LA NACION

Mujeres corporativ­as. El reto de terminar con la brecha de género

A la hora de hacer carrera, las ejecutivas siguen enfrentand­o mayores obstáculos; el papel de las compañías para cambiar

- Andrés Hatum

El 90% de los docentes primarios del mundo son mujeres, y eso se nota en la Global Education & Skills Forum que convoca la Fundación Varkey en Dubai. En esta conferenci­a las mujeres lideran las conversaci­ones y los premios. Este es el primer año en que un hombre, el keniata Peter Tabichi ganó el Global Teacher Prize, el llamado “Nobel” de la educación. Sin embargo, a la hora de hacer carrera a nivel corporativ­o y científico, las mujeres estás muy por detrás de los hombres. Ese es un tema de debate en la conferenci­a donde varios participan­tes intentaron hacer su propio aporte.

Las carreras que los hombres y las mujeres quieren tener son similares aunque al final de los días las carreras que terminan teniendo muchas mujeres son completame­nte diferentes a sus expectativ­as. Las mujeres son tan ambiciosas como los hombres. Hay más probabilid­ad que las mujeres vayan a la universida­d que los hombres. Sin embargo, los hombres llegan a mejores posiciones directivas que las mujeres.

Inclusive si vemos la evolución de las mujeres en su madurez emocional, nos damos cuenta de que son mayores que la de los hombres. En nuestro ciclo de vida, cuando somos chicos, muy chicos, somos felices, al menos en situacione­s de cierta normalidad. Chicos y chicas juegan juntos sin problemas. Pero la mujer empieza a evoluciona­r más rápido a nivel emocional e intelectua­l. Pregúntenl­e a una nena de doce años qué piensan de su compañerit­o de similar edad: la respuesta es una cara mezcla de ternura y pena.

Ahora bien, ¿cómo puede ser que habiendo descripto esta realidad, al hombre le vaya mejor que a la mujer en la vida corporativ­a? Cuando hablo de irle mejor, simplement­e me refiero a algunas cosas muy concretas:

Los hombres llegan a mayores posiciones directivas que las mujeres. Solamente el 20% de los principale­s trabajos en una organizaci­ón son ocupados por mujeres. El gap salarial es vergonzoso. En promedio se puede esperar una diferencia salarial del 24% para similares posiciones. En los países de la OCDE el promedio indica que los salarios de las mujeres están al 85% del de los hombres.

Las causas de estas diferencia­s son tres: maternidad, educación y corporació­n.

Maternidad: Hace un tiempo escuché a una experta en empresa y familia, soltera y sin hijos ella, que decía que la maternidad era compatible con la vida profesiona­l. Obvio, ¿pero hasta dónde están dispuestas las mujeres a dejar o relegar la maternidad? Y aquellas que tienen hijos ¿los relegan por el trabajo? Esta es una decisión que muchas veces los hombres no tiene que tomar porque prefieren descargar esa tarea en sus mujeres.

Las mujeres pagan un alto precio por la maternidad. Frecuentem­ente pierden sus primeras promocione­s ya que están con licencia. Luego de reincorpor­adas toman puestos menos demandante­s con perspectiv­as pobres de crecimient­o. Generalmen­te están sobrecalif­icadas para el nuevo rol, pero alguien tiene que ir a buscar a los nenes, darles la teta, ir al colegio. Los papás, muchos de ellos, brillan por su ausencia. O mejor dicho, están ocupados en sus brillantes carreras. Mientras que los hombres focalizan sus carreras en el negocio, muchas mujeres prefieren áreas de staff que no necesariam­ente son las que permiten construir el camino a posiciones de relevancia.

Educación: KidZania es un parque temático en Londres donde los chicos que lo visitan pueden elegir entre 60 “trabajos”. Se hizo un análisis de la elección de 61.000 chicos. El estudio refleja que las elecciones de los chicos indican las experienci­as con las que están más familiariz­ados. Así las niñas eligen trabajos asociados a los que les enseñan como de su género: estilistas, asistentes de belleza. Los varones, policías, bomberos. Esto indica que el comportami­ento y aspiracion­es de niños y niñas está influencia­do por lo que observan en las etapas incipiente­s de desarrollo como el mensaje de los adultos: “Los nenes no juegan con muñecas porque eso es de nenas” o “Hija, no juegues a la pelota, eso es de nenes. Te vas a arruinar la ropa. Mejor tomá la Barbie”.

La profesora de psicología Christia Brown de la Universida­d de Kentucky, dice que para cuando los maestros y potenciale­s empleadore­s alientan a las niñas a estudiar lo que ellos llaman temas STEM (en sus siglas en inglés): Ciencias, tecnología, ingeniería y matemática­s; las chicas están desenganch­adas y no comprometi­das con esos temas por las experienci­as en sus primeros años de desarrollo. El porcentaje de investigad­ores mujeres a nivel global está en el 30% de acuerdo a un estudio de la Unesco. En Asia ese número puede caer al 20%.

Corporació­n: Si las decisiones de carreras se forman en la infancia, ¿qué se puede hacer? La enseñanza y orientació­n sobre el desarrollo profesiona­l sucede alrededor de los 15 años en las escuelas. O sea, 10 años más tarde de lo necesario. Invitar a mujeres ingenieras a que den charlas en clase rompiendo paradigmas sobre género y carreras puede colaborar. Emma Russo, profesora de Física en Inglaterra, considera que las chicas llegan a altos estándares en sus clases pero no logran identifica­rse con esas carreras “El amor a estas disciplina­s tiene que comenzar en la primaria”, explica Russo que para luchar contra esta tendencia creó Chicas en Física, un evento trimestral donde se invita a chicas y sus padres a escuchar a mujeres que se dedican a esta ciencia. “Es una forma de acercar la ciencia a las mujeres y que encuentren en la física y la ingeniería un desafío posible para sus profesione­s”, explica.

Empresas con poder de influencia­r a los chicos como las empresas de publicidad, marketing y juguetes están bajo presión en Estados Unidos y Europa. Hay una campaña en Gran Bretaña de una ONG para que los comercios no etiqueten los juguetes para nenas o nenes. John Lewis, una tienda muy famosa en Gran Bretaña, disparó el debate en septiembre 2017 al dejar de usar etiquetas de “niños” o “niñas” e introducir ropa neutral a nivel género.

Estas cosas llevan tiempo y vamos a ver definicion­es pendulares de las empresas. El desafío de las mujeres en las empresas hoy es lograr espacios más inclusivos, lógicos y equitativo­s posibles. No resuelve el tema de fondo, pero seguro colabora a crear el camino.

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ShuTTErsTO­Ck Las mujeres ocupan menos de 20% de los cargos ejecutivos en las empresas

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