Desde el Obelisco, Faena busca integrar la región a través del arte
La obra “Un logo para América” llama la atención desde un cartel publicitario en la 9 de Julio
Tallarines con tuco, bife de chorizo, ravioles con estofado. Esas son algunas de las “promociones de la casa” en El Obelisco Bar, en Cerrito al 400, al que entra Alan Faena con su look habitual: vestido de blanco, con sombrero de ala ancha. En este contexto, el empresario argentino llama más la atención que en Puerto Madero o Miami Beach, donde impulsó la transformación de dos barrios enteros con desarrollos inmobiliarios de lujo que llevan el sello de Norman Foster, Rem Koolhaas o Philippe Starck.
“Qué lindo lugar”, comenta Faena sobre este porteñísimo bar, donde se encontrará enseguida con un grupo de coleccionistas. Desde allí observarán cómo pasan las publicidades en una pantalla ubicada frente al Obelisco: hay una modelo que muestra las ventajas de la depilación definitiva, préstamos personales, destinos turísticos ofrecidos por líneas aéreas. Y en ese loop infinito se colarán varias veces por hora una frase escrita en blanco y negro, “This Is Not America”, y un mapa del continente americano. Tal como ocurrió en 1987 en Times Square, en Nueva York, y casi tres décadas más tarde en Piccadilly Circus, en Londres, la obra emblemática del artista chileno Alfredo Jaar se exhibe ahora por primera vez en América del Sur para recordar que la palabra “América” se refiere a todo el territorio que va desde Tierra del Fuego hasta Alaska.
Con esta presentación de “Un Logo para América”, ayer, a las 19, se inauguró la edición porteña del Faena Festival. Impulsado por primera vez en diciembre pasado en Miami, durante la semana de Art Basel, continuará hasta el domingo próximo. “Este es nuestro aporte a la programación de la Semana del Arte. Quisimos traer a Buenos Aires el festival, que tanto éxito tuvo en Miami, con obras recreadas en el contexto local. La idea es proponer un alternativa al mercado con un concepto más abarcativo, en el espacio público y accesible a todos”, dice el impulsor de instituciones como el Faena Art Center y el Faena Forum.
“La idea es que la gente no vaya a buscar el arte, sino que lo encuentre en su camino”, completa Zoe Lukov, curadora de este festival que no se plantea como una competencia de arteBA. Todo lo contrario: en alianza con la fundación que impulsa la feria y el gobierno porteño, ofrecerá pasado mañana, a las 19, una performance de la artista argentina Cecilia Bengolea en la pista central de La Rural –con acceso libre y gratuito– y esculturas de Luna Paiva en el Parque Semana del Arte.
Como en Miami, el Faena Festival apuesta a la transformación a través del movimiento: habrá que trasladarse desde Palermo hasta el Faena Hotel, en Puerto Madero, para participar de la performance que Fernando Rubio realizará para un solo espectador por vez. En la piscina del hotel y en el Faena Art Center, la obra de Isabel Lewis invita a reexaminar nuestra relación con la comunidad y la naturaleza. La programación completa está disponible en faenafestival.com.
“This Is Not America”, la frase de la obra de Jaar que inspiró el nombre del festival, aparecerá mientras tanto, una y otra vez, frente al Obelisco. El monumento porteño ya protagonizó otra impactante intervención artística en 2015. Leandro Erlich desató entonces el pánico colectivo al hacerle desaparecer la punta para trasladarla a la explanada del Malba. “La democracia del símbolo” se tituló aquella primera obra site-specific en la Argentina de Erlich, que este año presentará en el mismo museo su primera muestra antológica en el país. Muy a tono con ese concepto, el Faena Festival “es un rechazo de nuestras tendencias a definir y limitar –dice Lukov–. Es una propuesta para una nueva América, sin límites, que tiene el potencial de ser finalmente el sueño que podría haber sido.”