Promover el ahorro voluntario para mejorar el ingreso en la etapa del retiro
Tras la caída del Muro de Berlín se inició un importante proceso de globalización y la mayor parte del mundo se reorganizó bajo un esquema capitalista y con la generación de un importante flujo de capitales. A la vez se produjo un incremento significativo de la expectativa de vida de los individuos: en 50 años (de 1980 a 2030) se habrá prolongado 10 años.
La revolución tecnológica es otro hecho trascendente: la robótica y su inserción en el mundo rompe con muchos paradigmas con los que convivimos por muchas décadas. Podemos citar dos cambios muy marcados: el agro y la industria casi desapareciendo en el proceso de generación de empleos, y la necesidad de generar significativos cambios cualitativos en la capacidad de la mano de obra ofrecida.
Ante estos grandes desafíos, hoy el mundo tiene un proceso de concentración de la riqueza que afecta la viabilidad de cualquier modelo de cobertura social. Y los sistemas previsionales, salvo contadas excepciones, no tienen capacidad de financiamiento. Las proyecciones marcan que las pensiones a otorgar a largo plazo por los Estados solo serán básicas.
Desde hace tiempo, algunos países entendieron la necesidad del ahorro de largo plazo como un vehículo para generar mejores coberturas a las necesidades de los individuos y para financiar el crecimiento (entre esos países están Chile, Colombia y Perú).
En nuestro país, y en línea con la pérdida de la cultura del ahorro, tenemos un sistema previsional en crisis que se caracteriza por tener una población subprotegida y un déficit significativo que será incontrolable de no haber medidas de largo plazo.
La única manera de empezar a desactivar las graves crisis que presentan los sistemas previsionales es aplicar una sumatoria de acciones en el tiempo. Una de ellas consiste en la construcción de un tercer pilar voluntario, que complemente los sistemas públicos obligatorios. Consiste en un esquema canalizador del ahorro voluntario de largo plazo, que permitiría generar una mayor capacidad de financiamiento.
Los gobiernos que potenciaron este tipo de pilar implementaron acciones para fomentar el desarrollo. Por tratarse de un mercado a largo plazo y con períodos prefijados de iliquidez, los incentivos fiscales son herramientas válidas, sean tanto para individuos como para empleadores.
La matriz estructural para desarrollar este pilar en la Argentina ya está instalada. El ecosistema asegurador, con sus compañías de vida y retiro, y los fondos de retiro encuadrados en un marco regulatorio son la base.
El reciente decreto 59/2019, reglamentario de la ley 27.430, es un primer paso importante para consolidar una política de Estado en relación con un tercer pilar voluntario. A partir de esta reglamentación, los seguros de vida y retiro individual tendrán como incentivo fiscal la posibilidad de ser deducidos de Ganancias en hasta $12.000 para 2019; $18.000 para 2020 y $24.000 para 2021. Luego, los montos serán actualizados por la UVT (unidad de valor tributario).
Si bien el decreto nada dispone en relación con los seguros de retiro contratados por los empleadores en favor de sus dependientes, es de vital importancia su incorporación, para buscar mayor masividad, alcanzando en este esquema a más personas, más allá de cuál sea su posición frente al impuesto a las ganancias. Así se terminaría de alinear la reglamentación con el espíritu de la reforma fiscal.
hay desafíos en la definición del marco regulatorio de este pilar voluntario. La Superintendencia de Seguros de la Nación y la Comisión de Valores tienen roles claves.
La definición de productos competitivos y transparentes, la elaboración de una adecuada regulación de las inversiones y de un plan de comunicación por parte del Gobierno son aspectos críticos para terminar de construir un tercer pilar voluntario al amparo de una política de Estado.
Independientemente de todos los desafíos que tenemos en el corto plazo, es fundamental que se pueda implementar en el país una decisión/estrategia de largo plazo, como lo es el desarrollo de este tercer pilar voluntario, como una herramienta para generar mayor cobertura para los individuos y financiar el crecimiento.