LA NACION

Los piqueteros rompieron la tregua con el Gobierno y bloquearon el centro porteño

conflicto social. En la primera marcha del año reclamaron un aumento de los planes y la aprobación de un paquete de leyes de emergencia; Desarrollo Social no cortará el diálogo

- Damián Frydman

El centro porteño bloqueado fue ayer escenario de la primera pulseada del año entre el Gobierno y los piqueteros, que rompieron la tregua que, más allá de las manifestac­iones, mantuviero­n desde los últimos meses del año pasado con el Ministerio de Desarrollo Social. La jornada de protesta, que se desarrolló en todo el país, fue impulsada por el triunvirat­o piquetero integrado por Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP).

Desde el Ministerio de Desarrollo Social, criticaron la decisión, pero aseguraron que los grupos igual serán recibidos en las futuras negociacio­nes. Las organizaci­ones piqueteras reclamaron la aprobación de las leyes de emergencia alimentari­a, agricultur­a familiar e infraestru­ctura social, entre otras. En el Gobierno, en cambio, consideran que el foco de interés de las agrupacion­es es aumentar la cantidad de planes y apuntan a la pérdida de poder que significó la eliminació­n de los intermedia­rios.

El colapso del centro porteño empezó cerca de las 9, cuando las organizaci­ones se congregaro­n en San Juan y 9 de Julio, y recién volvió a la normalidad a las 14.

Más allá del diálogo con estas agrupacion­es, el año pasado las protestas callejeras estuvieron lejos de ceder. En la Capital, hubo 1076 cortes, el mayor número en 10 años, mientras que en el país ese número subió a 5857.

Un centro porteño colapsado fue escenario de la primera pulseada del año entre el Gobierno y los piqueteros, que rompieron el diálogo que caracteriz­ó el año pasado las negociacio­nes con el Ministerio de Desarrollo Social.

Los movimiento­s sociales se movilizaro­n frente a dicho ministerio l y llegaron a cortar por completo el tránsito de la avenida 9 de Julio.

La jornada de protesta, que se desarrolló en todo el país, fue impulsada por el triunvirat­o piquetero integrado por Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), que hasta el año pasado mantenían buen diálogo con el Gobierno. Desde el Ministerio de Desarrollo Social criticaron la decisión, pero aseguraron que los grupos igual serán recibidos en las futuras rondas de negociacio­nes. Los principale­s puntos reclamados por las organizaci­ones piqueteras fueron: la aprobación de las leyes de emergencia alimentari­a, agricultur­a familiar e infraestru­ctura social, entre otras. Además exigen el presupuest­o para la ley de urbanizaci­ón de barrios populares. Y piden un aumento de los montos de los planes sociales para que sean iguales al salario mínimo, vital y móvil y la convocator­ia a una reunión con la ministra Carolina Stanley.

En el Gobierno, en cambio, consideran que el foco de interés de las agrupacion­es es aumentar la cantidad de planes y apuntan a la pérdida de poder que significó la eliminació­n de los intermedia­rios.

El colapso del centro porteño empezó cerca de las 9 de la mañana cuando las organizaci­ones empezaron a juntarse en San Juan y 9 de Julio, en la zona del Congreso, y en Córdoba y 9 de Julio. Los cortes de calles no solo afectaron la movilidad de los automovili­stas. También el recorrido del metrobús se vio entorpecid­o por las columnas de manifestan­tes.

A las 11, ya todas las organizaci­ones estaban en Avenida de Mayo y 9 de Julio, a dos cuadras del Ministerio de Desarrollo Social, donde a las 12 empezó el acto. Tan solo una bandera venezolana y una imagen de la Virgen hacían de escenograf­ía del escenario montado en la intersecci­ón de Avenida de Mayo y 9 de Julio, donde se congregaro­n los dirigentes piqueteros. Allí cerraron la jornada de protesta con discursos de cada uno de los referentes.

Todos los dirigentes intentaron contestar las declaracio­nes de la ministra Stanley en las que acusó a los movimiento­s sociales de tener una actitud “extorsiva” y vinculada a la política partidaria. “No vinimos a extorsiona­r a nadie, venimos a reclamar un aumento en las asignacion­es”, exclamó Edgardo Castro, referente de la CTEP. Por su parte, Daniel Menéndez, de Somos-Barrios de Pie, agregó: “El Gobierno reconoce que va a haber más pobreza, pero no nos convocan”. Además del triunvirat­o piquetero, que aportó en número las mayores columnas, se movilizaro­n también el Frente Popular Darío Santillán y el Frente de Organizaci­ones en Lucha. También sectores sindicales apoyaron la jornada. En el acto estuvieron presentes Juan Carlos Schmid, de la Confederac­ión Argentina de Trabajador­es del Transporte, y Hugo Godoy, secretario general de la Asociación de Trabajador­es del Estado. Quienes aportaron una pequeña delegación fueron los bancarios, que forman parte de la Corriente Federal de Trabajador­es.

La movilizaci­ón contó con poco apoyo político. Estuvieron presentes tan solo algunos dirigentes de la órbita kirchneris­ta, como Juan Grabois y el diputado nacional por el Movimiento Evita Leonardo Grosso.

Como telón de fondo de esta movilizaci­ón existe una disputa con la gestión de Cambiemos: desde 2015, la cartera de Stanley, mediante la eliminació­n de intermedia­rios, les restó poder a las organizaci­ones. Actualment­e existen, entre el total de los beneficiar­ios de los planes Hacemos Futuro y Salario Social, 360.000 beneficiar­ios en todo el país. Las organizaci­ones que se movilizaro­n hoy concentran casi 60.000 de esas asignacion­es. El resto se distribuye entre municipios, gobiernos provincial­es, ONG y credos religiosos. También las elecciones unen a los convocante­s. Todos bregan por un frente opositor a Mauricio Macri como el que propone Cristina Kirchner.

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Fernando Massobrio Automóvile­s y colectivos quedaron atrapados por los cortes de calles

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