LA NACION

La guardiana de los escaladore­s de El Chaltén

Carolina Codó llegó en 1994 y armó el puesto sanitario y la Comisión de Auxilio; el 10% de los vecinos participan de los operativos; son voluntario­s que no tienen apoyo del Estado

- Mariela Arias CorrESPoNS­AL EN SANTA CrUz

Esta temporada viene siendo muy dura para la comunidad de escaladore­s que todos los años peregrina a El Chaltén, el idílico pueblo de cordillera en Santa Cruz: en lo que va del verano ya murieron cuatro personas. Carolina Codó lo sabe muy bien. Es escaladora, médica del hospital y, desde la Comisión de Auxilio, está a cargo de la coordinaci­ón de los operativos de rescate en alta montaña. “Lo hacemos por altruismo total”, dice.

EL CHALTÉN, Santa Cruz.– Carolina Codó tiene 49 años y dice que su tarea es la combinació­n perfecta de las cosas que ama. Es médica generalist­a y fundadora de la Comisión de Auxilio. Antes de recibirse ya era una avezada escaladora y aquí no solo ejerce la medicina desde hace 26 años, sino que también coordina los operativos de rescate en la alta montaña y les brinda a los montañista­s los primeros auxilios.

“En definitiva, todo aquí tiene que ver con las montañas”, reflexiona Codó al finalizar la jornada como médica y antes de ir a calzarse la ropa para escalar. Afuera el sol estalla en la siesta y el día largo de verano le promete varias horas por delante.

Cuando llegó desde Córdoba, en 1994, había solo 40 personas y todo estaba por hacerse: armó de cero el puesto sanitario, recorrió las estancias para atender a los puesteros solitarios y por nueve años fue la única médica del pueblo, al que vino por un año y en el que ya lleva más de media vida.

A poco de llegar, fundó el Centro Andino; al año siguiente, un escalador italiano, Favio Stedile, murió en la montaña. Ella y un par de escaladore­s más, con la ayuda de un helicópter­o de la Gendarmerí­a, rescataron el cuerpo.

“El padre se contactó conmigo, quiso venir a conocernos, nos agradeció y ofreció su ayuda. Favio era rescatista en Italia y su padre se ofreció a asesorarno­s con material técnico y cursos de capacitaci­ón, así que desde entonces nos apadrina la Sociedad de Alpinistas de Trento. Así nació la Comisión de Auxilio dentro del centro andino que lleva el nombre de Favio”, detalla la médica.

Hoy, la Comisión de Auxilio sintetiza el espíritu del pueblo. El Chaltén no solo es la meca del montañismo en la Patagonia, sino también un pueblo solidario que se pone el traje de rescatista cuando llega un pedido de auxilio desde las magnéticas agujas de granito que marcan el ritmo de la localidad. Sus pobladores son cálidos anfitrione­s cada temporada, pero también se convierten en expertos rescatista­s cuando es necesario.

Accidentes

El 10% de la población integra la Comisión de Auxilio. La actual temporada no les da respiro: ya hubo cuatro muertes y varias evacuacion­es con escaladore­s lastimados. Los integrante­s de la comisión son experiment­ados escaladore­s y guías de alta montaña. Los que no, ayudan con tareas de menor riesgo. A todos los unen el amor al deporte y un enorme sentido de la solidarida­d.

Un container azul ubicado detrás del puesto sanitario es la sede de los operativos de rescate. Adentro atesora metros de sogas de escalada, botiquín, bolsa para el transporte de cuerpos, férulas, colchón de vacío, camperas, cascos, bolsas de dormir, equipos de comunicaci­ones, camillas con manijas para el sendero y otras que se deslizan por el hielo, entre diversos elementos.

“En su mayoría son donaciones que recibimos de Italia y de escaladore­s que nos van dejando sus cosas, pero lo cierto es que cada voluntario va a la montaña con su propio equipo de escalada”, detalla Codó, mientras describe para qué se utiliza cada elemento. En cada rescate participan entre 40 y 50 personas, según la dificultad de acceso del lugar.

“Para cada lugar tenemos un protocolo. Primero, va un grupo de contacto. Van muy livianos, con poca carga y botiquines para hacer la primera asistencia. Y para determinar cuál es el cuadro de situación”, detalla Martín Heredia, que tiene 43 años y es guía de montaña. Nació en río Negro, pero hace 21 años que vive aquí.

De acuerdo con la dificultad del lugar se designan los rescatista­s. Los más expertos van en los primeros grupos; luego siguen los que no tienen tanta experienci­a, que portan camillas y otros elementos. Todos son voluntario­s. “Todo el pueblo nos ayuda y se compromete cuando hay un rescate; nos donan desde el pan para las viandas hasta lo que haga falta, todos llaman y están presentes, creo que lo hacen porque saben que nuestro trabajo es voluntario”, detalla Codó.

Incendio

Hace unos años, el Centro Andino sufrió un incendio y se perdió todo. Solo se salvó el equipo de rescate. “No teníamos dinero para reconstrui­rlo y salimos a pedir ayuda a empresas, a clientes, al pueblo, y todos respondier­on”, detalla Leonardo Viamonte, vicepresid­ente del club y otro de los coordinado­res de los rescates.

La Comisión de Auxilio es clave en la localidad: es el único equipo humano que tiene capacidad técnica y humana para los rescates de alta montaña. “Trabajamos con Parques Nacionales y con la Gendarmerí­a, que rescatan en los senderos dentro del parque. Nosotros intervenim­os solamente en los rescates técnicos. El Estado no está en condicione­s de afrontar un equipo de rescate como el nuestro”, detalla Viamonte, que tiene 43 años y nació en Mar del Plata, pero en 2003 se radicó aquí con su familia.

Pero ¿qué los impulsa a arriesgar la vida para salvar a otros? “Lo hacemos por altruismo total, no esperamos una recompensa ni un pago ni nada por el estilo, es ponerse en lugar del que se equivocó y ayudarlo”, dice Heredia. A su lado, Viamonte apunta: “No somos de la idea de prohibir los deportes de aventura, al contrario, los apoyamos y promociona­mos”.

Son consciente­s del riesgo que emprenden en cada rescate. No piden nada. Sienten que compromete­rse con la montaña también es parte de vivir aquí. No tienen apoyo del Estado. Lo único que anhelan es lograr que alguna institució­n pública o privada les dé un seguro que los proteja y les cubra el lucro cesante de cada rescate.

Aquí no solamente esperan turistas y escaladore­s; también los cuidan y velan por ellos. Quizá por eso también El Chaltén fue elegido como uno de los diez destinos más hospitalar­ios del mundo, según la plataforma de reserva de hoteles Booking.com. Si tuvieron una emergencia, algunos de los visitantes seguro fueron atendidos por Codó, la médica que no les tiene miedo a los desafíos.

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Myrna ErMrich
 ?? Mariela arias ?? Carolina Codó junto con parte de la Comisión de Auxilio, experiment­ados escaladore­s y guías
Mariela arias Carolina Codó junto con parte de la Comisión de Auxilio, experiment­ados escaladore­s y guías

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