LA NACION

La sorpresiva incorporac­ión de Chile a la candidatur­a para 2030 alivia a la Argentina

En la organizaci­ón de la Copa, el país trasandino le daría un salto de calidad en infraestru­ctura y relajaría las obligacion­es de la Argentina

- Alejandro Casar González

En la organizaci­ón de un Mundial juega mucho más la política que el deporte. Las idas y vueltas de la candidatur­a sudamerica­na rumbo al torneo de

2030 son una muestra gratis. Empezó siendo exclusivo de Uruguay, el país que hospedó la primera realizació­n, que ese año cumplirá su centenario. Se anexó Argentina, con más infraestru­ctura y capacidad para cobijar a los

48 equipos y sus hinchas. La relación entre Mauricio Macri y Horacio Cartes (expresiden­te paraguayo) derivó en que los guaraníes se unieran a la iniciativa el año pasado, cuestión que derivó en un mini incidente diplomátic­o con Uruguay. El último convidado fue Chile, luego de que Macri, Cartes y Tabaré Vázquez aceptaran el pedido de Sebastián Piñera, primer mandatario trasandino.

El anuncio fue más millennial que tradiciona­l. En lugar de una conferenci­a de prensa en el Palacio de la Moneda, de Santiago, Piñera eligió Twitter. Luego hubo un comunicado conjunto. Nada rimbombant­e porque hay poco para mostrar. Apenas una página web (iniciativa­2030.org) que ni siquiera tiene la bandera chilena. En rigor, el convite a Chile sirve mucho más puertas adentro que afuera. Su economía, al contrario que la argentina, está fuerte (2,6% de inflación en 2018; crecimient­o de 3,9%) y, además, cuenta con varios estadios de primer nivel: acaba de organizar el Sudamerica­no Sub 20 y tuvo la Copa América en 2015. En los papeles, la llegada de Chile relaja las obligacion­es de la Argentina, que iba a tener la mayor cuota de responsabi­lidad, de partidos y de inversión del trío (ahora cuarteto) organizado­r.

“Sabíamos que Chile iba a anunciar que se sumaba a la candidatur­a. Estábamos esperando que lo anunciara oficialmen­te. La Conmebol ya le comunicó a la FIFA que la postulació­n sudamerica­na tendrá cuatro países”, contaron desde las oficinas de la Conmebol en Asunción. Nadie esperaba, sin embargo, un anuncio vía Twitter. Algo parecido dijo la AFA, que estaba al tanto de las negociacio­nes a nivel político entre los gobiernos de los tres países. Todo se terminó de confirmar luego de la reunión entre Macri y Vázquez cuyo tema principal fue la situación de Venezuela.

“Para mí, el Mundial de 2030 está vivo. Y para Argentina y Uruguay, me consta que también”, había dicho Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, en una entrevista con la nacion. Y al ser consultado por los problemas económicos que afectan, sobre todo, a la Argentina, el dirigente paraguayo fue tajante: “Si fuera por una cuestión económica, el fútbol sudamerica­no no se hubiera jugado nunca”. Es decir que, por más millones que haya que invertir, los países que participan no se darán por vencidos.

El camino de los cuatro integrante­s de esta iniciativa sigue el miércoles 20 de febrero en Punta del Este. Allí, en la costa uruguaya, se producirá el estreno de Chile en la mesa chica de los que quieren organizar el Mundial dentro de 11 años. “No están previstas más incorporac­iones”, deslizaron cerca del Comité organizado­r Local (COL) de la postulació­n. Esa entidad tiene un CEO que rota todos los años. En 2018, ese cargo fue del empresario argentino Fernando Marín. En el COL también fueron claros y confirmaro­n que los responsabl­es de aceptar o no nuevos países es potestad de los presidente­s. Es decir, Macri, Tabárez, Abdo (sucesor de Cartes) y, ahora, Piñera. A ellos deberá convencer Evo Morales, quien ya lo ha intentado varias veces. “Digo con mucho respeto que quisiéramo­s acompañar también con dos o tres departamen­tos como ‘subsedes’. Debemos ver cómo juntarnos para garantizar este campeonato mundial de fútbol, a 100 años del primero”, propuso el presidente boliviano en la Cumbre del Mercosur de diciembre del año pasado. Sin embargo, el grupo de los tres eligió como aliado a Chile. Y lo sumó al proyecto.

Luego de presentar su plan de factibilid­ad, y de que la FIFA apruebe la candidatur­a sudamerica­na a cuatro bandas, los países tendrán la prueba de fuego: saber quiénes pujarán también por el torneo de 2030. Europa ya adelantó que si el Reino Unido e irlanda concretan su iniciativa de postularse, los apoyará. Desde Downing Street, sede del gobierno inglés, también adelantaro­n su apoyo si es que las asociacion­es nacionales de Escocia, irlanda del Sur, inglaterra, Gales e irlanda del Norte deciden presentars­e. El visto bueno del Poder Ejecutivo es fundamenta­l: se trata, en definitiva, del brazo político. “Si deciden ir para adelante, pueden contar con el total apoyo de este gobierno”, dijo la primera ministra inglesa, Theresa May.

Por otro lado, Marruecos volverá a intentarlo. Y no debería descartars­e una eventual postula ción con españa. Tendría el atractivo de ser la primera que una dos continente­s: Europa con África. ¿Y China? Nadie sabe qué decidirá el gigante asiático. Por lo pronto, ya ubicó varias empresas en el escaparate de la FIFA. El gigante Wanda (que le puso su nombre al flamante estadio de Atlético de Madrid) es socio estratégic­o de la multinacio­nal del fútbol. Mengiu Group, Vivo y Hisense son otras empresas de aquel país que estamparon su logo en el último Mundial, efectuado en Rusia. Si China se lo propone podría ser un rival de considerac­ión para los sudamerica­nos. La confirmaci­ón podría darse en mayo próximo, cuando el presidente de la FIFA visite el país.

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