LA NACION

Un acercamien­to a los países del Golfo

- Luis Alberto Moreno

Para muchos latinoamer­icanos, la mención del Golfo Árabe probableme­nte genere imágenes de un desierto lejano. Para muchos ciudadanos de países del Golfo, América Latina y el Caribe segurament­e solo evoque los nombres de estrellas de fútbol. Esta falta de conocimien­to mutuo es paradójica si consideram­os que en los siglos XIX y XX nuestra región recibió a cientos de miles de inmigrante­s de habla árabe. Muchos de sus descendien­tes prosperaro­n y algunos llegaron a ser líderes en los negocios y la política en nuestros países.

Sin embargo, estas dos regiones potencialm­ente tan complement­arias no sólo se conocen poco, sino que apenas comercian entre sí. En 2018 el intercambi­o entre América Latina y el Caribe y los países del Golfo Árabe apen assumóunos US$16.300 millones, sólo 7% de todo nuestro comercio con Europa (US$230.000 millones).

Para acercar estas dos regiones, el Banco Interameri­cano de Desarrollo y la Cámara de Comercio de Dubái han organizado en Ciudad de Panamá un foro de negocios, invitando a 700 empresario­s y autoridade­s de países del Golfo. El objetivo es que conozcan a sus pares de nuestra región, hagan contactos y encuentren oportunida­des de beneficio mutuo.

Hay cientos de productos que comerciamo­s con el resto del mundo, pero no con esos países. Un ejemplo: los Emiratos compran US$1600 millones de cobre al año, mientras que América Latina exporta US$15.500 millones. Ninguno de esos intercambi­os ocurre entre nosotros.

La clave está en conocernos mejor. Algunas empresas ya lo han logrado. Hay frutícolas colombiana­s que exportan maracuyá, peruanas que exportan granadas y avícolas uruguayas que exportan pollos a esa región. Debemos aspirar a mucho más.

Hay dos cosas que podríamos hacer relativame­nte rápido para casi duplicar el comercio. La primera es abrir más embajadas. En el BID estimamos que, de contar con más misiones diplomátic­as, el comercio entre ambas regiones aumentaría en unos US$3300 millones al año.

Chile abrió una oficina de promoción de negocios en Dubái en 2006 y estableció su embajada allá en 2009. Tan solo en el año siguiente, las empresas chilenas invirtiero­n una cifra récord de cerca de US$1500 millones en los Emiratos. La aerolínea Emirates comenzó a volar con una escala a Santiago. Además de estimular el turismo y los negocios, sus cinco vuelos semanales pueden transporta­r hasta 70 toneladas de carga, abriendo un mercado para productos perecedero­s de alto valor agregado.

La segunda cosa que deberíamos hacer es lograr más acuerdos comerciale­s entre ambas regiones. En los casi 15 años que llevo en el BID he sido testigo del impulso que les pueden dar estos tratados a los negocios. Acuerdos sobre inversione­s bilaterale­s y doble tributació­n han aumentado el comercio.

Pero a la fecha no tenemos ni un solo acuerdo con países del Golfo. Según nuestros cálculos, los tratados de comercio podrían agrandar el intercambi­o en unos US$9800 millones al año.

Naturalmen­te, no bastará con firmar documentos o abrir oficinas. Ambas regiones tenemos que reducir costos logísticos. En promedio, un container demora entre tres y cuatro días en salir de aduanas en los puertos de nuestras regiones. En Alemania lo hacen en un solo día. Muchos de nuestros países están tomando medidas para agilizar el comercio y las inversione­s, pero tenemos mucho trabajo por delante.

También tenemos una gran oportunida­d para ampliar nuestros horizontes y ganar nuevos socios en una región del mundo que deberíamos conocer mejor. Aprovechém­osla.

El autor es presidente del BID

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