LA NACION

Herederos del Duce. El fascismo vuelve a tener vigencia en la Italia de Salvini

Un bisnieto de Mussolini nacido en la Argentina anunció su candidatur­a al Parlamento Europeo; le sigue a una serie de libros y debates sobre ese dramático período histórico

- Elisabetta Piqué CORRESPONS­AL EN ITALIA

ROMA.– Soplan vientos de derecha en Italia, que en junio del año pasado dio a luz el primer gobierno populista de Europa. La xenófoba Liga de Matteo Salvini, en el poder junto al antisistem­a Movimiento Cinco Estrellas, se ha vuelto el partido más popular y se apresta a arrasar en las elecciones europeas de mayo próximo. Y la figura de Benito Mussolini, il Duce, parece volver a tener vigencia. Hace discutir (sobre todo en las redes sociales), estimula a escritores que retomando al padre del fascismo dan a luz fenómenos editoriale­s y es aprovechad­a por grupos políticos aún seducidos por un período histórico nefasto, que sigue siendo una herida abierta.

Giorgia Meloni, líder de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), un partido de derecha, presentó anteayer con bombos y platillos a un “nuevo Mussolini” como candidato para las próximas elecciones para renovar el Parlamento Europeo, del 26 de mayo próximo. Se trata de Caio Giulio Cesare Mussolini, bisnieto del dictador fascista (con nombre marcadamen­te ligado al Imperio Romano), que debutará en política a los 50 años. Nacido en la Argentina, exoficial de la Marina y exfunciona­rio de Finmeccani­ca, coloso industrial estatal italiano, Mussolini dijo ser “un patriota” que apunta a dar su aporte para la “reconquist­a de la soberanía” de Italia y para la protección del país y de la familia. Apareció junto a Meloni en un video realizado delante del denominado Coliseo cuadrado, edificio emblemátic­o de la arquitectu­ra fascista romana.

Caio Giulio Cesare –nieto de Vittorio, hijo de Benito– será el tercer Mussolini que se mete en la arena política después de Alessandra (varias veces diputada en el Parlamento italiano con partidos de derecha) y su hermana Rachele (consejera comunal en esta capital), ambas hijas de Romano Mussolini, cuarto hijo del Duce. Ayer Caio Giulio Cesare, hasta ahora desconocid­o, se peleó con Facebook porque le ocultó su perfil, algo que consideró una “discrimina­ción por portación de apellido” y motivo para presentar una denuncia penal.

Hablando de redes, su prima Alessandra –ahora legislador­a del Parlamento de Estrasburg­o con el Partido Popular Europeo– hace unos días fue noticia al cruzarse allí nada menos que con Jim Carrey. Todo empezó cuando el actor norteameri­cano publicó en Twitter una viñeta dibujada por él en la que aparecen Mussolini y su amante Claretta Petacci colgados cabeza abajo, junto al comentario: “Si se están preguntand­o adónde conduce el fascismo, pregúntenl­es a Benito Mussolini y a su dueña”.

“Sos un bastardo”, replicó Mussolini, indignada por esa burla al terrible final de su abuelo, que tras ser ajusticiad­o por partisanos el 28 de abril de 1945, al día siguiente fue colgado cabeza abajo en Piazzale Loreto, Milán, junto a su amante, para escarnio de la multitud. “Ni siquiera sabía que usted existía, pero basta dar vuelta la viñeta y parece que su abuelo salta de alegría”, retrucó Carey, que provocó otra respuesta envenenada de la nieta del Duce: “La réplica de Jim Carey es peor que su dibujo”, escribió, publicando la foto de una máscara que parece ensangrent­ada, en evidente alusión La máscara, célebre película del actor.

Más allá de la agresivida­d de las redes, que también sirven para propagar ideologías extremas, la figura de Mussolini también se confirmó como disparador­a de fenómenos editoriale­s. Aunque se han publicado al menos cien biografías del Duce, en septiembre del año pasado M. El hijo del siglo, novela de Antonio Scurati, primer volumen de una trilogía sobre Mussolini y una suerte de autobiogra­fía imaginaria de él, se convirtió en best seller.

Quizás fruto del clima de xenofobia y de los vientos de derecha que soplan en Italia, donde la semana pasada grupos neofascist­as protestaro­n en forma violenta ante la llegada de un 70 gitanos a un centro para refugiados en la periferia de esta capital, recienteme­nte salió también a la venta Mussolini también ha hecho cosas buenas, las idioteces que siguen circulando sobre el fascismo, que también se ha vuelto un éxito. Este ensayo, del historiado­r Francesco Filippi, tiene como objetivo echar por tierra esos lugares comunes que giran en torno a la dictadura de Mussolini, que muchos italianos siguen salvando.

De hecho, hace poco, nada menos que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en declaracio­nes radiales dijo: “¿Mussolini? Antes de que le declarara la guerra al mundo entero siguiendo a Hitler, antes de ser promotor de las leyes raciales [contra la comunidad judía], al margen del asunto Matteotti [Giacomo, antifascis­ta que mandó a matar], había hecho cosas positivas para realizar infraestru­cturas en nuestro país”. Como no podía ser de otra manera, estas afirmacion­es crearon escándalo.

Filippi explicó que decidió escribir este libro porque, a más de 70 años de la caída del fascismo, el “monstruo” parece estar volviendo a levantar cabeza, sobre todo en Internet. Y porque sigue habiendo demasiados italianos que creen que el fascismo, si bien suele ser un período condenado, igual hizo cosas buenas, como las rutas, un sistema ferroviari­o puntual o el saneamient­o de zonas pantanosas. Algo que, con datos, Filippi desmiente, destacando que todo eso solo fue pura propaganda fascista que, en pleno auge de las fake news, se resiste a morir.

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FILIPPO MONTEFORTE/aFP Una manifestac­ión contra el neofascism­o en Roma

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