LA NACION

El taxista violento podría recibir hasta dos años de cárcel por sus antecedent­es

Claudio Rímolo, quien agredió a otro automovili­sta, cumple desde ayer prisión preventiva domiciliar­ia con tobillera

- Mauricio Giambartol­omei

A los empujones, abriéndose paso entre los periodista­s que lo aguardaban en la puerta de la Unidad Fiscal Norte, el taxista Claudio Rímolo llegó para explicar su violenta reacción frente a un automovili­sta en el incidente de tránsito que ocurrió el viernes pasado en una esquina de Villa Urquiza. No habló. Solo escuchó las acusacione­s que pesaban en su contra y se fue a su casa con dos certezas: había quedado detenido preventiva­mente con prisión domiciliar­ia y se expuso a un juicio oral que podría condenarlo hasta a dos años de prisión efectiva.

Sus antecedent­es por robo, hurto, resistenci­a a la autoridad y abuso de armas se volvieron en contra del taxista que se tomó a golpes de puño con Fabio Rojas, de 50 años, quien conducía un Chevrolet Corsa en la esquina de La Pampa y Combatient­es de Malvinas cuando comenzó la gresca que quedó registrada en video. Por ese episodio, Rímolo está acusado de lesiones y daños; la buena noticia para él es que no prosperó el pedido del abogado del damnificad­o, quien solicitó cambiar la carátula a tentativa de homicidio.

“Rímolo fue declarado reincident­e en otros casos y esa situación le impide que, ante una próxima condena, la pena sea en suspenso. Si Rímolo es condenado deberá ser una pena de cumplimien­to efectivo”, aclaró el fiscal Norberto Brotto, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravenc­ional y de Faltas N° 2 de la ciudad, que interviene en la causa.

A media mañana de ayer, el taxista llegó a la dependenci­a acompañado por su abogado, Martín Castillo, para ser indagado por el fiscal. Rímolo no habló sobre lo sucedido, solo se mostró compungido y hasta en algún momento se le quebró la voz cuando aclaraba que presentará un escrito en el que explicará todos los hechos según su visión. De acuerdo con el video que se viralizó en las redes sociales, a raíz del que intervino la Justicia porteña, Rímolo bajó del taxi para pegarle a Rojas, golpeó el otro vehículo provocándo­le daños en el parabrisas y una vez subido al taxi lo chocó violentame­nte

en reversa. Junto a él viajaban su mujer y su bebé.

La discusión empezó dos cuadras antes, en Triunvirat­o y La Pampa, una zona caliente para circular por el tránsito fluido y los insultos que suelen ser corrientes, aunque sin llegar al desenlace que tuvo el del viernes.

El pedido de prisión preventiva derivó en la modalidad domiciliar­ia por un acuerdo entre la fiscalía y la defensa del damnificad­o, Rojas, a solicitud del acusado y con el argumento de un problema de salud que sufre su esposa. “La mujer tiene una enfermedad cardíaca, una arritmia, y por esa razón se consideró el pedido”, dijo Castillo en declaracio­nes a los medios. De esta forma el taxista deberá esperar en su casa, monitoread­o por una tobillera electrónic­a, el inicio del juicio oral. Se espera que Brotto culmine con todas las declaracio­nes en un mes y luego eleve el pedido al juez.

Según el fiscal, no existieron elementos para caratular el hecho como tentativa de homicidio. “Si el acusado hubiese querido matar al damnificad­o lo podría haber hecho cuando se bajó del auto, cuando se pelean en la calle. Al subirse al auto y chocar al otro vehículo veo una clara intención de hacer daño, de querer romper todo, no de matar”, se explayó.

El lunes, el gobierno porteño suspendió la licencia profesiona­l del taxista amparándos­e en el nuevo Código de Transporte y Tránsito modificado en diciembre pasado. Antes del caso Rímolo ya se habían adoptado tres medidas similares con choferes profesiona­les que habían protagoniz­ado situacione­s violentas.

Según informació­n de la Secretaría de Transporte y Tránsito, en febrero se suspendió la licencia de Matías Tarantini al igual que el permiso que lo habilitaba para la prestación del servicio de taxis. Tarantini fue acusado de agredir e insultar a una mujer por usar un vehículo al servicio de UBER.

En agosto pasado, la Justicia condenó al taxista Miguel Beno a dos meses de prisión en suspenso y a dos años de tareas comunitari­as por ser el responsabl­e de haber atacado a un remise de la firma Cabify; la agresión causó la rotura de la luneta del auto. Y en julio del mismo año, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccion­al Nº 3 al taxista Martín Sensón por un hecho contra la misma plataforma. A ambos se les quitó la licencia.

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Captura de tv Claudio Rímolo, de gorra, al llegar a la fiscalía

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