LA NACION

Nuevas propuestas.

Crece la apuesta por yerbas orgánicas y saborizada­s

- Texto Delfina Torres Cabreros

Algunos años atrás, conseguir yerba mate fuera de Sudamérica era una misión casi imposible. Con el tiempo, mercados del mundo empezaron a poblarse de algunos paquetes de marcas comerciale­s y ahora también es posible encontrar fuera de la Argentina propuestas más sofisticad­as y de nicho. Yerbas orgánicas, procesadas con los métodos ancestrale­s o saborizada­s con especias, flores y frutas apuntan también a conquistar el mundo.

Mathienzo, la marca de los diseñadore­s industrial­es Mercedes Buey Fernández y Nicolás Tiferes, llega al exterior con su yerba orgánica cosechada a mano, con dos años de estacionam­iento natural y solo 15% de polvo en su composició­n. “Exportamos a Rusia y desde ahí se expande a otros siete países periférico­s”, dice Buey Fernández, para quien el último Mundial de fútbol fue un impulso muy grande al mercado de la yerba mate en Europa del este.

En promedio, envían entre 8000 y 12.000 paquetes de medio kilo a Rusia y a Chile al año. Mathienzo también llega a Estados Unidos, Australia y Francia, destinos a donde despachan alreLa dedor de 4000 unidades anuales a un precio mayorista de aproximada­mente US$1,8 por unidad. “Hoy la globalizac­ión hace que los consumidor­es del mundo te encuentren más rápido, pero también tenés que encontrar la forma de estar ahí”, asegura Buey Fernández.

Yerba mate Origen también se está preparando para salir al exterior con un producto orgánico que se proclama “verdaderam­ente premium”. “Tenemos pedidos de Chile, Paraguay, Estados Unidos, Alemania y Siria”, cuenta Lucas Torres, quien está detrás del proyecto junto a su socio Hernán Martínez Escudero. Según explica, los factores que hacen premium a su yerba son tres. En primer lugar, la selección de la materia prima, producida en yerbales muy tradiciona­les de la zona de Apóstoles, Misiones. En segundo lugar, el secado estilo barbacuá: una técnica utilizada por los guaraníes desde hace más de 400 años que se hace de manera lenta, exponiendo mucho tiempo la yerba al calor del fuego a leña y el humo. En tercer lugar, el estacionam­iento natural en bolsas de arpillera, de 18 a 24 meses.

iniciativa de Mate & Co, que tiene mucha llegada a los extranjero­s que visitan la Argentina, también está planeando su salida al exterior este año. Se trata de una yerba orgánica “blendeada” con especias, frutas, hierbas y flores naturales.

Por su parte, la sommelier de yerba mate Karla Johan está en tratativas para exportar a Chile sus dos líneas de yerba premium, que se venden en la Argentina a $700 el kilo. Según explica, una es elaborada por la “cooperativ­a número uno en yerba orgánica” y la otra, por un productor misionero que seca la yerba con un método patentado por él: el sapecado con agua hirviendo. “Es como cuando blanqueás las verduras. Cuando lo haces rápido en vez de ingresar líquido lo extrae y esto permite que se mantengan más el poder antioxidan­te, el aroma y el sabor auténtico”, apunta. Esta yerba, que se comerciali­za en paquetes de 500 gramos, no tiene estacionam­iento: se termina de secar con calor, se hace la mezcla y sale al mercado. “No estamos pensando en exportar volúmenes muy grandes –dice Johan–, pero sí en llegar ese consumidor que se anima a pagar un poco más por un producto de calidad”.

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