LA NACION

Creer en libertad, aún un desafío

- Lorena Oliva

La imagen parece intervenid­a por la artista y escritora japonesa Yayoi Kusama. Una sucesión de puntos multicolor­es se distribuye dentro de los contornos de la ciudad de Buenos Aires de manera más o menos concentrad­a, según el barrio que se mire.

Estamos, en realidad, ante al mapa de la diversidad interrelig­iosa de ese distrito, cuya última actualizac­ión fue difundida por la Dirección de Cultos del Gobierno de la Ciudad a principios de este mes (https://bit.ly/2t034bl). Allí se consigna la ubicación dentro del territorio porteño de cerca de 900 institucio­nes cristianas, judías, islámicas, africanist­as, budistas, hinduistas, espiritist­as, vinculadas a los Testigos de Jehová, a la Escuela Científica Basilio y algunas otras no especifica­das. Cultos y comunidade­s de fe con larga trayectori­a en el país, pero que, en algunos casos, permanecía­n invisibili­zados, a merced del prejuicio y la estigmatiz­ación, y sin demasiado respaldo institucio­nal.

Que el panorama de la diversidad religiosa sea así de amplio es una buena noticia. Sobre todo, si recordamos que hace apenas una década eran más que frecuentes las iniciativa­s públicas y privadas de diálogo interrelig­ioso para las que solo se convocaba a líderes del catolicism­o, el judaísmo y la fe musulmana. Una convocator­ia tan acotada sería impensable hoy. Gracias al trabajo de investigad­ores, institucio­nes y agrupacion­es que abordan la cuestión religiosa desde la óptica de la historia, la sociología o la antropolog­ía, entre otras disciplina­s, el mundo de las creencias locales se fue despojando de supuestos y prejuicios. Aunque restan enormes desafíos por delante, dejó de ser un enigma.

En 2008, cuando se realizó la Primera Encuesta sobre Creencias y Actitudes religiosas en la Argentina, a cargo del CEIL Conicet, un 69,1% de la población en la Ciudad se adscribía como católica y un 9,1%, como evangélica. Entre una y otra cifra, se ubicaba un 18% que se considerab­a indiferent­e en términos religiosos. Una nueva encuesta en la actualidad, mostraría otros guarismos y depararía, segurament­e, grandes sorpresas.

La nueva difusión del mapa porteño cerró la Semana Mundial de la Armonía Interconfe­sional, que fue instaurada por las Naciones Unidas en 2011 para promover el diálogo entre creyentes y una mayor visibiliza­ción de las religiones. El desafío del diálogo interrelig­ioso está lejos de ser, como se puede apreciar, puramente autóctono. Y no hay religiones inmunes al flagelo de la intoleranc­ia.

“¿Podemos preservar la libertad de vivir de una manera sin molestar ni ser molestados por los que viven de otra? ¿Podemos respetar las necesidade­s y los derechos de los que no son como nosotros, como lo hacemos con los que lo son, y podemos asegurar el futuro de este planeta, cuyos guardianes somos todos, en forma conjunta?”, se preguntaba a principios de este siglo el gran Rabino de Inglaterra Jonathan Sacks, durante un encuentro entre cristianos y judíos que tuvo lugar en Londres.

Casi veinte años después, las respuestas a aquellas preguntas no son alentadora­s. Según la asociación internacio­nal Open Doors, unos 245 millones de cristianos sufrieron algún tipo de persecució­n a lo largo de 2018, en tanto que 4305 fueron asesinados y 1847 iglesias, atacadas. Los países más afectados son Corea del Norte, Afganistán, Somalia, Libia, Pakistán, Sudán, Eritrea, Yemen, Irán e India.

Otro informe, el de la Comisión Internacio­nal de Libertad Religiosa de Estados Unidos (Uscirf), señaló que las condicione­s de libertad religiosa se deteriorar­on en todo el mundo en los últimos años. El trabajo puso el foco en 16 países –entre ellos China, Corea del Norte, Arabia Saudita, Rusia, Siria y Nigeria– y señala otros 12 como un peligro potencial: Egipto, India, Indonesia y Cuba, entre otros.

“El mundo moderno nos ha reunido urgentemen­te con este supremo desafío religioso”, reflexiona­ba en aquel encuentro el rabino Sacks, refiriéndo­se a la convivenci­a entre diferentes credos. El reto, a la luz de los hechos, continúa siendo una deuda pendiente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina