La continuidad de Coudet: del operativo clamor al “vamos por más”
Entre los gestos y las frases que dejaron los festejos, renovar el vínculo con el director técnico asoma como una tarea encaminada
La escena, en el Cilindro de Avellaneda, involucró a todos los actores: el director técnico Eduardo Coudet, como máximo protagonista; Víctor Blanco, el presidente de Racing, que desea renovarle el contrato al entrenador que recientemente le sumó una estrella al club con el título de la Superliga, y Claudio Chiqui Tapia, el titular de la Asociación del Fútbol Argentino. Fue antes del partido con Defensa y Justicia, del multitudinario festejo de anteanoche en Avellaneda y del veredicto de los simpatizantes, respecto a la continuidad del Chacho como guía del plantel. La consagración, el apoyo de los futbolistas, el abrazo con el director deportivo Diego Milito durante la ceremonia de premiación y la frase del propio Coudet invitan a imaginar que el acuerdo para extender el vínculo dependerá apenas de un par de reuniones.
La frase “vamos por más” que lanzó Coudet fue una caricia para los hinchas y cierto alivio para quienes manejan a Racing. Una señal de que el director técnico, que en algunas instancias fue observado de reojo por el entorno y también por la gente, logró encolumnar a todas las partes. “Tenemos que sentarnos a analizar con el cuerpo técnico y con los dirigentes, pero estamos muy bien; estoy feliz acá. Se puede ganar entrenando y pasándola bien, en un buen clima”, aseguró el entrenador, que a esa altura había recibido la gratitud y también el pedido de los simpatizantes: “el Chacho no se va, el Chacho no se va; y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de Coudet”, las fórmulas de seducción que ensayaron aquellos que poblaron las tribunas.
Si los de afuera ensayaron una especie de operativo clamor, los de adentro también realizaron su parte de la tarea. “Lo veo con ganas de seguir, convencido. Es un tipo que va a analizar bien lo que tenga. El deseo es que siga, pero la última palabra la tiene él”, disparó el capitán Licha López, que con un gesto descubrió la relación con el comandante: mientras le lanzaba agua lo increpaba con un “¿Adónde vas?” y así lo sumaba a la celebración de los futbolistas. “No podemos elegir por él, que es un loco, un apasionado. Y tiene un gran ojo, acertó con todos los jugadores”, animó Alejandro Donatti, a quien el Chacho condujo y valorizó en Rosario Central y pidió como refuerzo cuando tomó las riendas de la Academia.
Las imágenes y las palabras tuvieron diferentes repercusiones en los presidentes Blanco y Tapia. “En los próximos días vamos a avanzar. Me animo a asegurar que si no surge una oferta del exterior imposible de evitar, están dadas las condiciones para que siga. Lo de Coudet va a terminar bien, como lo pidió la gente”, comentó el máximo dirigente de Racing, quien se sentará a dialogar y proyectar el futuro junto con el DT. El escenario, en cambio, diluye la teoría de Tapia, empujado por la sugerencia de César Menotti, director de Selecciones Nacionales, para que el Chacho sea una opción en el caso de que no prospere la gestión de Lionel Scaloni al frente de la Argentina en la Copa América.
La Copa de la Superliga es la próxima estación para Racing, el primer desafío para la frase “vamos por más” que disparó Coudet, un entrenador que a pesar de no comulgar en su totalidad con Milito encontró los modos para que su tarea y la presencia del manager no sufrieran un desgaste. El Chacho es un técnico de primera, pero con escasa presencia en las divisiones inferiores; el Príncipe diseña un Racing a mediano y largo plazo. Juntos, a la par, quieren el mayor beneficio para la Academia.