LA NACION

El éxodo de los últimos habitantes bajo el control de EI en Siria

El califato, que había alcanzado el tamaño de Gran Bretaña, se redujo a una pequeña zona en el sudeste del país; muchos lograron huir del último reducto del grupo jihadista

- Rukmini Callimachi

Deir ez-zor, siria.– los hombres que emergieron del último territorio de estado Islámico (ei) recibieron la orden de sentarse detrás de dos líneas pintadas con aerosol naranja: los sirios detrás de una raya, los iraquíes detrás de la otra.

a media mañana, las fuerzas norteameri­canas llegaron en un convoy de vehículos blindados. los sospechoso­s de combatir para ei recibieron la orden de acercarse con los brazos en alto, mientras las tropas y los perros rastreador­es los examinaban. les tomaron las huellas, una foto y los interrogar­on.

en las últimas dos semanas, miles de personas salieron del poblado de al-baghuz Fawqani, el último territorio que sigue bajo el control de ei en Irak y siria, donde alguna vez el grupo llegó a dominar un territorio del tamaño de Gran Bretaña. ese califato casi desapareci­ó por completo. el mes pasado, el grupo pasó de tener tres poblados a tener solo uno. ahora los militantes están confinados en un área similar al central park.

al oeste están acorralado­s por las fuerzas sirias. al sur está la frontera iraquí, donde las tropas iraquíes están en espera. Del norte y del este reciben el ataque de los ejércitos kurdo y árabe, conocidos como las Fuerzas Democrátic­as sirias.

a medida que se cierra el cerco, incluso quienes se unieron al califato en sus inicios tratan de salvarse. la mayoría de los que lograron llegar a este punto en el desierto son las familias de los militantes, mezcladas con una pequeña parte de habitantes del lugar. con la escasez de alimentos, las familias se vieron obligadas a hervir el pasto que crece al borde de la ruta.

Grandes cantidades de prófugos son extranjero­s, principalm­ente iraquíes que vivieron bajo el régimen de ei antes de escapar a este rincón del sudeste de siria cuando las ciudades iraquíes fueron liberadas. pero entre los fugitivos que llegaron la semana pasada también había alemanes, franceses, británicos, suecos y rusos, una muestra de la gran popularida­d del grupo, que logró atraer a 40.000 reclutas de cien países a su territorio.

Mustafa Bali, un vocero de las Fuerzas Democrátic­as sirias, dijo que los militantes de ei solicitaro­n salvocondu­ctos, pero se les negó la petición. pero funcionari­os estadounid­enses afirmaron que el salvocondu­cto hacia la provincia siria de Idlib seguía en considerac­ión.

Una de las mujeres que se entregó el domingo pasado se estaba rindiendo por segunda vez. la mujer, amal Mohamed al-soussi, de 22 años, llegó al desierto con sus dos hijas pequeñas de la mano. Después de que su marido –un francotira­dor de ei– fue asesinado durante la batalla de raqqa en 2017, ella se entregó al ejército y estuvo detenida ocho meses. Un día, decenas de esposas de miembros de ei fueron trasladada­s en camiones al desierto, donde las devolviero­n a la milicia. “nos ordenaron salir y dijeron: ‘ahora están en su estado’”, contó. “entendimos que era un intercambi­o de prisionero­s”.

la mujer había sido una ciudadana comprometi­da con el califato, pero la hambruna hizo que se rindiera. Durante semanas ella y sus hijas subsistier­on con comida para animales. otra mujer dijo que buscaba una planta que crece en las hendiduras entre los edificios y en las glorietas con el fin de hervirla y obligarse a comerla.

el peligro cada vez mayor al que estuvieron expuestas las familias de ei se hizo evidente en la cantidad de personas que se presentaro­n con heridas tras escapar del poblado. a una mujer con la pierna destrozada por fragmentos de proyectil la bajaron en brazos del camión en el que llegó. Un hombre mayor se desvaneció sobre un colchón a causa de una herida en la espalda. Una mujer de unos 25 años logró llegar a la zona de revisión, solo para morir momentos después. su familia no pudo hacer más que cubrirla con una manta.

esa tarde, las fuerzas de seguridad cavaron una tumba para la joven en la orilla del suelo rocoso donde se procesaba a los recién llegados. Junto a la tumba recién hecha había otras tres. era la última morada de quienes no sobrevivie­ron al califato.

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Nyt Una chica que escapó de Al-baghuz Fawqani espera en la zona

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