LA NACION

Hacienda espera que la inflación siga siendo alta al menos hasta mitad de año

El equipo de Dujovne proyecta que en los próximos meses estará entre 2% y 3%; confían en una recuperaci­ón del salario

- Francisco Jueguen

No habrá recetas mágicas. Más allá de la desacelera­ción desde el pico de 6,5% en septiembre, alcanzado tras la corrida cambiaria y la veloz escalada del dólar, el Gobierno espera que la inflación se mantenga en niveles altos en los primeros meses del año, por lo menos hasta junio.

Fuentes del Ministerio de Hacienda afirmaron a la nacion que hasta mitad de año esperan subas mensuales del Índice del Precios al Consumidor (IPC) de entre 2% y 3%. Pasado ese período, para el que se anunciaron aumentos de precios regulados (tarifas de luz, agua, gas y transporte se ajustarán en el primer cuatrimest­re), y ya más cerca de las elecciones de octubre, en el Gobierno confían en una desacelera­ción más pronunciad­a de la inflación con alzas de salarios, jubilacion­es, pensiones y asignacion­es por encima de la variación de los precios de ese período. Se trata de una visión coincident­e con la de los analistas privados (ver aparte).

En el Banco Central (BCRA), la mirada es similar. “El proceso de desinflaci­ón que esperan los analistas no es lineal”, confían en la entidad que conduce Guido Sandleris sobre la base del último Relevamien­to de Expectativ­as del Mercado (REM). Según esas perspectiv­as, la suba de precios esperada se mantiene en niveles similares a los registrado­s en diciembre. En enero sería de 2,5%; en febrero, 2,6%, y en marzo, 2,5%. Para 2019, esperan una inflación de 29% y para 2020, de 19,5%.

“Hemos aprendido que no es tan fácil bajar la inflación”, ensayó en forma de autocrític­a un importante funcionari­o de Hacienda, que señaló que el BCRA seguirá trabajando para consolidar esa tarea.

“La tasa de inflación todavía es alta, pero está bajando. Tuvimos un pico de 6,5% en septiembre y 2,6% en diciembre. Así como cuando empezó el shock en abril del año pasado tardó en traspasars­e al nivel de actividad, porque tiene rezagos, la política monetaria más restrictiv­a también los tiene”, dijo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una entrevista con la nacion el domingo pasado. “El consumo se va a sumar a la recuperaci­ón lentamente, de la mano de la baja de la inflación y la mejora en los salarios reales”, agregó el funcionari­o.

Justamente, los salarios tuvieron una pérdida real de 20 puntos el año pasado, según datos oficiales, pese a que hubo trabajador­es que resignaron más y otros menos en función de si estuvieron dentro o fuera de convenio y según la capacidad de presión de cada sindicato.

Para el Gobierno, la corrida cambiaria de 2018 modificó los pilares del modelo económico. Si anteriorme­nte se basaba en un incremento de la inversión, desde este año se fundamenta­rá en el consumo privado y en las exportacio­nes. Pese a esas expectativ­as, y si bien las ventas al exterior no agrícolas mejoraron y la balanza comercial muestra datos positivos, la mejora aún está basada en la caída de las importacio­nes por la recesión. En tanto, el consumo privado –el componente más importante del PBI– todavía no muestra síntomas de reacción.

Sin embargo, en Hacienda consideran que hay algunas señales que comenzaron a aparecer en el horizonte y que promueven “una recuperaci­ón, no un crecimient­o”.

La primera es el clima internacio­nal, que mejoró drásticame­nte desde enero. “Se dio vuelta el mundo”, afirmó un funcionari­o de la cartera que conduce Dujovne, que remarcó el cambio de actitud de la Reserva Federal (Fed) con relación a la posibilida­d de subir las tasas, la tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el buen momento de la economía brasileña. Ese viento a favor ya generó un profundo cambio en el flujo de divisas hacia los emergentes, dicen.

Con relación a la economía real, creen que las exportacio­nes van a seguir creciendo de la mano de la recuperaci­ón del campo tras la sequía del año pasado y aseguran que el turismo ya tracciona. “Las políticas fiscal y monetaria van bien y la tasa está bajando más rápido”, mencionó el funcionari­o, que indicó, a pesar de las críticas de los industrial­es, que en el país las empresas no impulsan sus inversione­s a través de financiami­ento, sino de ahorro propio. “Lo que ahora está en juego es el costo de oportunida­d”, señaló, e indicó que el nivel de tasa hoy “no es dramático”.

“Va a ser un año de recuperaci­ón, no de crecimient­o. Punta a punta vamos a crecer 4%”, estimó. Según el Gobierno, eso ayudará a que la percepción de la situación económica sea algo mejor en los meses previos a las elecciones presidenci­ales, siempre en contraste con la fuerte recesión vivida en 2018. En ese sentido, en Hacienda estiman que la economía no será la bandera del oficialism­o este año, aunque confían en que tampoco sea un obstáculo para que Mauricio Macri aspire a la reelección.

En medio del acuerdo con el Fondo, y con una revisión ya anunciada para la semana que viene, el foco del Ministerio de Hacienda seguirá puesto en cumplir con el déficit cero. En ese sentido, pese a las quejas de los sectores productivo­s por el peso de los impuestos, advierten que habrá un mínimo margen para reducir gravámenes.

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Archivo El Gobierno cree que el poder adquisitiv­o mejorará antes de las elecciones

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