Privacidad y genética
Excelente la nota en el suplemento Ideas del domingo pasado. Aldana Vales explica claramente el tema de los estudios genéticos que se han popularizado, realizados sin los controles acordes con las implicancias y riesgos que conllevan. La genética es sumamente precisa y compleja, simplificarla es bueno para darle acceso general, lo cual no significa dejar de alertar sobre las implicancias que tiene, para su aplicación correcta. Dice acertadamente: “Los clientes pueden elegir dos servicios: conocer su ascendencia o agrandar el combo y agregar la posibilidad de saber si tienen mutaciones genéticas asociadas a enfermedades”. Esto último confunde a los usuarios y
complica a los médicos, quienes deben solicitar un nuevo examen con calidad diagnóstica para certificar el resultado que los habilitaría a tomar decisiones clínicas. Un artículo científico dice: un mal estudio es tan peligroso como una mala droga. El procedimiento más adecuado es el que se lleva a cabo en Noruega: los exámenes genéticos deben ser hechos bajo supervisión médica, no directamente por el consumidor. Y agrega: los laboratorios de análisis que secuencian ADN deben tener control sobre la calidad analítica; los que no realizan los estudios en el país y derivan al exterior deben además exhibir los textos en español (no en inglés).
A la espera de medidas regulatorias locales es adecuado seguir las guías sugeridas por las instituciones, ya disponibles, como resultado de la actividad conjunta profesional-estatal.
Ángela Solano
Vicepresidenta, Sociedad Argentina de Genética asolano@cemic.edu.ar