Abusos: el Papa abre un debate inédito
vaticano. empieza una cumbre sobre un tema crítico para la iglesia Católica
ROMA.– La cuenta regresiva ha comenzado. Pasado mañana se abrirá en el Vaticano una reunión crucial, en la que por primera vez, durante tres días, se pondrá sobre el tapete el escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes, un flagelo que hasta hace poco fue un tabú y que dañó como nunca la credibilidad de la Iglesia Católica. Aunque desde que estalló, en 2002, la Iglesia intentó poner en marcha nuevas normas y una “política de tolerancia cero”, Francisco, muchas veces cuestionado por las víctimas de abusos, es consciente de que aún queda mucho por hacer.
En su más reciente documento sobre esta materia, la “Carta a los obispos estadounidenses”, de enero pasado, el Papa afirmó que la herida de la credibilidad causada por los abusos requiere no solo una nueva organización, sino también “la conversión de nuestras mentes, de nuestra forma de orar, de administrar el poder y el dinero, de vivir la autoridad”.
Consciente de la profundidad de la crisis y en medio de una nueva oleada de informes demoledores de abusos por parte de sacerdotes –cometidos décadas atrás en Estados Uni- dos, Alemania, Australia e Irlanda–, y después de haber admitido errores en el manejo de emblemáticos casos de encubrimiento en Chile, el Papa decidió en septiembre pasado convocar a esta reunión para darle una respuesta unificada a un fenómeno global, que amenaza a la Iglesia Católica. Y el Vaticano se ha preparado para el evento muy meticulosamente, en un fiel reflejo de la importancia que quiere darle al tema, del que en el pasado pocos querían hablar.
Tal como destacaron ayer en una conferencia de prensa en la que no cabía un alfiler y en la que el vocero interino, Alessandro Gisotti, habló de la necesidad de “enfrentar al monstruo para poder derrotarlo”, asistirán al encuentro los presidentes de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo. Se trata de 36 prelados de África, 24 de América (por la Argentina, el arzobispo de San Isidro, Oscar Ojea), 18 de Asia, 32 de Europa y cuatro de Oceanía. Además, participarán 14 jefes de Iglesias Orientales, 12 superiores generales de instituciones religiosas masculinas, 10 de instituciones religiosas femeninas, 10 prefectos de dicasterios vaticanos, cuatro miembros de la curia romana, cinco miembros del Consejo de Cardenales, seis miembros del comité organizador, el moderador del encuentro (una persona muy conocida y reconocida, el padre Federico Lombardi, exvocero papal) y relatores. Un total de 190 personas, entre ellas el Papa, que estarán presentes en todas las sesiones y cerrarán el encuentro, sin precedente, el domingo por la mañana, después de la celebración de una misa, con un discurso final.
Otra novedad anunciada por el Vaticano, que pretende despegarse de su característico secretismo, es que gran parte del Encuentro, que tendrá lugar en el Aula Nueva del Sínodo, podrá ser seguido en directo por streaming. Podrán verse los testimonios enviados por video de víctimas de abusos que abrirán el encuentro por la mañana, las intervenciones breves del Papa, así como los nueve discursos (tres cada día, sobre diversos temas) que serán pronunciados por cardenales y, otra novedad, por tres mujeres (dos laicas y una consagrada).
Para que los participantes pudieran entender el drama del abuso, el Papa les pidió meses atrás que se reunieran con víctimas antes de viajar a Roma; además, los obispos debieron responder un cuestionario con preguntas acerca de la situación de abusos en sus países.
Solo las sesiones de preguntas y respuestas que habrá después de cada intervención y, obviamente, las sesiones de los trabajos en grupo, divididos en grupos lingüísticos, de la mañana y la tarde, no serán transmitidos por streaming. Al margen de esta apertura, el Vaticano creó un sitio web especial (www.pbc2019.org) para facilitar el trabajo de los periodistas llegados desde todo el mundo, con materiales de contexto e interés.
“Cada día del encuentro comenzará y terminará con espacios de oración”, adelantó el padre Lombardi, que indicó que cada uno de los tres días del encuentro tendrá un tema principal: el primero, la responsabilidad; el segundo, la rendición de cuentas, y el tercero, la transparencia. Al final de los tres días, el sábado por la tarde, los participantes asistirán a una liturgia penitencial, y al día siguiente, a una misa final.
Así como el Papa, al regresar de Panamá, a fines de enero, intentó bajar la enorme expectativa que rodea la cumbre al destacar que “el problema de los abusos continuará” porque es un “drama humano”, lo mismo hicieron ayer los organizadores. “El Santo Padre, que quiso este encuentro, que es muy importante, nos indicó claramente que a más expectativas más frustraciones. El Papa nos está diciendo que no podemos resolver todos los problemas en tres días; sería una expectativa irracional”, dijo el arzobispo maltés, Charles Scicluna, máximo experto en pedofilia del Vaticano. “Sí, en cambio, es legítimo tener expectativas del seguimiento, fundamental, que deberemos darle a esta reunión”, agregó.