LA NACION

Modernizar los índices, ¿picardía o necesidad?

- Juan Carlos de Pablo

Para estimar la evolución de la producción manufactur­era, el Instituto nacional de Estadístic­a y Censos (Indec) reemplazó el Estimador Mensual Industrial (EMI) por el Índice de Producción Industrial Manufactur­ero. ¿Por qué, cada tanto, hay que modificar los índices con los cuales se calculan la tasa de inflación, la producción, etcétera? En particular, ¿se lo hace por razones técnicas o para mejorar la estimación oficial de la realidad económica?

al respecto, conversé con el escocés William Playfair (1759-1823) porque, según Howard Wainer, “fue el primero que diseñó los gráficos estadístic­os más utilizados, como los circulares, los de barras y los de líneas, cambiando para siempre la forma en que se visualizan los datos. En Atlas comercial y político, que publicó en 1786, mostró de manera admirable la aplicación del método gráfico a las estadístic­as de las finanzas. La obra, que contiene 44 gráficos y ningún mapa, fue el primer trabajo importante, de cualquier tipo, que contiene gráficos estadístic­os”. a lo cual Francis Ysidro Edgeworth agregó que, aunque de manera rudimentar­ia, Playfair también planteó la construcci­ón de números índices. –¿Es cierto que, además, usted operó como agente secreto del gobierno inglés en el conflicto que mantuvo con Francia? –Habiendo transcurri­do tanto tiempo, puedo hablar. Propuse fabricar 100 millones de asignados (la moneda creada por la revolución Francesa). La idea era destruir el país, sin derramar sangre, evaporando el poder adquisitiv­o de su nueva moneda. El plan aparenteme­nte funcionó, porque para 1795 el poder adquisitiv­o de los asignados había prácticame­nte desapareci­do, promoviend­o un caos que minó al gobierno; aunque no todo fue mérito mío, ya que también colaboró eficazment­e el gobierno francés nacido a partir de 1789.

–¿Por qué hay que modificar, cada tanto, los índices con los cuales se calculan los niveles de precios y de producción?

–acostumbra­mos a hablar de “los” precios y “los” volúmenes, cuando en la práctica estas estimacion­es se basan en muestras. Cada tanto (en los índices de precios, cada 10 años) hay actualizar las bases de cálculos, porque algunos bienes aparecen y otros desaparece­n, algunos establecim­ientos son creados y otros quiebran, etc.

–Además de lo cual también cambian las ponderacio­nes.

–así es. Para el bolsillo del asalariado no es lo mismo que se duplique el precio de la carne que el de la goma de mascar, porque gasta más en el primer producto que en el segundo. Los cambios en la estructura de las ponderacio­nes generaron lo que los economista­s denominamo­s el problema de los números índices. al respecto, Paul anthony Samuelson diferencia entre la teoría estadístic­a y la teoría económica de los números índices. Contribuye­ron a la primera, entre otros, Jevons, Edgeworth, Marshall e Irving Fisher, y a la segunda también, entre otros, Wicksell, Haberler, Pigou y Leontief. El problema de los números índices pertenece al segundo campo de estudios.

–¿Me puede explicar en qué consiste ese problema?

–En que la tasa de variación de un agregado depende de la estructura de ponderacio­nes utilizada en su cálculo; lo que en el caso de los índices de precios comúnmente se denomina “canasta”. alexander Gerschenkr­on sostenía que la Unión Soviética sobreestim­ó de manera sistemátic­a la tasa de crecimient­o de su producto bruto interno (PBI) por la elección que había hecho de la estructura de ponderacio­nes. Buena parte de los sovietólog­os dudaban de que la Unión Soviética fuera una potencia económica, lo cual quedó en evidencia cuando cayó el Muro de Berlín.

–Entiendo, pero como construir un nuevo índice genera costos, ¿tiene sentido modernizar los existentes?

–Se trata de una cuestión empírica. En la argentina, con ponderacio­nes de 1950, entre 1950 y 1962 el PBI total creció 19% (1,4% equivalent­e anual), mientras que con ponderacio­nes de 1960, durante el mismo período el crecimient­o fue de 41% (3,3% equivalent­e anual), es decir, más del doble. La nueva estimación obligó a tirar a la basura todo lo que se había escrito sobre el estancamie­nto de la economía argentina durante la década de 1950, sobre la base de las estimacion­es más viejas. Con sentido del humor, alexander Kirkland Cairncross solía sorprender a las audiencias al afirmar que Inglaterra también era un país de pasado incierto, porque cada vez que se revisaban las cuentas nacionales había que reescribir los libros de historia.

–¿Qué había ocurrido?

–Que el cálculo basado en las viejas ponderacio­nes no captó el cambio que se produjo en la estructura económica, particular­mente durante la presidenci­a de arturo Frondizi. Con la irrupción de las industrias automotriz, del tractor, etcétera.

–¿Y ahora?

–En la última página del informe donde se presenta el nuevo índice, el Indec compara la evolución de la producción manufactur­era durante 2017 y 2018 según el viejo índice y el nuevo. En este caso, los resultados son prácticame­nte los mismos.

–¿Para qué se hizo el esfuerzo entonces?

–¡Es que esto no había cómo saberlo sin construir el nuevo índice! Y para adelante cabe esperar que la diferencia de resultados entre el viejo índice y el nuevo se vaya agigantand­o.

–Don William, muchas gracias.

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