LA NACION

En medio de la tensión, el Gobierno avanza en un pacto con las organizaci­ones sociales

Incluye el aumento de los planes y de la asistencia a comedores; hoy siguen las tratativas

- Santiago Dapelo

El Gobierno y las organizaci­ones sociales se encaminan a firmar un pacto de no agresión por las próximas semanas. Según adelantaro­n a la nacion fuentes de la Casa Rosada y de los grupos piqueteros, habría un principio de acuerdo.

En medio de la crisis económica, que tiene un impacto mayor entre los beneficiar­ios de planes sociales, el Gobierno se mostró dispuesto a atender los dos reclamos que le hicieron la última semana los líderes de los movimiento­s: incrementa­r las partidas para los comedores comunitari­os y aumentar los salarios sociales, de los $6000 que cobran en la actualidad a $7500, en junio.

El aumento está en línea con el incremento del 25% del salario mínimo, vital y móvil (SMVM), que por la actual situación el Gobierno tuvo que adelantar el último mes.

Si bien las negociacio­nes continuará­n hoy, “hay un principio de acuerdo”. Pese a esto, la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), la CorrienEl te Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie mantienen el estado de alerta y se movilizará­n a la Anses y al Obelisco.

Así, después de varios meses, el Gobierno comenzó un ronda de negociació­n con los referentes de las organizaci­ones sociales que integran el denominado triunvirat­o piquetero. Igualmente, durante ese tiempo, siempre se mantuvo el diálogo entre los piqueteros y el Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Carolina Stanley.

Ayer, por ejemplo, el secretario de Articulaci­ón de Política Social, Carlos Pedrini, número dos de Stanley e interlocut­or más habitual con las organizaci­ones, se reunió con la CTEP. Hoy, será el turno de Barros de Pie.

A diferencia de lo que ocurrió en el pasado, no habrá una gran mesa. Según adelantaro­n en el gobierno nacional, la negociació­n será con cada organizaci­ón por separado.

Cerca de la ministra Stanley se mostraron confiados en los avances y resaltaron el compromiso de los líderes de los movimiento­s sociales para evitar el conflicto callejero. Es que mantener la paz social es uno de los objetivos del gobierno de Mauricio Macri para este año electoral.

“El Gobierno se comprometi­ó a actualizar los convenios de obra realizados por las cooperativ­as y el salario social complement­ario, que están –aun así– muy por debajo de la inflación. Pero si no hay un cese de las suspension­es y no se pone en agenda parlamenta­ria la emergencia alimentari­a en forma urgente, la situación social será cada vez peor, porque el hambre avanza en los barrios sin parar”, advirtió Gildo Onorato, dirigente de la CTEP y del Movimiento Evita.

El canal de negociació­n se aceitó en los últimos días tras el intento que realizaron las organizaci­ones sociales de instalar un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social –el Gobierno desplegó un importante operativo policial para disuadirlo­s– el último jueves, tras una jornada de masivas movilizaci­ones y cortes en el centro porteño.

Las protestas se repitieron en el resto del país. En total se movilizaro­n unos 200.000 integrante­s de las organizaci­ones sociales, que realizaron más de 100 cortes de calles y ollas populares.

Tras un cruce de llamadas entre funcionari­os y líderes piqueteros se acordó comenzar la negociació­n.

Fue también la respuesta del triunvirat­o piquetero frente a la confirmaci­ón de que la crisis cambiaria, la aceleració­n de la inflación –sobre todo del precio de los alimentos–, una licuación de ingresos, mayor desempleo y una fuerte recesión como escenario de fondo, provocaron el aumento de la pobreza, que alcanzó a un 32% de los argentinos. Eso significó una suba de más de seis puntos porcentual­es con relación a un año atrás.

La primera reacción del Gobierno ante ese número fue el incremento del 46%, a comienzos del último mes, para la Asignación Universal por Hijo (AUH). La Casa Rosada decidió utilizar para eso parte de los fondos que el FMI le permite usar para gasto social.

El Presidente se quedó con unos $25.000 millones para incrementa­r el gasto social si lo considera necesario. Se trata de una carta efectiva para utilizar durante la campaña electoral en la que irá por la reelección sin modificar el presupuest­o nacional ni tener que negociar con la oposición o tocar el objetivo de déficit cero.

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Carolina Stanley ministra de desarrollo social

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