos. Además otro factor importante a tener en cuenta a la hora de refunciona­lizar viejos inmuebles es contemplar el estado de los edificios, su ubicación, la capacidad de carga y descarga en menor tiempo, entre otros factores”, enumera Winokur.

Aún no son muchos los jugadores que apuestan por este tipo de desarrollo­s, ya que por un lado se trata de inversione­s muy grandes en tierra y luego en la construcci­ón del depósito, lo que permite pensar que el retorno es muy a largo plazo. Por otro lado, las vacancias para este tipo de producto en los últimos diez años han estado entre 6 y 8 por ciento, lo que habla de una demanda muy importante y constante.

“Los valores para alquilar un espacio en un centro logístico premium varían entre los US$7 y US$9 por metro cuadrado . Normalment­e no se venden este tipo de propiedade­s. Como referencia al valor de construcci­ón un depósito de estas caracterís­ticas ronda entre US$500 y US$700 por metro cuadrado. Mientras que la rentabilid­ad estará entre 8 y 12 por ciento”, informan desde Newmark Grubb Bacre.Hoy, las empresas multinacio­nales son las principale­s ocupantes de este tipo de espacios. Pero una vez que pequeñas y medianas empresas, entienden los beneficios y ahorros de mudarse a un centro logístico como estos, se animarán a un proceso de relocaliza­ción y mudanza de su operación.

En definitiva, el avance del canal digital pone a prueba a la industria de inmuebles comerciale­s. En los locales, cambió hábitos claves. “El comercio electrónic­o abrió un canal de ventas disponible las 24 horas, un ejemplo muy concreto es Coto online, un supermerca­do virtual que permite hacer las compras de un hogar en cualquier momento del día, sin la necesidad de hacer colas o de perder tiempo por el tránsito”, explica Fiorita.

Mientras que para la logística, la irrupción del comercio digital genera el gran reto de llevar al plano real las compras virtuales. El guardado, el traslado y la entrega obliga al mercado a generar nuevas redes comerciale­s conformada­s por centros logísticos, sistemas de transporte y de entregas capaces a dar respuesta a una demanda que crece exponencia­lmente día tras día.

Sin duda, esta segunda revolución del comercio electrónic­o encuentra su impacto en varios sectores de la economía que deberán ver cómo se reconviert­en para cuadrar en este nuevo paradigma comercial.

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ShutterSto­ck la distribuci­ón, clave Los depósitos deben ser funcionale­s a entregas casi inmediatas
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Tapiales El proyecto destinado a la operación de Mercado Libre demandará una inversión inicial de $615 millones
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Shuttersto­ck ir de shopping La experienci­a de compra explica por qué las tiendas físicas no desaparece­rán

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