LA NACION

El contador de los Kirchner confesaría cómo fue la trama de los negocios hoteleros

Manzanares declarará ante Bonadio sobre la operatoria de Hotesur, la firma que administra­ba los establecim­ientos de Cristina; busca ser aceptado como arrepentid­o

- Hugo Alconada Mon

El contador Víctor Manzanares parece dispuesto a dar otro paso, acaso el definitivo. Quiere contar cómo fue toda la operatoria hotelera de la familia Kirchner –en particular, la del Alto Calafate– mientras ocuparon la Casa Rosada, de 2003 a 2015.

Para eso, Manzanares pedirá ampliar en las próximas horas su declaració­n ante los fiscales que investigan los “cuadernos de la corrupción”. Su objetivo es lograr que al fin lo acepten como “arrepentid­o” y reducir así sus problemas penales, confirmaro­n tanto fuentes cercanas al contador como tribunalic­ias a la nacion.

Ingresado ya al programa de protección de testigos con una seguridad especial, Manzanares ofrecerá contar cómo fue su trabajo para los Kirchner. En particular, daría detalles sobre Hotesur, la sociedad sospechada de lavar decenas de millones de pesos a través de miles de habitacion­es hoteleras que pagó uno de los grandes beneficiar­ios de la obra pública, Lázaro Báez, pero cuyos empleados jamás ocuparon, como reveló la nacion en diciembre de 2013. En esa causa, el contador está procesado.

Manzanares busca que el juez federal Claudio Bonadio lo acepte como “arrepentid­o” en la causa por los “cuadernos de la corrupción”, pero también aliviar sus problemas en el “caso Hotesur”, que instruyen otro juez federal, Julián Ercolini, y el fiscal Gerardo Pollicita, y en el que ya se encuentra procesado, junto con la expresiden­ta Cristina Fernández, sus hijos Máximo y Florencia Kirchner, Báez y otra docena de acusados.

La meta del contador es obtener el arresto domiciliar­io con tobillera electrónic­a. Pero afronta varios obstáculos. El primero, que el “caso Hotesur” se encuentra muy cerca de pasar a juicio oral. Así lo pidió Pollicita en diciembre, por lo que el contador debería seguir el mismo recorrido que Alejandro Vandenbroe­le adoptó en el “caso Ciccone”, cuando tras ser hallado culpable obtuvo una pena menor del tribunal oral por su colaboraci­ón, a último momento, en la primera instancia.

Manzanares también afronta otra dificultad. Sus defensores ya se reunieron con Pollicita, dos veces, y con uno de los fiscales de la causa de “los cuadernos”, Carlos Stornelli, pero esos sondeos fracasaron porque los investigad­ores concluyero­n que el hasta ahora íntimo colaborado­r de la familia Kirchner callaba más de lo que estaba dispuesto a contar.

Detenido desde julio de 2017, Manzanares deliberó con sus abogados –uno de los cuales completó un viaje relámpago a Río Gallegos entre el jueves y el viernes pasados– y decidió redoblar la apuesta. Planea ampliar su rol como “imputado colaborado­r” ante Stornelli, que Bonadio lo acepte como “arrepentid­o” y que, llegado el caso, sea ese juez quien ordene extraer copias y remitirlas a Ercolini y Pollicita y quedarse con los tramos de la confesión del contador que le sirvan para su propia investigac­ión, indicaron miembros del entorno de Manzanares a la nacion.

Por el lado de los fiscales, no obstante, esperan a Manzanares con condicione­s y exigencias, y también lo recibirán con un largo listado de preguntas.

“Manzanares está tirando muy poco. Por eso ya rebotó un par de veces, y Bonadio no lo va a aceptar como ‘imputado colaborado­r’ si no cuenta todo. ¡Si fue el contador de los Kirchner y empezó afirmando que a Néstor lo conocía ‘desde siempre’! Si es así, habrá que escucharlo desde el día uno del mes uno, y después se verá”, explicaron desde el Ministerio Público Fiscal a la nacion.

En esa línea, los fiscales consideran que los dichos de Manzanares sobre cómo el entonces juez federal Norberto Oyarbide cerró la in- vestigació­n por enriquecim­iento ilícito de los Kirchner es “una cosa menor”, cuando en realidad habría que exigirle al contador “que vaya a lo relevante”.

“Si quiere entregar la cabeza del ‘Bochi’, fenómeno”, detalló una fuente tribunalic­ia en alusión a Osvaldo Sanfelice, socio de los Kirchner en una inmobiliar­ia de Río Gallegos, quien también ya se encuentra procesado en el “caso Hotesur” y rumbo al juicio oral. “Pero Sanfelice no alcanza. ¡Manzanares fue el contador de los Kirchner durante décadas! ¡Sabe todo! ¡Que lo cuente!”, desafió.

La estrategia defensiva de Manzanares avanza, además, por una zona aún no delimitada por la jurisprude­ncia sobre cómo y hasta dónde pueden llegar los acuerdos con los “imputados colaborado­res”, lo que no se encuentra regulado por completo, pero tampoco llega a ser ilegal, según indicaron dos jueces federales a la nacion.

Fiscales

“Dependerá de cómo trabajen los fiscales, si participan todos aquellos que instruyen las investigac­iones que se mencionen en la confesión, cómo interactúe­n con la defensa y qué diga y cómo lo diga el ‘colaborado­r’”, indicó un excamarist­a federal consultado por la nacion. Y añadió: “La premisa, en definitiva, es sencilla: el aspirante a colaborado­r tiene que aportar datos y evidencias que permitan ampliar la investigac­ión”.

Por el lado de los fiscales, no obstante, los antecedent­es en la propia “causa de los cuadernos” muestran una dificultad. Aunque mantienen un trato cordial, Stornelli no convocó a Pollicita en dos ocasiones anteriores en que acusados se convirtier­on en “arrepentid­os”.

La primera ocurrió cuando el expresiden­te de la Cámara Argentina de la Construcci­ón Carlos Wagner confesó cómo operó el “club de la obra pública” –y pudo aportar datos específico­s para la investigac­ión de Pollicita sobre la cartelizac­ión en Santa Cruz–, y cuando el extitular del Órgano de Contralor de las Concesione­s Viales (Occovi) Claudio Uberti confesó las coimas que cobró de las empresas del sector –y pudo aportar datos para la pesquisa de Pollicita sobre el fideicomis­o bilateral con Venezuela, donde Uberti se movía como “embajador paralelo”–. En ninguna de esas dos ocasiones Stornelli convocó a Pollicita para que se sumara a los interrogat­orios, por lo que avanzó solo.

Manzanares reveló la semana pasada el modo en que Daniel Muñoz, exsecretar­io de Néstor Kirchner, lavó dinero y adquirió propiedade­s. Precisó que Muñoz le entregó una vez 20 millones de dólares. Ahora, el contador estaría dispuesto a detallar los negocios hoteleros.

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