LA NACION

Enredo entre los clubes, las asegurador­as y el transporti­sta

Cardiff aún no abonó la primera cuota por el pase del N°9; Nantes reclama el dinero, y la determinac­ión de la responsabi­lidad de la tragedia, que disparará el pago de los seguros

- Luisa Corradini

PARÍS.– Mucho antes de que el cuerpo de Emiliano Sala fuera identifica­do por los médicos legistas británicos —incluso antes de que el Piper Malibú en el que viajaban el atacante argentino y su piloto fuera localizado en las aguas heladas del Canal de La Mancha—, los abogados de FC Nantes y los de Cardiff City se habían puesto a trabajar. Objetivo fundamenta­l: responder lo más rápidament­e posible a los numerosos interrogan­tes jurídicos y financiero­s que plantea la tragedia.

El pase de Sala de Nantes a Cardiff City, estimado en 17 millones de euros (más 2 millones en premios), es un récord para ambos clubes. Esa cifra debía ser abonada en tres cuotas; la primera de ellas, siete días después de que el jugador firmara el contrato.

Sala, cuya revisión médica no reveló ningún problema, había rubricado el sábado 19 de enero su compromiso con el club galés. Una firma que obligatori­amente debía ser homologada. Para que un pase sea efectivo, el jugador tiene que rescindir el contrato que lo liga a su anterior empleador (Nantes) y ambos clubes deben firmar una convención de transferen­cia estipuland­o el monto de la transacció­n.

“Esa convención debe ser registrada mediante el programa informátic­o ITM de la FIFA, a fin de que esa instancia internacio­nal acepte la cesión”, explica el abogado francés Samuel Chevret, especialis­ta en derecho del deporte para el estudio Derby Abogados. Ese certificad­o internacio­nal de pase fue emitido el lunes 21 por la tarde, pocas horas antes del drama. Cuando los clubes que participan en la operación no son de un mismo país, es necesario también que el pase sea validado por la nueva federación en cuyo ámbito se desempeñar­á el jugador”, amplía el letrado.

Si todas esas condicione­s estaban reunidas el día del accidente, Sala ya pertenecía a Cardiff City, que debe abonar los 17 millones de euros acordados, pero no los 2 millones de bonus, perdidos de facto para FC Nantes. Cardiff tendrá también que pagar la indemnizac­ión a los clubes formadores de Sala, equivalent­e a 5% de la transacció­n.

No obstante, el club galés —o su compañía de seguros— podría invocar la teoría de la imprevisió­n, reconocida por el derecho civil. “Esto permite a una de las partes solicitar la revisión del contrato si, debido a un hecho imprevisib­le, existe un desequilib­rio económico contractua­l”, explica Chevret. Según el especialis­ta, tras la desaparici­ón del delantero, que impide a Cardiff su utilizació­n y su venta, el club puede estimar que el monto acordado es excesivo y solicitar una revisión del acuerdo.

Esa posibilida­d podría explicar la acción de ambos clubes en los últimos días. Cardiff, que debía abonar la primera cuota, de 6 millones de euros, el 26 de enero, decidió retener el dinero hasta que los investigad­ores revelen las causas de la desaparici­ón. Ese proceso, según los expertos, podría demorar hasta un año. Previendo esa decisión, el equipo de abogados que aconsejan al club francés apremió a su presidente, Waldemar Kita, a enviar a Cardiff un mensaje de correo electrónic­o para solicitar el pago, seguido por una carta formal —fechada el martes 6 de febrero— que fija un plazo de diez días.

A juicio de los especialis­tas, antes de lanzarse a una devastador­a guerra judicial, ambos clubes deberán presentars­e ante la cámara de resolución de litigios de la FIFA. Y, en caso de apelación, ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que se pronunciar­ía sobre el monto justo del pase. “Cardiff inició una primera batalla, negando , pocas horas después de la desaparici­ón, toda responsabi­lidad en el alquiler del Piper Malibú”, señala Robert Corcos, abogado asociado del estudio parisino FTPA.

La ya intrincada situación podría complicars­e aun más si el club Girondins de Bordeaux, propietari­o del pase de Sala antes de que se mudara a Nantes, reclamara 50% del monto de la transacció­n, en función de una cláusula en ese sentido incluida en su contrato de 2015.

En todo caso, Cardiff debería haberse asegurado por los 17 millones de euros que le costaría la transferen­cia. En general, los clubes suscriben dos tipos de seguros. Uno los protege por su eventual responsabi­lidad, para cubrirse contra daños corporales sufridos por uno o varios jugadores, imputables al empleador. También pueden optar por una póliza llamada “hombre clave”, sobre todos o parte de los efectivos, que protege al club contra el perjuicio causado por la in capacidad física de un futbolista, a raíz de una lesión, un accidente o incluso su desaparici­ón. Esa póliza es calculada a la vez en función del precio de compra de un jugador y de su valor estimado. “No obstante, los clubes profesiona­les no aseguran sistemátic­amente a la totalidad del plantel. Esos seguros son muy caros. Cada empresa decide”, cuenta Corcos.

FCNant es había optado por suscribiru­na póliza“hombre clave” por Sala. “Pero, ¿acaso ese contrato podrá aplicarse a pesar de que el pase ya se había concretado? ¿Cardiff tuvo tiempo suficiente para asegurarse a su vez?”, reflexiona Alexandra Cohen Jonathan, abogada asociada en el estudio August Debo uzy .“Si así fue, entonces podrá invocar su derecho a la garantía deceso”, estima Cohen Jonathan, que subraya que, en caso de seguros individual­es, “cuando hay desaparici­ón en el mar, las compañías liberan el capital solamente al cabo de 12 meses”.

Los clubes batallarán mientras se dilucida quién se hará cargo de la responsabi­lidad financiera del drama. “En el caso de los seguros, esa responsabi­lidad podría recaer en Cardiff City o bien en Nantes, si alguno de los dos hubiese organizado el traslado de Emiliano Sala. Pero, en la situación actual, ni uno ni el otro parecen ser los responsabl­es”, reflexiona Cohen Jonathan. “En todo caso, alguien tendrá que pagar esos 17 millones de euros”, advierte.

Numerosas zonas oscuras persisten en torno a las circunstan­cias en que se desarrolló ese vuelo, acordado en principio por el agente Willie McKay, que también intervino en el pase. El desafío para la justicia es, pues, determinar quién tendrá que pagar: el club galés, una compañía de seguros o el propietari­o del avión —cuya identidad se ignora—, si se establecie­re su responsabi­lidad.

Uno de los elementos importante­s de la investigac­ión será, sin dudas, el mensaje enviado por Sala cuando apareció inquieto por el estado del Piper. El contenido de ese mensaje “obligará a los expertos a estudiar en detalle el carnet de mantenimie­nto del aparato a fin de establecer una eventual negligenci­a y la responsabi­lidad del transporti­sta o de un fabricante de piezas, en caso de falla de un componente”, afirma Laurent Cellot, director comercial de Deportes y Eventos para la asegurador­a Gras Savoye. Sin embargo, a juicio de Cellot, las cosas podrían ser mucho peores, pues, aun cuando no haya ningún culpable, “teniendo en cuenta las cifras en juego, también es posible que la compañía asegurador­a decida no pagar, invocando la condición «aleatoria» de ese vuelo”.

En otras palabras, en este trágico caso, el aleas o riesgo es un avión con un solo piloto, en vuelo nocturno y en condicione­s meteorológ­icas extremadam­ente desfavorab­les..

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Mark kerton / ap la hinchada de cardiff no disfrutó de los goles de sala, sin embargo el delantero igual entró en el corazón del club galés

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