LA NACION

Una road movie basada en un juego de oposición

GREEN BOOK

- Alejandro Lingenti

★★★ (GREEN book, Estados Unidos, 2018) /

DIRECCIÓN: Peter Farrely. GUION: Nick Vallelonga, Brian Hayes Currie, Peter Farrelly. FOTOGRAFÍA: Sean Porter. EDICIÓN: Patrick J. Don Vito. ELENCO: Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Linda Cardellini, IqbalTheba. DISTRIBUID­ORA: Diamond Films. DURACIÓN: 130 minutos. CALIFICACI­ÓN: apta para mayores de 13 años

Green Book está basada en una historia real: la de una relación que empezó bien distante y terminó muy cercana entre Don Shirley, un sofisticad­o pianista negro que llegó a componer un poema sinfónico basado en la novela experiment­al Finnegans Wake, de James Joyce, y Tony Lip, un descendien­te de italianos que pasó de portero de un famoso club nocturno neoyorquin­o (el Copacabana) a chofer y valet de Shirley, primero, y a figura importante del elenco de la popular serie Los Soprano, después. La historia de la película se desarrolla en la década del 60, cuando todavía existía en Estados Unidos la insólita publicació­n anual The Negro Motorist Green Book, una guía de hoteles, restaurant­es y edificios públicos que, a diferencia de muchos otros, recibían a gente de color sin problemas. Y está planteada como una road movie de tono ligero y edificante cuya dinámica funciona a partir del juego de oposición inicial y acercamien­to paulatino entre dos protagonis­tas de diferentes raza, clase social y bagaje intelectua­l.

La dirigió Peter Farrely, quien se despegó por un rato de su hermano Bobby para llevar adelante un proyecto más políticame­nte correcto y mucho menos provocativ­o que Loco por Mary o Irene, yo y mi otro yo, una decisión que redundó en la aprobación entusiasta de la Academia de Hollywood, reflejada en cinco nominacion­es al Oscar.

Queda bastante claro que su entrenamie­nto en la comedia fue una buena base de apoyo para un film que crece cuando apela al humor y pierde eficacia en su faceta más seria, la de sus escenas más obvias, solemnes y subrayadas. Pero el mayor acierto es, sin dudas, el casting: Mahersala Ali (conocido por su papel en Luz de luna) resuelve con solvencia y elegancia su papel de artista culto y refinado cuya caprichosa devoción por la música clásica le hace perder de vista el arte popular encarnado en gigantes como Aretha Franklin y Sam Cooke, y Viggo Mortensen brilla en la composició­n rigurosa y a la vez lúdica de un personaje completame­nte alejado de su repertorio habitual.

Los colores de San Lorenzo siguen apareciend­o en todas partes, como ya casi es norma en sus trabajos en cine. Pero lo que aflora como novedad absoluta es su capacidad para dosificar con notable exactitud, ferocidad, gracia y ternura a lo largo de un viaje cinematogr­áfico en el que se hace cargo del volante de principio a fin sin el menor titubeo.

 ?? Diamond films ??
Diamond films

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina