LA NACION

Ojalá en 2020 hagamos el mejor argentina Open

- Texto Sebastián Torok | Foto Sergio Llamera

El uruguayo martín hughes, uno de los principale­s ejecutivos de Tennium, la compañía con sede en Barcelona que se convirtió en el socio mayoritari­o del ATP 250 de Buenos Aires desde octubre de 2017, afirma que los primeros objetivos (“Modernizar el torneo, acercar al público con más entretenim­iento”) están alcanzados. La segunda edición del Argentina Open bajo la conducción de los nuevos accionista­s está aprobada, pese a los obstáculos económicos del país. “En lo que respecta al apoyo de las marcas, a la respuesta del público y al feedback con los jugadores, todo estuvo muy bien. Siempre hacemos miles de encuestas para saber en qué estamos bien y en qué no. Las encuestas, básicament­e, van al público en general, que lo que quiere es estar bien atendido afuera de la cancha y tener un buen espectácul­o de tenis. El buen espectácul­o de tenis, jugador más, jugador menos, lo ven, porque este año tuvimos cuatro Top 20. Después está cómo se siente la gente en el área pública, con los entretenim­ientos, con la clase de comida que hay, con los precios, con la calidad y la variedad, los juegos para los chicos, la limpieza... Este año estuvimos todavía mejor. Yo mismo veo las caras, charlo con la gente; la cosa estuvo movida, estuvo bien”, le comentó Hughes a la nacion. –Desde 2015 el cuadro sufrió un cambio: los mejores 4 favoritos empezaron a salir adelantado­s y, por ende, se perdió que en los primeros dos días jugara una de las figuras. Este año, una vez más, hubo una menor concurrenc­ia lunes y martes. ¿Esa modificaci­ón los perjudicó para “vender” las jornadas? –Sí, absolutame­nte. El año pasado, el día martes tuvimos sold out, se vendió el estadio entero. ¿Pero qué pasó? Fue feriado de carnaval, pudo venir la familia entera. Por otro lado, hicimos la experienci­a con los partidos de los integrante­s de la Legión y se llenó. El tema es ofrecer algo atractivo. Después te tienen que acompañar las variables, como el clima. La gente está acostumbra­da a venir más sobre la mitad de la semana para adelante y es una costumbre con la que hay que sobrevivir. Es así. Que encuentres a 5000 o 6000 personas que digan ‘Yo voy igual un lunes o un martes’, casi que no hay.

–Otro tema con el que deben lidiar es con el poderío de los torneos de Europa que se juegan paralelame­nte a los de la gira sudamerica­na, ¿no? De hecho, el cuadro de Río, de categoría 500, es igual al de Buenos Aires.

–Sí, es verdad. Este es un momento especial porque se había generado una distancia entre las figuras-figuras y los que venían detrás. O sea, Federer, nadal, Djokovic y alguno más contra los chicos que venían. A muchos de esos jugadores top, en algún momento los trajimos, pero hay un momento en el que ya no hacen un esfuerzo para cambiar de región, están más cómodos allá. Y los chicos que vienen detrás precisan muchos puntos, tienen otra ambición y todavía no han disfrutado de lo que es Buenos Aires, Río. El tema de la superficie dura de allá también influye. Está claro que facilitarí­a tener cancha dura para que algún jugador cambie de opinión. Pero no podemos estar solos en esto. Al final, somos tres o cuatro torneos solitos. –¿Se sienten aislados?

–no sé si es aislados…, pero las reglas son iguales para todo el mundo y a veces estás muy lejos de los otros: en una superficie que no es la más elegida, con una cantidad de costos en una región que es más volátil… Por ejemplo, con lo que ha pasado este año en la Argentina no es que dicen: ‘Uh, tengamos una atención especial con el Argentina Open porque tuvieron una devaluació­n de la moneda’. no. El prize money hay que pagarlo 100%. Y con la inflación en el bolsillo de la gente, lo mismo. En eso digo que no se nos presta una atención especial.

–Tennium posee otro ATP 250, en Amberes. ¿Qué diferencia­s notan?

–Sí, lo que vemos es que la estabilida­d económica y la seguridad en Europa es la que uno espera y acá hubo más de insegurida­d. El Gobierno nos ha apoyado, hemos trabajado en conjunto para mantener el nivel del torneo. Pero, bueno, comprar un dólar hoy nos cuesta el doble de lo que nos costó el año pasado; así de simple. De todos modos, en la crisis aparece mucha creativida­d. no hemos sufrido tanto desde el punto de vista de la inversión; sí hay que darle más al público y al cliente. La marca que está contigo dice: ‘Yo hago un esfuerzo para poder seguir estando, vamos juntos, pero necesito algo más’.

–¿Y qué plus les dieron?

–Un par de ejemplos. Una marca antes tenía un cartel en la parte de atrás de la cancha y ahora se transforma en un cartel, en una clínica con sus clientes especiales, una visita al backstage del estadio, alguna acción durante el año... Le hemos añadido beneficios para que ellos lo puedan capitaliza­r.

–El torneo tiene el apoyo del Gobierno nacional, a través del Ministerio de Turismo, y de la Ciudad. ¿Es clave para sostener el espectácul­o?

–Es fundamenta­l. Pero no un apoyo de: ‘Te doy plata y nada más’. Una cosa que tenga que ver desde el beneficio. nosotros ponemos el nombre Argentina en 70-80 países durante una semana, tenemos 300 horas al aire, es una locura de repeticion­es. no queremos subvención. no va por ese lado. A todas las marcas les podemos dar un montón de cosas. Salimos a ver qué precisan, si este activo les puede solucionar necesidade­s. Lo digo con total honestidad.

–La próxima edición será la N°20. ¿Qué se puede esperar?

–Siempre hacemos el esfuerzo para que venga lo mejor que se pueda. Muchas veces no está en nuestras manos y no siempre se trata de dinero. La semana que viene, como nunca había pasado ya tan pronto, nos pondremos a hablar de la próxima edición. El 2020 es importante, es especial, vamos a hacer todo el esfuerzo que podamos, ojalá contemos con el entendimie­nto del resto de los sponsors. Si hacemos un esfuerzo en conjunto, ojalá en 2020 podamos hacer el mejor Argentina Open de la historia. Ya estamos pensando en cosas especiales, principalm­ente en nombre de jugadores. –Nadal, Federer, Djokovic..., ¿son una locura?

–Es imposible prometerlo. Lo hablamos, lo charlamos, pensamos en ellos. Diría que Federer es con el que menos vínculo tenemos, pero hablamos de nadal, de Djokovic. Ahora es un sueño. Pero el que no sueña en grande, no vive en grande. Pero si no se puede con ellos hay tres o cuatro nombres que no son lo mismo, pero que lo serán dentro de poco y apuntaremo­s también.

–¿Del Potro?

–Siempre estamos tratando de que Juan Martín venga. Este año coincidió con que desde muy temprano quedó fuera de juego por la lesión; eso nos privó de seguir hablando. Estamos en contacto, hay buena onda y me parece que las cosas se van alineando. El torneo es gigante y se merece un buen festejo.

–¿Qué lectura hacen del ingreso del Grupo Kosmos en el tenis, más allá de la modificaci­ón del formato de la Davis?

–Para mí los cimbronazo­s siempre vienen bien, no solo porque el nuevo que entra trae impulso e ideas, sino porque despierta a los que están adormecido­s. Es, en parte, lo que dije de la situación económica de la Argentina: ¿está bueno pasar por una crisis? no, por supuesto que no. ¿Pero por algún lado nos hizo bien? Sí, en ser más creativos, en cuidar más los costos, unirnos más, ofrecerles más cosas a las empresas. Tal vez lo de Kosmos es lo mismo: gente que piensa distinto, que sacude un poco la cosa y nos va a hacer a todos más fuertes.

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