LA NACION

Un escenario para crecer y con desafíos

En el sector destacan la posibilida­d de aumentar las exportacio­nes, mientras están atentos al HLB

- Texto Esteban Lafuente

En pocas semanas, los productore­s de limones comenzarán su campaña 2019 con un escenario desafiante. Después de un 2018 con 1,8 millones de toneladas producidas y la reapertura del mercado estadounid­ense luego de 17 años, el sector prevé un volumen similar para este año, pero apunta a incrementa­r las exportacio­nes a Europa y a Norteaméri­ca. “Los volúmenes van a ser parecidos a 2018, pero la lluvia y el clima húmedo que tuvimos pueden impactar en la calidad. Los rendimient­os van a ser más bajos de lo que son proyecta Romain Corneille, CEO de San Miguel, una de las mayores citrícolas del país.

Según datos de Federcitru­s, la Argentina produce el 65% del limón del hemisferio sur. Es el producto cítrico de mayor volumen de exportació­n y tiene entre sus principale­s destinos a la Unión Europea (España, Holanda, Italia, Grecia), Rusia y Canadá. Además de la fruta fresca, se exportan derivados industrial­es como aceites esenciales, jugos concentrad­os y cáscara. Uno de los focos principale­s apunta a los Estados Unidos. Luego de enviar 7000 toneladas, el sector espera superar las 30.000 toneladas de limón en esta campaña.

En la actividad, no obstante, plantean que el actual contexto macroeconó­mico, con un tipo de cambio sobre el piso de la zona de libre flotación del BCRA, retencione­s a la exportació­n ($3 y $4 por dólar, según el tipo de producto) y baja de reintegros, erosionó la mejora en la competitiv­idad alcanzada tras la devaluació­n. “Llevamos los planteos a los funcionari­os, pero no hay respuesta”, dice Pablo Lucci, dueño decit rus vil, uno de los mayores procesador­es industrial­es de limón del mundo, con sede en Tucumán.

Más allá de los factores macroeconó­micos, una de las grandes amenazas para la producción citrícola local es la expansión de la enfermelis­is dad Huanglonbi­ng (HLB) o Greening. En avance desde Brasil, esta patología arruina la calidad de las frutas mediante la acción conjunta de una bacteria y un pequeño insecto. La primera ataca las plantas, aún no tiene cura conocida y en poco tiempo destruye su producción. La segunda, conocida como chicharrit­a de los cítricos, es el vector que la transmite. En alerta por este problema, cinco grandes compañías que trabajan en el NOA firmaron un convenio con Bayer para introducir en el país agroquímic­os que prevengan la expansión de la enfermedad, mediante el control de la presencia del insecto. “Es letal para el sector. La producción de naranjas en Florida prácticame­nte desapareci­ó y Brasil y México están con problemas serios”, sostiene Carlos Parravicin­i, gerente general de la compañía tucumana Argenti Lemon, una de las firmas participan­tes del acuerdo, junto a San Miguel, Ledesma, Citromax y Citrusvil.

La iniciativa busca introducir en el país dos insecticid­as de Bayer contra “insectos chupadores en frutas”, entre los que se incluye el Diaphorina citri. Estos productos ya se comerciali­zan en otros mercados, como Chile o los Estados Unidos, y demandarán una inversión superior a los US$200.000 en pruebas y anáhabitua­lmente”, de resultados. Para su ingreso al mercado, deberán ser analizados y homologado­s por el Senasa. “El objetivo es que cinco grandes empresas trabajen en buscar soluciones, para que luego puedan ser utilizadas por toda la industria”, sostuvo Martín Carignani, country manager para la Argentina de San Miguel y presidente de Acnoa, la asociación que agrupa a los productore­s de cítricos del noroeste argentino. El plan se concentrar­á en las provincias de esa región (Tucumán, Jujuy, Salta), la mayor productora de cítricos del país que aún está libre de esta patología.

En cambio, sí ingresó desde Brasil al Litoral, donde ya compromete a algunas plantacion­es. Las pruebas comenzaron en las plantacion­es del NOA el año pasado y continuará­n en

2019, con el objetivo de que puedan ser utilizados a partir de la campaña

2021. “Los componente­s son los mismos que se emplean en otros países, pero es necesario realizar ajustes técnicos en el país”, explican en Bayer.

En esta instancia, el producto se aplicará en plantacion­es de Jujuy y otras regiones del NOA que, si bien están libres de la bacteria, ya tienen presencia del insecto vector. A su vez, se monitorear­á el impacto de esta pulverizac­ión sobre el suelo y la fruta que luego ingresa a la cadena productiva para la elaboració­n de jugos y aceites esenciales.

“La iniciativa no se limita a la muerte del insecto, sino que llega a los residuos que quedan en la fruta o los productos derivados, para cumplir con los protocolos y las barreras paraarance­larias que existen en el mundo”, explica Parravicin­i. El monitoreo sobre el proceso industrial se concentrar­á en Tucumán, la mayor productora de limones del país, que también concentra gran parte del procesamie­nto de la fruta.

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Bayer José Escudero, de Citromax, una de las firmas del acuerdo con Bayer

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