LA NACION

–¿Y cuando viste entrar la pelota de

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más que bien. Y además es un conjunto de cosas. Tengo un grupo de grandísimo­s jugadores al lado que hace todo más fácil. Estoy muy agradecido con ellos: si el nivel del equipo es alto, eso nos hace resaltar a todos.

–Si tuvieras que definir por qué se dio tu cambio en River en dos palabras, ¿cuáles serían?

–Esfuerzo y perseveran­cia.

–¿Por qué?

–Porque en algún que otro momento no estuve en el nivel que yo quería. Y cuando no me tocaba jugar, seguía entrenando como si fuese titular. El trabajo me dio frutos y hoy tengo la suerte de poder decir que levanté la Copa Libertador­es y jugando en un buen nivel. Disfruto de cada partido y estoy muy agradecido con el hincha por el cariño.

–¿Y cómo vivías los momentos que no te tocó jugar?

–Charlaba mucho con la familia, que son las personas que siempre están. Después, sí, hablaba con el entrenador: él siempre vio que yo seguí entrenando igual y quizá por eso después me volvió a dar la oportunida­d. Por suerte la pude aprovechar.

–¿En algún momento pensaste en irte?

–No, en ningún momento se me cruzó por la cabeza irme de River. Estar en este club es algo soñado, creo que todo jugador quiere estar acá. Además, tener la posibilida­d de integrar en este plantel… es muy lindo. Yo sabía que tenía que pelearla. Hoy estoy muy contento.

–¿Por qué River ganó la Copa Libertador­es?

–Porque hemos jugado muy buenos partidos y, aunque muchos fueron friccionad­os, logramos un nivel de juego altísimo y creo que siempre fuimos superiores. No me quedo con una sola fase destacada, sino con todas, incluso la final también. Jugamos contra equipos argentinos como Racing, Independie­nte y Boca con delanteros muy bravos, más Gremio de Brasil. Todos han sido muy duros, pero estuvimos sólidos en defensa para contenerlo­s bien.

–¿Cómo viviste los 40 días de la final?

–Fue un poco dramático todo y una lástima jugarla en España, hubiese sido más lindo jugarla en el Monumental con nuestra gente. Pero bueno, se dio así, nos tocó ir allá y gracias a Dios pudimos levantar la Copa, que era lo que queríamos desde un principio.

–¿Qué se te cruzaba por la cabeza en el vestuario del Bernabéu antes de jugar?

–Mirá… si no tenés nervios, no tenés sangre. Tenía los nervios normales de las ganas que me daban de entrar en la cancha y jugar el partido. Una vez que arrancó, te soltás, te tranquiliz­ás y empezás a vivir todo de otra manera.

–¿Qué pensaste cuando hizo el gol Benedetto?

–No, nada, estábamos haciendo un buen partido. En ningún momento se me vino algo malo a la cabeza. Sabía que podíamos revertir la situación, si sabemos jugar bien.

Juanfer?

–¡Fue algo increíble! Se hizo desear igual… llegó un poco tarde. Cuando entró ese segundo gol fue un desahogo tremendo para todos. Sabíamos que iba a llegar porque atacábamos mucho y creábamos situacione­s, nos faltaba quizás el último pase. Pero con esa genialidad de Juanfer ya nos empezamos a sentir campeones.

–Después del partido, “Perdón Milton” fue tendencia en Twitter y te empezaron a comprar con Roberto Carlos y con Marcelo. ¿Lo viste?

–(Risas) Sí, es un poco todo exagerado lo que se dice. Yo solo hice lo que tenía que hacer: demostrar para qué me trajeron a River. Hoy estoy feliz porque le pudimos dar la alegría a la gente de ganar la Copa Libertador­es. Cuando entramos a festejar al Monumental… fue algo muy lindo, es un momento que me va a quedar grabado para siempre en la memoria.

–Que no hayan traído un lateral izquierdo cuando se fue Saracchi, ¿fue un espaldaraz­o?

–Sí, desde un principio, desde el primer día que hablé con Gallardo en el semestre me demostró su respaldo. Es algo hermoso que un técnico como él siempre esté pendiente de mí. Yo tenía que aprovechar la situación y demostrar que estaba a la altura.

–¿En qué te potenció el Muñeco?

–Marcelo es un entrenador muy exigente, todo el tiempo está tratando de mejorarte. En lo individual, he aprendido muchas cosas. Mejoré muchísimo en el aspecto defensivo con él, potencié mucho la marca y estoy más sólido atacando y defendiend­o. Después también poder jugar siempre perfilado y con la pelota para adelante es algo que me inculca mucho.

–¿Hoy qué recordás del primer llamado de Gallardo para traerte a River?

–Me llamó para decirme que estaba interesado en contar conmigo, me preguntó qué ganas tenía yo y le dije que sería un sueño llegar al club más grande de la Argentina. Influyó mucho su llamado, el club venía de conquistar cosas importante­s… era un lindo desafío. Llegué desde la selección, firmé contrato y a los tres días debuté en un superclási­co. Lo disfruté al máximo.

–Fuiste a la Copa América 2015. ¿Te ves con chances en la selección nuevamente?

–Uno siempre tiene la expectativ­a y las ganas. Ojalá pueda tener otra oportunida­d. Para eso uno tiene que responder en su club y después ya pasa por el técnico.

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