El Museo Histórico Nacional incorpora mil piezas precolombinas
La cesión de las obras de la colección de Nicolás García Uriburu constituye “un salto cualitativo”
Desde joven, Nicolás García Uriburu fue un coleccionista. “Era un coleccionador de todo”, confirmó Azul García Uriburu, hija del artista argentino célebre en el mundo por haber teñido las aguas del Gran Canal de Venecia en 1968 y por haber creado una obra en la que se conjugan el amor por la naturaleza y la libertad. Desde hoy, el Museo Histórico Nacional (MHN) alberga la colección del artista. Un tercio de ese legado se expondrá al público desde mañana en la muestra “Vida y belleza en los Andes prehispánicos”. Las demás piezas se conservan en un depósito del museo al que se podrá acceder con turno.
Ayer al mediodía, en el jardín del museo situado en Defensa 1600, en el Parque Lezama, el secretario de Cultura, Pablo Avelluto; el director Nacional de Museos, Federico Fischbarg, y la directora del MHN, Viviana Melloni de Mallol, recibieron en nombre del Estado argentino la colección del artista de manos de su hija. Funcionarios, familiares de García Uriburu, representantes de la fundación que lleva su nombre y allegados cantaron el Himno Nacional, que interpretó la Orquesta de los Barrios.
Así, se amplía el acervo patrimonial del museo, con una nueva sala destinada a las piezas arqueológicas que García Uriburu atesoró desde que era un adolescente. La cantidad de objetos se eleva a la astronómica cifra de 1033 (ese número se explica porque las cuentas de un collar, por ejemplo, se registran como unidades). Para registrarlas, el equipo del MHN contó con la colaboración de investigadores del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl). Arqueólogos, antropólogos e historiadores trabajan en ambas instituciones públicas. En su discurso, Avelluto les agradeció de manera especial. “El patrimonio de los argentinos está en excelentes manos”, remarcó.
La directora Melloni de Mallol indicó que la cesión de tenencia de las piezas (al tratarse de bienes arqueológicos, no se puede hablar de “donación”) implica un salto cualitativo para el MHN. Gracias a la enorme variedad de elementos como textiles, instrumentos musicales o rituales, cerámicas y minúsculas figuras de animales provenientes de pueblos originarios, se habilita la elaboración de nuevos guiones sobre los tiempos prehispánicos en la región sudamericana. “Desde 1950, el MHN no recibía una colección como esta”, precisó.
Como el gran artista que era, García Uriburu acrecentó su colección guiado por una lúcida mirada estética. Desde mediados de 2018, los investigadores que registraron las piezas cedidas sumaron una dimensión cognoscitiva. La hija del artista prestó tres obras de García Uriburu. Dos de sus “mapas invertidos” de América del Sur y un gran óleo con el escudo nacional se sitúan en el umbral de “Vida y belleza en los Andes prehispánicos.
“Esta colección la fue juntando mi padre desde la adolescencia. Siempre me dijo que las colecciones y las cosas lindas debían ser para compartir y no para que quedaran en una casa”, dijo Azul García Uriburu a la nacion. “Por eso, hoy se cumple su deseo, que también es el mío, de que la colección sea de todos los argentinos”.
Uno de los primeros en visitar la sala principal del MHN y apreciar en persona la colección arqueológica de García Uriburu fue el presidente Mauricio Macri, acompañado por la primera dama, Juliana Awada, y Avelluto. Agradeció calurosamente a la hija del artista la cesión de la colección y comentó su emoción al ver el sable corvo de San Martín, la bandera que en 1812 acompañó a Manuel Belgrano en el Alto Perú y una colección de daguerrotipos. “También quiso visitar la bodega del museo y conversó con el personal”, agregó Avelluto. La de anteayer fue la primera visita oficial del presidente al museo que preserva documentos, emblemas y obras claves de la historia argentina.