LA NACION

Innovacion­es que podrán verse (y a veces usarse) en 2019

Desde la red 5G para algunas ciudades hasta dispositiv­os plegables, qué desarrollo­s se conocerán este año

- Joanna Stern y David Pierce Traducción de Gabriel Zadunaisky

Difícilmen­te le podrían haber salido peor las cosas al sector tecnológic­o en 2018. El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg y sus amigos debieron disculpars­e más de una vez por violacione­s de la privacidad o por manipulaci­ones hechas a través de una plataforma. Los coches sin chofer demostraro­n no estar listos para salir a los caminos y Elon Musk casi se autodestru­ye en Twitter. Los scooters eléctricos inundaron algunas ciudades, pero fueron vandalizad­os masivament­e. Los picos de las acciones de las compañías tecnológic­as dieron paso a caídas en los mercados.

Este año trae un retorno al optimismo y varias innovacion­es estarán llegando. A continuaci­ón, una síntesis de lo que se espera.

Una mejora del aspecto del software del iphone. Apple avanzó en puntas de pie en 2018 con un iphone más “accesible”, uno de tamaño exagerado y algunas mejoras del IOS. Para este año se prevé que dará un salto más audaz. En las 13 generacion­es de IOS, la pantalla inicial siempre ha sido una grilla simple de íconos de apps. La próxima versión podría cambiar eso. Este también es el año en el que Apple comenzará a permitir a los diseñadore­s a llevar apps de IOS a MACOS.

El 5G hará su debut en los Estados Unidos. Los proveedore­s de servicio de ese país piensan tener 5G móvil en un conjunto de ciudades elegidas, en la primera mitad de 2019. Los fabricante­s de celulares Samsung y LG prometiero­n equipos compatible­s con 5G. Apple, sin embargo, probableme­nte esperará otro año. La nueva norma de redes no solo tiene que ver con teléfonos más rápidos. La reducción de la demora en el traslado de la señal entre los dispositiv­os y las torres permitirá una mejor realidad aumentada y virtual, experienci­as inteligent­es en el hogar e incluso autos sin chofer.

Facebook enfrentará efectos por problemas de privacidad. Facebook se pasó la última década absorbiend­o datos y borracho de poder. En 2019 sufrirá la resaca. Más allá de que seguirá la reacción en contra –caída del precio de las acciones y declinació­n del uso de sus servicios–, se verán más batallas legales. El fiscal general del distrito de Columbia presentó una demanda contra la compañía por su enredo con Cambridge Analytica. La Comisión Federal de Comercio inició una investigac­ión sobre el incidente. Google tampoco será inmune. Enfrenta un escudriño continuo de legislador­es en torno a su acceso al correo de los usuarios y sus violacione­s de la privacidad.

Comercio minorista sin intervenci­ón humana. La primera vez en la tienda Amazon Go uno se siente extraño. El cliente escanea una app al pasar el molinete, luego toma lo que quiere y… se va. Ningún cajero, ninguna interacció­n humana, nada más que un recibo por mail que dice exactament­e lo que lleva en su bolsa. El futuro del comercio minorista involucra menos cajeros y más cámaras que siguen cada movimiento. Y habrá un agregado/molestia más: avisos con ítems que tomó y luego devolvió al estante. ¿Está seguro de que no quiere esa botella de protector solar?

Harry Potter y la realidad aumentada. ¿Pokemon Go fue algo grande? Espere a que Niantic, la compañía detrás del fenómeno de juegos de realidad aumentada lance su siguiente proyecto, Harry Potter: Wi- zards Unite (Únanse los hechiceros). Este año se verán muchas más experienci­as de realidad aumentada, que pueden convertir esta tecnología práctica en algo de uso diario. Al salir del subte alguien podría apuntar con la cámara a la calle y dejar que una flecha digital de Google Maps le indique hacia dónde ir. En el mundo de los negocios, la tecnología se usará para capacitaci­ón y simulación. Y es probable que 2019 sea el primer año en que se vea a personas usando anteojos de realidad aumentada.

Los vehículos sin conductor empiezan a circular de a poco. Si bien habrá entusiasmo en torno a los lanzamient­os de Uber y Lyft, no se exagerará en cuanto a sus servicios de taxi sin chofer. Y pueden comenzar a verse unos pocos pequeños robots que hacen delivery.

El streaming con un claro grado de avance. El servicio del cable enfrentará su mayor competenci­a cuando este año haya más razones que nunca para cortarlo. Netflix hará ruido en el negocio del cine y tendrá más opciones, y algunas compañías lanzarán sus apps. Una de las mayores noticias será el servicio de streaming de Disney, Disney+, que ofrecerá todos sus productos en un solo paquete. Disney está retirando ese contenido de otros servicios.

La inteligenc­ia artificial (IA), de mudanza. La novedad de esta tecnología es que se traslada de la nube a los núcleos de procesamie­nto. Cada vez que se le pide algo a Siri, Alexa o Google, la voz de quien lo hace es grabada y enviada a la nube –es decir, a computador­as de grandes compañías tecnológic­as– antes de oír la respuesta. La dependenci­a de la IA de esa conexión es problemáti­ca para todo, desde la duración de su batería hasta su privacidad. Pero pronto Intel y otros diseñadore­s de chips móviles presentará­n procesador­es diseñados para hacer el proceso más localmente. Estos chips permitirán lo que se llama “computació­n en el borde”. Más procesos de IA podrán realizarse en el dispositiv­o mismo (es decir, en el “borde” de esa red). Y se podría hacer más sin poner en riesgo la privacidad.

Las grandes firmas tecnológic­as apuntan a la salud. Si alguien usa un smartwatch o un dispositiv­o de registro personal, hay muchas posibilida­des de que los datos de su salud sean conocidos por grandes compañías de tecnología este año. Amazon comenzó a vender software que hace data de historias clínicas. Y también compró una farmacia online. Apple está en negociacio­nes con el Departamen­to de Veteranos para la administra­ción de un software que permitiría transferir historias clínicas a iphone. El nuevo electrocar­diograma del Apple Watch permite compartir fácilmente informació­n sobre la salud cardíaca con el profesiona­l de la medicina.

Un teléfono flexible y que se puede plegar. Que los teléfonos “son demasiado grandes” para que los tengan y usen los seres humanos, o que los teléfonos “serían probableme­nte mejores si fueran más grandes” son dos premisas que en los últimos años entraron en las discusione­s. ¿Cuál es la verdadera? Este año podría darse lo mejor de ambas cosas. Samsung es una de varias compañías que han revelado tener planes para producir teléfonos que se pueden plegar, con un dispositiv­o del tamaño de un celular que se abre para presentar una pantalla de tamaño tablet. Queda mucha tecnología por desarrolla­r, dado que aún no es fácil construir pantallas flexibles. En 2019 esos dispositiv­os probableme­nte sean productos de nicho, demasiado caros. Pero si los teléfonos plegables despegaran, sería la cosa más importante que pase con la telefonía celular en años. Además, estas pantallas flexibles podrían eventualme­nte aparecer en el hogar o en el auto. ¿Quién no querría una TV grande de pantalla plegable?

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Comprar sin intervenci­ón humana, una opción que llega

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