LA NACION

Otra tormenta que alimenta el clima de inestabili­dad

- SILVIA PISANI CORRESPONS­AL EN ESPAÑA

¿ Yahora qué? España lleva más de un año pendiente y, después del mazazo que sufrió ayer el presidente Pedro Sánchez, que se jacta de saber “resistir”, no solo sigue pendiente, sino que, además, está en ascuas.

Para empezar, está pendiente de si el gobierno socialista se disolverá o, por el contrario, intenta la quimera de resistir en un escenario de inestabili­dad.

Está pendiente de si llamarán o no a elecciones y, en tal caso, cuándo. También de si Cataluña logrará separarse o si continuará siendo parte del país.

Está pendiente de un juicio –el más importante de los últimos años– para determinar responsabi­lidades en los hechos que llevaron a que, hace unos meses, Cataluña fuera independie­nte –o algo por el estilo– durante un rato en 2017.

El país cambió tanto en el pasado reciente que la noticia dura poco, antes de que la tape la siguiente.

Cambió de rey –Juan Carlos por Felipe– y el que era venerado pasó a un convenient­e segundo plano, en la medida en que aparecían elefantes muertos en cacerías, amantes y supuestos dineros en paraísos fiscales.

Supo España de repúblicas que nacían dentro de su territorio y que, luego del surgimient­o, exigían “diálogo”, para dotar de legalidad a la vía de los hechos. “Autodeterm­inación”, clamaban de un lado. “¡España, España!”, gritaban del otro.

En medio, Sánchez prometía “diálogo”, con el resultado a la vista. Se llegó hasta el mismo punto al que llegaron los otros: lo imposible.

Y, por primera vez en su democracia reciente, despachó España por la vía parlamenta­ria a un presidente, Mariano Rajoy, luego de que a su formación, el derechista Partido Popular (PP), le llovieran denuncias de corrupción.

El país cambió tanto en tan poco que, a veces, cuesta reconocerl­o. Pero muchas cosas, las de siempre, no cambian.

Por ejemplo, no se sabe si habrá elecciones. Todo parece indicar que sí, pero, a ciencia cierta, eso solo está en la libreta que leerá Sánchez. El hombre que reprochaba silencio y pasividad a su predecesor se retiró del Congreso con los labios apretados. Y el misterio seguirá hasta que no los abra.

A pesar de todo eso, sí se sabe ya lo que dirán cada uno de los partidos que esperan ganar votos en este nuevo escenario. No hay fecha de elecciones. Pero la campaña ya arrancó.

Sánchez dirá que está solo, como un héroe, contra “la derecha” y “el chantaje independen­tista”. La izquierda radical de Podemos, que “es hora de terminar con la casta” que siempre gobierna en su beneficio.

El nuevo líder del PP, el joven Pablo Casado, dirá que allí están ellos para salvar a las institucio­nes, y el liberal Albert Rivera, de Ciudadanos, para decir que no se engañe nadie, que los verdaderos salvadores son ellos.

Como nuevo jugador está la derecha radical de Vox, que se estrenará en los próximos comicios nacionales. En semejante escenario, están seguros de que algún viento les será favorable. Hasta hace poco, ni se atrevían a soñar con llegar al Congreso y ahora hacen cuentas.

Mucho cambió y, en el fondo, lo esencial sigue en lo mismo. No hay fecha de elecciones, cierto. Pero la campaña ya empezó.

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