LA NACION

Un domicilio que fue motivo de polémicas y operativos policiales

El lunes pasado, la casa de Río Gallegos volvió a ser inspeccion­ado por las fuerzas de seguridad

- Mariela Arias

RÍO GALLEGOS.– No es la primera vez que la casa de los padres de Néstor Kirchner está en el centro de la polémica: la vivienda sencilla y sin estridenci­as ubicada a cuatro cuadras del centro de la ciudad fue escenario de un episodio violento, nunca esclarecid­o, denunciado por Cristina Kirchner en 2016, que ella relacionó como un caso de persecució­n sobre su familia.

En la vivienda de 25 de Mayo 446 vivieron Carlos Kirchner y María Ostoic, los padres de Kirchner.

El 23 de junio de 2016, vía Facebook, la expresiden­ta denunció que la casa había sido violentada aunque aclaró que no robaron nada y apuntó a una posible “fuerza paraestata­l”.

“En la madrugada del día sábado 18 de junio rompieron y abrieron, a patadas, la puerta de entrada de la vivienda de 25 de Mayo 446 en Río Gallegos. No es cualquier lugar. Es la casa de los padres de quien fuera mi compañero, en la que también viví junto a él y mi hijo recién nacido, hasta que pudimos mudarnos. Allí también pasó parte de su infancia junto a la abuela, su único nieto varón. Me enteré del hecho, y sus caracterís­ticas, estando en El Calafate. Debo decir que, cuando vi la foto, me pareció un hecho absolutame­nte violento e intimidato­rio, que refleja claramente un clima de época”, escribió entonces la expresiden­ta.

En la misma denuncia pública que acompañó con una foto de una puerta rota, la exmandatar­ia vinculó el suceso con la llegada a Río Gallegos de seis oficiales de la Policía Metropolit­ana. El sitio Periodismo y Punto reveló que los efectivos policiales mencionado­s por Cristina Kirchner en su denuncia habían sido destinados a realizar trabajos de inteligenc­ia a solicitud del juzgado federal del juez Claudio Bonadio. La vinculació­n de la policía que hizo la expresiden­ta con los sucesos en la casa de su suegra nunca fueron aclarados públicamen­te.

Las revelacion­es del contador Víctor Manzanares ubican la vivienda como uno de los lugares donde, según su confesión, se ocultaron millones de dólares que luego fueron a parar a la compra de propiedade­s en el extranjero.

La casa estuvo habitada por María Ostoic, hasta la muerte de Néstor Kirchner, sin custodia especial. Recién en 2007, luego de que el entonces presidente denunciara que una manifestac­ión docente había molestado a su madre durante la madrugada, empezó a tener consigna en la puerta. Los docentes negaron ese episodio, el escrache existió, pero a dos cuadras, en la casa vacía que Kirchner compró en 2003, a poco de asumir la presidenci­a.

Ostoic sobrevivió a su hijo hasta 2013, pero sus últimos años los pasó en Buenos Aires al cuidado de su hija Alicia Kirchner.

Algunos cambios sufrió la casa en los últimos años: le agregaron rejas en el ingreso lateral de vehículos, que comunica la casa principal con unas dependenci­as en el fondo del terreno.

El lunes pasado, vecinos de la cuadra atestiguan que un fuerte operativo policial tuvo al domicilio otra vez en escena.

Desde 2016 diferentes episodios en busca de dinero escondido se sucedieron en Río Gallegos: el secuestro de horas de Roberto Sosa y el asalto a la casa de los padres de Daniel Álvarez, ambos secretario­s de Néstor Kirchner, al igual que el secuestro de dos estanciero­s cercanos a Lázaro Báez. Todos, tras la búsqueda de un supuesto botín.

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Horacio córdoba La casa donde vivieron los padres de Néstor Kirchner, en Río Gallegos

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