“Quería estar en el podio y cantar el himno”
“Lo que más me gusta es hacer deporte”, cuenta Juampi durante la entrevista, justo antes de mostrar su gran juego y en medio de abrazos, chistes y charlas con otros deportistas. Es que a Juampi lo conocen (y lo quieren) todos en el ámbito del tenis de mesa. En este, uno más de los torneos de CABA a los que llega tras recorrer los 230 kilómetros que separan la capital de su ciudad, además de atletas convencionales hay varios en silla de ruedas.
Héctor es el padre de Juan Pablo, y la cara visible de la familia en esto de apoyar incondicionalmente su carrera. “Vamos a todos lados, nunca abandonamos. Yo soy jubilado y trabajo como remisero en San Nicolás, porque no nos alcanza”, cuenta este hombre que desde muy pequeño le inculcó a su hijo el amor por el deporte. Pero eso no es todo: “Bailo chacarera, zamba y tango en el Ballet Pago de los Arroyos”, acota Juampi, el tercero de cuatro hermanos.
Pero nada le gusta más que agarrar su paleta y picar la pelota. Gracias a su destreza cumplió un sueño que supo contar a todos: “Quiero estar en el medio (del podio), con la mano en el pecho y cantando el himno”. El año pasado, en el mundial de tenis de mesa de Madeira, por fin ese anhelo se hizo realidad, cuando ga- nó contra un deportista francés.
En 2019, los Castet esperan poder participar en tres encuentros: el primero, en San Pablo, Brasil; luego, un torneo americano para personas con síndrome de Down en Morelia, México, y a fin de año, el evento más esperado: los Trisome Games de Australia, una oportunidad única para los deportistas a nivel internacional.
Por ahora están a la espera de la beca nacional que le corresponde a Juampi por ser un número uno, y junto con otras familias se están organizando para formar una federación nacional de deportistas con síndrome de Down. “El pueblo lo ayudó a ir a Portugal y ahora lo va a ayudar a ir a Morelia”, cuenta Castet y no puede evitar las lágrimas.
Todo vale la pena para apoyar a este campeón que, aunque le encanta ganar, es tan sensible como su papá al hablar de él: “Si Juampi nota que un contrincante no está a su altura, reduce su ritmo para acompañarlo en el juego”.