LA NACION

Las 101 indagatori­as: historias ocultas detrás del llamado de Bonadio

La voluminosa convocator­ia de empresario­s por parte del juez esconde anécdotas poco conocidas

- Diego Cabot

Caras nuevas, nombres de empresas no tan conocidas, una grilla de audiencias judiciales que se extenderán al menos hasta marzo: un centenar de poderosos empresario­s desfilarán por Comodoro Py. Todos tratarán de sobrelleva­r la peor crisis de la historia de la industria de la construcci­ón, esta vez ya no solo por la economía maltrecha, sino por tener que lidiar con un problema reputacion­al inédito.

“Cartón lleno, no queda una”, resumía ayer un constructo­r que pasará por los tribunales federales a tratar de explicar algo que aún no sabe qué será. Abogados presurosos cruzan llamadas a velocidad de rayo para intentar entender qué pasará con su cliente si va por un camino u otro.

La bifurcació­n de las opciones es clara. Por un lado, negar la ocurrencia de los pagos. En ese caso, según la pequeña jurisprude­ncia del caso, el juez federal Claudio Bonadio no les cree. El otro camino es ir por la admisión de los hechos.

Acá también se pueden elegir algunas opciones. Varios (Juan Carlos de Goycoechea, Aldo Roggio, Ángelo Calcaterra, por caso) admitieron haber pagado coimas y se adhirieron al régimen de imputado colaborado­r. Otros, Hugo Eurnekian o Luis Betnaza, reconocier­on entregar dinero, el primero para la campaña; el segundo para destrabar un conflicto en Venezuela, pero sin ingresar a la llamada ley del arrepentid­o. Pero más allá de la estrategia de cada uno, el listado de compañías cuyos ejecutivos empezarán a llegar a Comodoro Py esconde decenas de historias del mundo de la obra pública argentina. Desde la pista de Anillaco hasta picadas mortales, desde obras sin terminar, pasando por grandes ausencias. Un combo de historias que vale la pena repasar.

Eskenazi, el gran ausente.

Hace un par de semanas, Bonadio allanó 71 empresas constructo­ras. Entre el listado de compañías, casi sobre el final, se leía Petersen, Thiele y Cruz, la constructo­ra de la familia Eskenazi. Entonces, se dispuso que los oficiales judiciales le requiriera­n a la empresa la documentac­ión necesaria como para saber quiénes eran los principale­s ejecutivos de la compañía desde 2003 hasta 2015. Y solo en caso de negarse, allanar la empresa. Con esos datos, el juez dispuso el listado de indagados y la gran mayoría ya tiene fecha de audiencia. Pero hubo algo que llamó la atención. Solo un par de empresas no fueron llamadas a comparecer, pero, sin duda, la que más llamó la atención fue la de los Eskenazi. Ningún miembro de la firma será indagado, al menos hasta ahora.

Entre La Calesita y Anillaco.

En el listado de constructo­res está Antonio Gómez, dueño de Maquivial. En el mundo de la gastronomí­a, el empresario es recordado por la tradiciona­l parrilla La Calesita, un clásico que estuvo años en General Paz y Panamerica­na. El mundo del deporte lo tiene como un dirigente que presidió el club del que es fanático durante varios años: Platense. Pero los constructo­res y varios de los que cubrieron aquellos años noventa lo mantienen vivo en sus archivos por haber sido el constructo­r de una obra emblemátic­a de la presidenci­a de Carlos Menem: la pista de Anillaco.

El Real Madrid en la causa de los cuadernos.

Dycasa es una histórica socia de Autopistas del Sol, la compañía que fundó el padre de Mauricio Macri, Franco, junto a una empresa italiana y una española. Los movimiento­s societario­s se sucedieron y los cambios accionario­s también. Actualment­e, Dragados, una compañía española, es la dueña de Dycasa y justamente aquel poderoso conglomera­do de constructo­ras tiene como CEO al ingeniero Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid.

Picadas, armas, fiestas y Comodoro Py.

Alejandro Radetic hijo adoptivo del dueño de Marcalba, una constructo­ra que lo tiene como socio, se hizo famoso por correr picadas en la avenida 9 de Julio, filmarlas y ufanarse de esa conducta. Pocos días después, dio a conocer por cuanto medio y red social pudo su estilo de vida ostentoso y millonario. Ahora deberá pasar frente a Bonadio junto a su padre, Alberto Hugo Andrenacci.

Lázaro y su llegada a la causa.

Hasta ahora, Lázaro Báez estaba fuera de la causa. Pero llegó la lupa al mundo Vialidad Nacional y sus empresas quedaron involucrad­as. Sucesores de Adelmo Biancalani es una histórica empresa chaqueña que, con la muerte de don Adelmo, empezó a vérselas mal. En los inicios de Austral Construcci­ones, en 2003, Báez la subcontrat­a para hacer obras en Santa Cruz. Con el tiempo, le compró el 83% de las acciones y quedan socios. Uno de los herederos y socios, Fabio Biancalani, fue senador por el Frente para la Victoria en 2007. Dicen que fue una atención de Néstor Kirchner a los vendedores de la firma. Ahora, el exsenador deberá prestar declaració­n indagatori­a.

López por dos.

Cristóbal López era otro de los que no aparecían en el expediente. Pero su constructo­ra CPC fue muy activa durante el imperio de José López en Vialidad. Esta vez, el juez posó la vista en la empresa y no solo Cristóbal tendrá que ser trasladado desde el penal, sino que lo acompañará su hijo, Cristóbal Nazareno, y dos de sus socios, Osvaldo de Sousa y Ricardo Fernández.

El Club de la Pintura.

Cleanosol, una compañía con sede en Avellaneda por la que será indagado Guillermo Escolar, participó en las licitacion­es de la pintura horizontal de las rutas. Las licitacion­es para los guiones blancos y las líneas amarillas eran territorio de unos pocos. Hay quienes apodaban a aquellas empresas competidor­as El Club de la Pintura. La pertenenci­a a ese grupo les aseguraba poca competenci­a y licitacion­es constantes. Pero el club de aquellos empresario­s afectos a quedarse con las obras con una competenci­a ficticia se rompió. Hoy compiten varias firmas más y los precios bajaron casi un 50 por ciento.

Miles de pasajeros sin tren.

Los viejos usuarios del tren San Martín se acuerdan a diario de Green, una empresa constructo­ra muy grande y una de las preferidas del gobierno porteño. Tienen uno de los tramos del Paseo del Bajo y el proyecto de la elevación de las vías del ramal San Martín. Más allá de varios problemas financiero­s que la tuvieron a maltraer, la empresa quedó en la retina de los usuarios del ferrocarri­l por un cálculo mal hecho. El año pasado se les derrumbó un soporte sobre el que se asienta la estructura elevada de las vías. En Niceto Vega y las vías, la construcci­ón se vino abajo. Solo la suerte de que no hubiese un tren cerca evitó la tragedia. En el gobierno porteño optaron por suspender el tren en todo el trayecto donde había obra. Ahora los maltratado­s usuarios tienen un consuelo. Carlos Eduardo Arroyo y Carlos Daniel Román, los responsabl­es de la firma, serán indagados por el juez Bonadio.

De candidato a indagado.

José Luis Pitón fue excandidat­o a intendente de Gualeguay, en Entre Ríos. “Candidato a intendente de Gualeguay por el Frente Justiciali­sta para la Victoria. Hombre de familia, trabajo, honestidad y compromiso con su gente”, se define en su perfil de Twitter. “Estamos tranquilos, no hicimos nada raro”, dijo allá por septiembre en una entrevista radial. No es el único empresario entrerrian­o que está en la causa. Luis Losi admitió ante Bonadio haber pagado coimas y Víctor Petroboni lo admitió poco antes de morir en una entrevista. Ahora, el excandidat­o a intendente deberá convencer a la Justicia de que él no tenía nada que ver en el entramado de obras y retornos.

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