LA NACION

La recesión enciende luces de alerta en las cuentas públicas de las provincias

En los gobiernos locales hay preocupaci­ón por una caída de los recursos propios; tras un 2018 en el que el ajuste jugó su rol, la cuestión salarial será fundamenta­l

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA–. La recesión empezó a golpear la recaudació­n propia de las provincias ya en el último trimestre de 2018. Y ese efecto de la caída del nivel de actividad se profundizó en enero. El mayor impacto se da en los distritos grandes que dependen en menor medida que otros de la coparticip­ación de impuestos de recaudació­n nacional.

La baja de ingresos por menor actividad y por la reducción de alícuotas de Ingresos Brutos (en algunos casos) a la que obligó el Consenso Fiscal, de la mano de los mayores compromiso­s asumidos por las jurisdicci­ones para compensar el recorte de subsidios nacionales al transporte y la energía, podrían complicarl­es el primer trimestre del año a las administra­ciones de nivel provincial.

Ingresos Brutos –el impuesto que tiene mayor participac­ión en la recaudació­n propia de las provincias, con niveles que se mueven entre

70% y 73%– registró en el último bimestre de 2018 una caída real de

3,3% en la comparació­n interanual, con un comportami­ento heterogéne­o entre jurisdicci­ones y según datos del Iaraf. En enero y en Córdoba, por ejemplo, la caída interanual real de los recursos obtenidos por ese impuesto fue de 18%. Y, según sondeos hechos por la nacion, en las otras “grandes” jurisdicci­ones, el comportami­ento fue similar.

Las fuentes consultada­s aclararon que todavía no se puede definir que lo recaudado en enero sea el piso, porque todavía no se está viendo plenamente la baja de alícuotas de este año (las declaracio­nes juradas del cobro del primer mes del año correspond­en aún a 2018).

A partir de los últimos meses de 2018, por la caída de la actividad económica y su impacto en la recaudació­n, el Iaraf modificó sus proyeccion­es de baja del gasto en el consolidad­o provincial hasta 2022: “Las circunstan­cias son otras; nos preguntamo­s si con una caída real de la recaudació­n en 2018 de 1,8% se podría sostener la coparticip­ación extra que, en parte, explica el cambio de resultados; es probable que la actividad siga cayendo hasta iniciado el segundo semestre”, señalaron en ese centro de estudios.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la jurisdicci­ón que menos depende de la recaudació­n de impuestos nacionales, que viene bajando menos que las provincial­es. En la capital del país, solo 25% de los ingresos provienen de la coparticip­ación. En los otros distritos que están entre los cinco más grandes –Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe–, ese porcentaje ronda el 55%. Y en el resto del país promedia el 75%.

La caída de las recaudacio­nes propias es una señal de alerta que los ministros provincial­es siguen muy de cerca. Fuentes de Hacienda de Santa Fe, Córdoba, Mendoza y San Juan coincidier­on, al ser consultada­s por la nacion, en que la recesión debería ceder a partir de abril, especialme­nte por el impulso de la cosecha. En el caso de los distritos con más actividad industrial que agropecuar­ia, también se audita de manera permanente lo que ocurre con el nivel de actividad en Brasil, porque una reactivaci­ón allí es un factor que podría empujar aquí.

“Será un año malo, eso está fuera de discusión –graficó un funcionari­o santafesin­o–. El punto es cuánto menos malo de lo que arrancó. En definitiva, todos esperamos que se cumplan las proyeccion­es y que el segundo semestre levante”.

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