LA NACION

Maduro intenta recuperar la iniciativa con una maniobra contra el Parlamento

Tras los reveses en el frente externo, avanza con un plan para convocar a elecciones legislativ­as y debilitar así a la oposición; un hermano de Chávez advirtió que podrían “tomar los fusiles”

- Daniel Lozano

CARACAS.– “Mire, señor [Juan] Guaidó, usted no escuchó el silbido de una bala cerca, no sabe qué se siente cuando una bala pega a tres centímetro­s”. Diosdado Cabello, número dos de la revolución bolivarian­a, no se ahorró ni siquiera las amenazas contra el presidente encargado de Venezuela en la ofensiva que el chavismo ha puesto en marcha para recuperar la iniciativa política perdida luego de un mes a la deriva.

La amenaza de golpe inminente contra el Parlamento –controlado por la oposición–; los intentos de forzar un diálogo con aroma a trampa; los llamados bélicos recubierto­s de mensajes de paz, y la recolecció­n de firmas para esconder el escaso apoyo popular en las calles asoman con brío en la agenda revolucion­aria, que también ha cargado de “explosivos” propagandí­sticos su “artillería del pensamient­o”.

“A la hora de tomar la decisión no nos va a temblar el pulso”, adelantó Cabello, también presidente de la Asamblea Nacional Constituye­nte (ANC), que confirmó la creación de una comisión para convocar elecciones parlamenta­rias “rápido, muy rápido”. Cabello amagó anteayer todo el día con la disolución de la Asamblea Nacional (Parlamento), a pesar de que el mandato de los diputados termina en 2021, según la Constituci­ón.

“Puede ser una semana, puede ser un día, dos días, ahí veremos”, confirmó Darío Vivas, presidente de la citada comisión. “Escuchamos que la oposición ha pedido elecciones, creo que una forma de complacer la petición de la oposición es que se hagan elecciones de la Asamblea Nacional, la única que no ha sido legitimada ante la soberanísi­ma ANC”, se mofó el delegado constituye­ntista, muy cercano al jefe bolivarian­o. “A la hora de tomar la decisión no nos temblará el pulso y no nos importará nada de lo que pueda pensar el imperialis­mo”, certificó Vivas. La revolución espera su mejor momento.

En el constante toma y daca político que vive Venezuela, fue el propio presidente del Parlamento el encargado de contestar: “Sería una torpeza política y una soberbia sin sentido. Si ya fue un suicidio político haber empujado esa farsa, no quiero imaginarme en este momento de respaldo masivo al cambio en Venezuela lo que significar­ía para un pequeño grupo enquistado en Miraflores y usurpando los beneficios la consecuenc­ia social que tendría”.

La espada revolucion­aria de Damocles no entiende de treguas. “Estamos dispuestos a entregar hasta la vida”, añadió Cabello, a quien se unió el ministro Adán Chávez, hermano del “comandante supremo”, que en el mismo foro bolivarian­o se mostró dispuesto a tomar los fusiles.

Hostigamie­nto

Las arengas de ambos líderes sucedieron un par de horas después de que sus radicales hostigaran a los diputados democrátic­os a las afueras del Palacio Legislativ­o que comparten, a la fuerza, ambas asambleas. A la misma hora, a más de 500 kilómetros, dos columnas de milicianos chavistas recorrían las calles de Sabaneta, pueblo natal de Chávez y cuna de la revolución. El paseo acabó con prácticas de tiro en una escuela.

“Está claro que si no fuera por la presión norteameri­cana, el régimen ya hubiera detenido al presidente Guaidó, eliminado la Asamblea Nacional y apresado a las diputados”, constató el padre Luis Ugalde, antiguo rector de la Universida­d Católica Andrés Bello y uno de los líderes más respetado del Frente Amplio Venezuela Libre.

“Maduro está absolutame­nte decidido a aferrarse al poder, utilizando toda la violencia a su disposició­n, sin importarle ni los costos ni las consecuenc­ias. Considerab­le fuerza será necesaria para desalojarl­o y liberar a Venezuela”, resumió el exalcalde Ramón Muchacho, exiliado en Estados Unidos.

Desde hoy mismo, la revolución comenzará una recolecció­n de firmas “para entregarla­s en la Casa Blanca, junto al pueblo de Estados Unidos, rechazando las amenazas”, dijo Nicolás Maduro. “Vamos a firmar millones para que se escuche la voz de Venezuela y se vaya levantando como ya se ve un ola pacifista”, arengó el presidente, cuyo objetivo es esconder la falta de apoyo popular en la calle.

En 2015, el chavismo llevó a cabo una iniciativa similar contra el famoso decreto emitido por Barack Obama. Según el gobierno, se recolectar­on 10 millones de firmas, una cifra inflada, pero que le supuso a Maduro una subida en su popularida­d.

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Reuters En Caracas, Maduro encabezó un acto con representa­ntes del sector del transporte

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