Trump lleva la pelea por el muro a las elecciones de 2020
Con la declaración de la emergencia dio inicio a la máxima batalla de campaña
WASHINGTON.– La decisión del presidente Donald trump de declarar una “emergencia nacional” para avanzar en la construcción de su muro en la frontera con México dio inicio a la máxima batalla de su presidencia, una puja política, moral y legal sobre la principal promesa de su campaña que lo llevó a la Casa Blanca.
Esa pelea se estirará, casi con certeza, hasta las próximas elecciones. trump decidió jugar a fondo con una de las movidas más audaces y polémicas que tomó como presidente: declaró una “emergencia nacional” por una crisis de seguridad en la frontera –inexistente, según sus detractores– para manotear unos 6500 millones de dólares del presupuesto y gastarlos en su promesa. El Congreso solo le había dado poco menos de 1400 millones.
Con una firma, trump torció las reglas de juego y recicló la pelea por el muro, y la estiró hasta la próxima campaña, en la que buscará un segundo mandato. Un intento por transformar un fracaso en una nueva oportunidad. Los demócratas y varias figuras republicanas pusieron el grito en el cielo. Denunciaron un abuso del poder presidencial, un ataque a la Constitución y a la división de poderes.
todo, por una crisis inventada: estadísticas y estudios oficiales y privados pintan una realidad antagónica a la distopía que presentó trump, que habló de una “invasión” de drogas, criminales y pandillas a través de la frontera con México. organizaciones civiles ya presentaron demandas ante la Justicia para frenar la declaración.
El propio trump les dio un argumento para usar en su contra. “Podría haber hecho el muro en más tiempo. No necesitaba hacer esto. Pero prefiero hacerlo mucho más rápido”, dijo trump, al responder preguntas luego de anunciar la medida en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca. “Creo que solo quiero hacerlo más rápido, eso es todo”, insistió.
“Señor presidente, ¿cómo puede ser esto una emergencia nacional si dice que no necesita hacerlo?”, tuiteó en respuesta el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer. “Irreal”, agregó. Detrás de esa pantagruélica contradicción presidencial hay un cálculo político. trump ya sabía que su movida terminaría en la Justicia.
De hecho, pronosticó en su discurso que llegará hasta la Corte Suprema. “Y ganaremos en la Corte”, desafió. trump apostó a que el máximo tribunal, donde colocó a dos nuevos conservadores y logró arraigar una mayoría ideológica afín, le dará la razón. Pero, aun si eso no ocurriera y perdiera en la Corte, trump se aseguró que la pelea por el muro sobreviva varios meses y le brinde munición para la campaña.
En su último acto, en El Paso (texas), en la frontera con México, trump inauguró un nuevo eslogan: “terminemos el muro”. El nacimiento de ese mensaje fue el acta de defunción de su viejo mensaje de campaña: “Construyamos el muro”. Con un verbo distinto, trump se las ingenió para reciclar su principal promesa de 2016 para la campaña de 2020. La obsesión de trump por el muro ha eclipsado todas las demás discusiones políticas. otros temas despuntan y mueren en días, o menos.
Esta semana, por caso, la deuda pública de Estados Unidos llegó por primera vez en la historia a los 22 billones de dólares, y se encamina a superar, en relación con el tamaño de la economía, el pico que alcanzó en la Segunda Guerra Mundial. trump había dicho en campaña que podía eliminarla en ocho años. El tema pasó y se fue, sin mayor debate. La pelea por el muro le sirve también a los demócratas: se convirtió en el símbolo máximo del trumpismo. “Un muro es una inmoralidad. No es lo que somos como nación”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Fue incluso más allá: dijo que el muro entre México y Estados Unidos era una distracción respecto del “verdadero muro”, entre los simpatizantes del magnate y el impacto de su gobierno. “No quiere que sepan cómo los está dañando, y usa el muro. Es un maestro de la diversión”, dijo Pelosi, a principios de este año.
Aunque se crea la realidad que plantea trump, o la que sugiere Pelosi, una realidad es innegable: la discusión por el muro continuará. Y por varios meses más.