Sparring en la Davis y “Jesús con permanente”
Trungelliti fue peloteador en el título de 2016; Mcenroe lo llamó así en París 2018
El Santiago Lawn Tennis Club, de Santiago del Estero, posee 103 años. Allí nacieron deportistas que cruzaron las fronteras y trascendieron, como los rugbiers Juan Manuel Leguizamón, Facundo Isa y Tomás Lezana. También Marco Trungelliti. De madre contadora y padre bioquímico, se formó en las canchas de polvo de ladrillo. La mayoría de los jugadores argentinos que hoy compiten en ATP pasaron por el Santiago LTC para disputar Futures.
En septiembre de 2016, el santiagueño se preparaba para ir a jugar un torneo en Taiwán cuando recibió el llamado de Daniel Orsanic, por entonces capitán de Copa Davis, para invitarlo a ser sparring en las semifinales (la Argentina venció 3-2 a Gran Bretaña). Trungelliti volvió a ser “peloteador” del equipo en la exitosa final 3-2 frente a Croacia, en Zagreb.
Durante aquellas semanas exhibió su forma “relajada” de vivir el circuito. “Trato de controlarme, porque muchas de esas presiones las inventamos nosotros mismos”, decía. Apasionado por la chacarera y las peñas, quiso aprender a tocar el violín. Y con- tó que siempre viajaba acompañado por su máquina de hacer café.
Protagonizó un primer impacto en Roland Garros en 2016. Como
166º, y tras superar la clasificación, venció a Marin Cilic (era 10º) en la 1a rueda antes de quedar eliminado en la próxima rueda. En 2017 volvió a superar la qualy y perdió en la 2a rueda. Pero el romance con el Abierto de Francia tuvo su punto más alto en
2018: luego de perder en la 3a rueda de la qualy, entró como lucky loser. Pero cuando le avisaron que había ingresado ya había regresado a su casa, en Barcelona, y estaba por ir a la playa junto con su familia, incluida su abuela. Sin tiempo que perder, recorrió en auto algo más de 1000 kilómetros, casi 10 horas de viaje , hasta París. Llegó en la medianoche, durmió unas horas y a las 11 ya estuvo en el club para vencer a Bernard Tomic (luego perdió en la
2a rueda). Su historia se ganó la atención de los medios internacionales. Hasta John Mcenroe, en su programa The Commisioner (Eurosport). lanzó una ocurrencia: “Se parece un poco a Jesucristo, sí. Un Jesús que se ha hecho la permanente y se ha comido demasiadas hamburguesas”.