EL APRENDIZAJE QUE NUNCA LLEGA
“Errores que se repiten”, suelen apuntar las crónicas de las derrotas de Pumas y Jaguares.
En una época, un “error” era no aguantar la demanda física y perder rendimiento en los últimos 20 minutos. Con el tiempo parece ir cerrándose esa brecha.
Un error que está instalado es no manejar cierres favorables (los Pumas 34 vs. Australia 45 en 2018, tras un 31-7 parcial). Es más difícil de quitar: la complejidad de la mente tiene caminos a veces insondables para la voluntad.
Otro error está en la concentración. Relacionado con el anterior, y también con el próximo.
Y ese próximo es uno ya enquistado: la indisciplina. Cometer faltas. El debut en el Súper Rugby dio varios ejemplos: un off-side al minuto que derivó en un try de Lions; retenciones en rucks que desperdiciaron avances prometedores; el no mantenimiento de la distancia en un saque que frustró una recuperación de la pelota.
Cuando esas infracciones ocurren en ataque, son decepcionantes. Cuando suceden en defensa, son caras. En todo caso, siempre son evitables. E inconvenientes: las reglas hacen mayor el perjuicio por la pena que el beneficio por la falta no cobrada. ¿Cuántas veces perdieron Pumas y Jaguares “por penales”? Habrá que ver si la indisciplina se debe a sobreentusiasmo. O a la clásica idiosincrasia transgresora nacional. Pero de todos los “errores que se repiten”, es el más eliminable.
Algo que se repite, y mucho, es la palabra “aprendizaje” en las declaraciones. Y bien se dice que se aprende más de las caídas que de las victorias. Pero aunque por cierto traspiés no son lo que falta, ese aprendizaje se resiste a llegar.