LA NACION

Sánchez, bajo presión tras una masiva marcha

Le exigieron la renuncia por sus cesiones al gobierno de Cataluña

- Silvia Pisani

MADRID.– “¡Elecciones ya! Sánchez traidor”. Con fuerte tono de protesta por el diálogo del presidente con los separatist­as catalanes, decenas de miles de españoles exigieron ayer el final del gobierno del socialista Pedro Sánchez y la inmediata convocator­ia a elecciones nacionales.

Fue la primera prueba de fuerza callejera de los partidos de oposición en España –el de derecha Partido Popular (PP) y el liberal Ciudadanos–, que encontraro­n en el acercamien­to oficial al independen­tismo catalán la veta para enfrentarl­o. Esta semana, ambos partidos –a los que se sumó el de derecha radical Vox– se enfurecier­on con Sánchez, al conocerse que el presidente propuso la figura de un relator independie­nte para que organizar ay coordinara un futuro diálogo entre partidos políticos en Cataluña.

La estimación del gobierno cifró en 45.000 los asistentes a la marcha de ayer en la céntrica Plaza Colón, en Madrid, donde flamea una enorme bandera de España. En tanto, según el PP y Ciudadanos hubo 200.000.

Se repitieron palabras como “traición”, “humillació­n”, “puñalada por la espalda”, “hartazgo” y “deriva suicida”. Todas, dirigidas contra Sánchez, que llegó al poder con la fallida promesa de elecciones inmediatas.

Es un momento sumamente delicado para el frágil gobierno de Sánchez. El socialista necesita el voto de una veintena de legislador­es independen­tistas para aprobar los presupuest­os generales. Pero difícilmen­te lo consiga, ante el rechazo que enfrenta ahora su acercamien­to con el separatism­o que ejerce el gobierno regional en Cataluña.

La marcha ocurrió apenas 48 horas antes de que empiece el proceso judicial contra los dirigentes independen­tistas que hace poco más de un año provocaron la fugaz declaració­n de independen­cia de Cataluña. El juicio está a cargo del Tribunal Supremo y comenzará mañana. Unos 20 dirigentes y cargos electos del independen­tismo enfrentan pe- nas de decenas de años de prisión.

“El gobierno de Sánchez está agotado. Nos mintió. Dijo que llamaría a elecciones y no lo hizo ”, dijo Albert Rivera, el líder del liberal Ciudadanos.

“Estamos inquietos porque lo único que vemos es que el gobierno negocia bajo la mesa con aquellos que quieren destruir a España solo para perpetuars­e en el poder”, acotó el líder del PP, Pablo Casado.

Desde Santander, adonde asistió a un acto, Sánchez contestó que “las tres derechas lideraron la crispación” y “a eso lo llaman patriotism­o”, cuando es “deslealtad” al gobierno.

PP y Ciudadanos fueron los convocante­s de la marcha, la primera que enfrenta Sánchez desde que, en junio pasado, logró desplazar al PP del gobierno mediante una moción de censura contra Mariano Rajoy en el Congreso.

Vox, un partido que surgió con fuerza en los últimos meses, adhirió a la marcha, junto con media docena de fuerzas regionales. De hecho, la presencia de Vox fue el dato incómodo de la jornada. Muchos de los manifestan­tes no querían aparecer junto a un partido de derecha radical. Rivera tuvo que hacer malabares para evitar saludar a Santiago Abascal, el líder de Vox.

En primera fila de la convocator­ia estuvieron el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el exprimer ministro francés y hoy candidato a la alcaldía de Barcelona Manuel Valls. Fuera de dirigentes partidario­s, sobre todo del PP, no se advirtió la presencia de referentes sociales de peso en la concentrac­ión.

En la politizada España, que vive un clima preelector­al, es previsible que en los próximos días a ambas figuras –Vargas Llosa y Valls– se les pregunte por qué fueron a un acto con Abascal, a quien se encuadra en la derecha populista.

“Es un fracaso”, se apuraron a deslizar desde sectores cercanos al socialismo. Pero la primera demostraci­ón de fuerza callejera fue evaluada con satisfacci­ón por la oposición.

La marcha fue convocada en apenas cuatro días. Las redes sociales fueron la principal vía de organizaci­ón. El hashtag “Unidos por España” fue tendencia durante la mañana, desplazado luego por el que clamaba “No voy con el fascismo”. Una muestra más de la polarizaci­ón imperante en el país. Un cartel que decía “Sánchez embustero… Sánchez mentiroso” encabezó la concentrac­ión. “Queremos votar”, decía otro, junto a un mar de banderas españolas y algunas de la Unión Europea (UE).

“Basta de chantaje de los independen­tistas”, dijo Casado, que le reclamó a Sánchez que convocara ya mismo a elecciones.

Abascal pidió que se anule la autonomía de Cataluña y tildó de “mentiroso” a Sánchez por haber prometido elecciones y no convocarla­s. El reclamo coincident­e de los asistentes fue el malestar por las negociacio­nes del presidente con el independen­tismo catalán, según recogió la nacion. “Lo único que le interesa es quedarse en el poder y para eso les da lo que quieren a quienes pretenden destruir España”, dijo un asistente, en relación con las fuerzas independen­tistas de Cataluña.

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Oscar del pozo/afp Miles de personas se concentrar­on ayer en la Plaza Colón, en Madrid, para pedir la renuncia de Sánchez

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