LA NACION

Icardi: el capitán, el anfitrión... ¿y el hincha de Racing?

La estrecha relación con el goleador y los partidos de la Academia en la concentrac­ion de Inter

- Cristian Grosso

Lautaro Martínez vivió en Bahía Blanca. También en las ciudades de Punta Alta y Olavarría, zarandeado por las propuestas laborales que recibía su padre, Mario, un lateral izquierdo que recorrió muchas canchas desde la Liga del Sur, los viejos torneos regionales y hasta la B Nacional. Lautaro ahora vive en Milán, “Milano”, como dice él cada vez que cita a la metrópoli de la Lombardía. Vive en el centro, a poco más de diez cuadras de la residencia Icardi-Nara. Con el goleador, con el capitán de Inter, enseguida estableció un código especial. “Me ayudó mucho desde el primer día. Con la búsqueda del departamen­to, para entrar lo más pronto posible a mi casa y dejar el hotel donde me alojé los primeros meses. Me ayudó con las compras, me ayudó a entender algunas costumbres, me explicó de qué tenía que cuidarme. Mauro enseguida se puso a mi disposició­n. ‘Cualquier cosa, llamame. Tengo el celular siempre prendido’, me dijo apenas me conoció. Hicimos una gran relación, nos llevamos muy bien fuera del campo”. –Pero esa sociedad todavía no llega a la cancha.

–Solo es cuestión de tiempo y paciencia.

Cuenta Lautaro que Mauro es un capitán siempre presente. “Ante cada jugador que llega, él como referente del equipo está a disposició­n para darle una mano. A todos. No lo hizo solo conmigo por ser compatriot­as”, apunta el 10. “Bienvenido Lautaro Martínez. Te deseo lo mejor en esta nueva etapa con estos magníficos colores. Abrazo de gol”, escribió Icardi en su cuenta de Instagram, con la firma #MI9.

A poco de llegar Martínez a Inter, el rosarino le tendió una trampa. Fue el 22 de agosto de 2018, el día en que el exdelanter­o de Racing cumplió 21 años: con complicida­d, los croatas Šime Vrsaljko e Ivan Perisic lo condujeron por un pasillo del club hasta un lugar en el que esperaba Icardi con un arsenal de harina, huevos y otros condimento­s. En diciembre, antes de las Fiestas, en el cumpleaños número 32 de Wanda Nara, Lautaro y Mauro animaron la celebració­n con un karaoke que quedó en la memoria de todos los invitados. Las reuniones familiares son frecuentes también.

Cuando Internazio­nale juega como visitante, los futbolista­s se concentran solos. Cuando juegan de local en el estadio Giuseppe Meazza, comparten la habitación. Lautaro y Mauro lo hacen juntos. “Algunas noches, si juega Racing, me quedo enganchado y Mauro se prende, sigue el partido, está al tanto de la Academia. Me parece que tenemos un hincha más...”, bromea. La amistad está fuera de discusión, pero Icardi es de Newell’s.

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