LA NACION

La viuda de Muñoz acusó al abogado Burlando de extorsión

Pochetti involucró al abogado en las transferen­cias de fondos ilegales al exterior

- Hugo Alconada Mon

La viuda del exsecretar­io privado de los Kirchner Daniel Muñoz, acusó al abogado penalista Fernando Burlando de intermedia­r en el presunto pago de más de US$3 millones que una de las mujeres que participó en el lavado de decenas de millones de dólares le exigió a cambio de su silencio.

Según la confesión de la viuda Carolina Pochetti, Burlando coordinó las gestiones para que Elizabeth Ortiz Municoy, presunta testaferro, recibiera múltiples transferen­cias en el exterior a partir de 2016, siempre por debajo de los US$200.000 para que no saltaran las alarmas antilavado. Devenida “arrepentid­a” como Pochetti, Ortiz Municoy no aludió a esos US$3 millones ante los fiscales que investigan los cuadernos de la corrupción, Carlos Stornelli y Carlos Rívolo. Pero sí admitió que recibió dinero de la viuda de Muñoz, con los que, entre otros gastos, le pagó US$50.000 a Burlando a quien tiempo después dijo que despidió tras sospechar que en vez de defen- derla trabajaba para alguien más.

Consultado por la nacion, Burlando negó los dichos de ambas. “En su momento defendí a Ortiz Municoy, quien se convirtió en la primera arrepentid­a mujer de la causa cuadernos y cargó contra Pochetti. Acaso por eso, Pochetti tenga un estado de ánimo contrario a mí”, afirmó, para luego negar cualquier rol en movimiento­s de dinero. “Ignoro de qué hablan y soy ajeno a todo eso”, replicó. “Que haya pasado ese dinero por mis manos, cero. [Pero] son los típicos problemas que se presentan con los arrepentid­os”, adujo.

Según relató Pochetti ante los fiscales, la presunta extorsión comenzó a gestarse a partir de la difusión de los Panama Papers, en abril de 2016, cuando el Consorcio Internacio­nal de Periodista­s de Investigac­ión (ICIJ, en inglés) que integra la nacion reveló que Muñoz y su entorno aparecían vinculados a sociedades offshore que habían invertido decenas de millones de dólares en inmuebles en Estados Unidos.

“Después de un tiempo”, y ya fallecido Muñoz, relató su viuda, Municoy empezó a enviarle “mensajes en relación a que le debía pagar porque si no tenía mucha documentac­ión para presentar que iba a tener problemas”. “Me dijo que me iba a denunciar en un medio de comunicaci­ón, no sé si Infobae”, planteó Pochetti, que recordó que para entonces también tenía contrapunt­os con su propio abogado Miguel Ángel Plo, quien ahora se encuentra detenido, procesado como presunto lavador.

“Cuando Ortiz Municoy comienza a hostigarme y no lo puedo solucionar, me asusto y le pido a Miguel Plo que quiero pagarle porque me amenazaba con denunciarm­e. Plo se enojó conmigo porque él decía que si le pagaba ella iba a seguir extorsioná­ndome”, reconoció Pochetti ante los fiscales. “Yo quería dejar de seguir recibiendo hostigamie­ntos, quería que se les pague para que no se hagan público las cosas. Yo tuve una discusión con Plo por ello y termina accediendo a mi pedido porque yo no me moví de mi posición”. Fue entonces, precisó la viuda de Muñoz, cuando Plo se puso “en contacto con el doctor Burlando, que es quien le pasa las cuentas de Ortiz Municoy. […] Luego de ello se le transfirió más de tres millones de dólares a esas cuentas, que fueron varias y me apuraban que tenía que ser rápido y fue a finales de 2016”, relató Pochetti, según reconstruy­ó el juez federal Claudio Bonadio en una resolución de 396 páginas en la que dispuso los procesamie­ntos y embargos del clan Muñoz.

Ante los fiscales, Pochetti aclaró entonces que ella nunca vio a Burlando y que podía equivocars­e con las fechas, que recordaba de memoria, pero que las cuentas desde las cuales se giró el dinero las manejaba su primo Carlos Gellert, a quien ella le pidió que completara las transferen­cias. “No sé si [Ortiz] Municoy cobró todo el dinero, pero a mí no me molestó más y Plo ya no me dijo más nada en relación a ello”, rememoró.

Convertido también en “imputado colaborado­r”, Gellert confirmó que se encargó de múltiples transferen­cias. “Las hacía yo por indicación vía Whatsapp” y hacia las cuentas que le ordenaran. “Eran transferen­cias que rondaban los 190.000 o 200.00 dólares. Eran bastantes transferen­cias”, alegó.

Según la viuda de Muñoz, el dinero de la extorsión se giró a dos países: “A Hong Kong y algunas dentro de los Estados Unidos, creo que en Los Ángeles. No recuerdo dónde quedó el listado porque me lo dieron en la oficina del doctor Plo y me explicaron que no debían superar ciertos importes. Por eso eran entre 150.000 y 200.000 dólares. Fue en un lapso de unas semanas”, precisó.

Sin embargo, ese no habría sido el único lazo que vinculó a Burlando con la viuda de Muñoz. Según sospechan los investigad­ores de otra causa penal que tramita en La Plata centrada en la banda que integraba el exjuez César Melazo, Burlando sería el Burlete o Fernando al que aluden dos acusados y que les habría pasado informació­n para planificar el secuestro de una hija de Muñoz, según reveló el diario Perfil en septiembre de 2018.

Consultado en aquel momento por Perfil, Burlando negó conocer a Muñoz o a su esposa o haber proporcion­ado datos para un secuestro a un miembro de la banda a quien por entonces él patrocinab­a. “Si me nombran [los integrante­s de la banda] puede ser para jerarquiza­rse, o pueden estar hablando de otra persona. Que sea yo es una interpreta­ción que hace la policía”, respondió.

Ante los fiscales Stornelli y Rívolo, en tanto, Ortiz Municoy dio otra versión. Dijo que ella estaba “aterrada” tras la difusión de los Panama Papers, que le pidió a su abogada Ana Rosenfeld que le recomendar­a un penalista, que ella lo contactó con Burlando, a quien le contó “todo” y que desde entonces no tuvo más contacto directo con todo el entorno de Muñoz. Casi tres años después, sin embargo, Ortiz Municoy prescindió de los servicios de Burlando. Según ella, porque él le indicó que “no era convenient­e relatar los hechos en los cuales estaba involucrad­o el abogado Miguel Ángel Plo y su familia”.

“Quiero decir que la estrategia que me proponía Burlando a mí me generaba una incomodida­d porque yo no podía relatar la historia completa de lo sucedido, sin poder nombrar a Plo y su familia”, afirmó Ortiz Municoy. Y concluyó que, por eso y en contra del consejo de Burlando, decidió contar la historia a los fiscales. Ortiz Municoy resolvió entonces dar otro paso: “Burlando quería evitar que yo declarase ese día en la Fiscalía y fundamenta­lmente parecía cuidar más los intereses de Plo que los míos, motivo por el cual decidí apartarlo de mi defensa”.

Para Burlando, sin embargo, lo vertido por Pochetti y Ortiz Municoy “es contradict­orio”, y negó que Ortiz Municoy lo haya despedido, sino que él renunció. “Fue por cosas que no me gustaron de otro profesiona­l que estaba con ella y por eso me alejé”.

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Fernando burlando abogado penalista

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