El poder del pueblo
Los tríos eléctricos –grandes camiones transformados en escenarios móviles– sacuden la ciudad y arrastran multitudes por las calles de la capital bahiana. Locales y visitantes vibran al ritmo del axé y el pagode a lo largo de tres circuitos callejeros donde la gran fiesta explota: Campo Grande, Barra Ondina y Pelourinho. Por acá suelen desfilar hasta altas horas megaestrellas como Daniela Mercury, Ivette Sangalo o Carlinhos Brown, que arengan a las masas, que corren, bailan, saltan y canta detrás.
Por otra parte, blocos como Ilé Ayé, Olodum y Filhos de Ghandhy encienden otra llama en el carnaval de Salvador. Se destacan por su espiritualidad basada en el candomblé, la religión afrobrasileña. No solo utilizan la fiesta para di- vertirse; sus cantos son como plegarias y reivindican los derechos de los afrobrasileños.
La fiesta callejera mas grande del mundo, a la que acuden un millón de personas por año, es gratuita y en la vía pública. Pero también se puede comprar un acceso para vivirla desde los palcos o “camarotes” dispuestos a lo largo de los circuitos, o una abadá o camisa para ir dentro de la “cuerda” de los trios eléctricos, una especie de corralito que separa a quienes pagan del resto del público. Los precios varían mucho de acuerdo a las comodidades del palco y la convocatoria del trío.