Antes de abrir, arteBA ya hizo sus primeras ventas
Con buenas expectativas, hoy, a las 14, queda habilitada para el público; en la jornada previa para invitados especiales se hicieron adquisiciones
Cuando abrieron las puertas de arteBA a la prensa e invitados VIP, ayer al mediodía, ya había pasado de todo. Juliana Awada había visitado varias galerías, mientras comenzaban a concretarse las primeras ventas. Habitué de la feria próxima a cumplir tres décadas, la primera dama se detuvo ante una de las obras más cotizadas de la exposición: una pintura de Jorge de la Vega de siete metros de ancho exhibida por María Calcaterra, propiedad de un coleccionista que aún no le puso precio.
Ante esa pintura pop de uno de los artistas emblemáticos del Mudos seo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), valuada en una cifra superior al millón de dólares, se detuvieron también el coleccionista Eduardo Costantini, fundador del museo, y su flamante directora artística, Gabriela Rangel. Amiga de varios artistas argentinos, como Marta Minujín, fue recibida con abrazos en la feria un día después de que se anunció su nuevo rol, que asumirá en septiembre. Mientras tanto, bajo su supervisión, el museo compró cuatro fotografías de George Friedman en Vasari, gracias a una donación de ICBC, y una escultura de Diego Bianchi en la galería parisina Jocelyn Wolff.
Acompañada por Alec Oxenford, en su último año como presidente de arteBA Fundación antes de que tome la posta Amalia Amoedo, Awada se interesó también en Daniel Maman por las esculturas de Pablo Suárez, protagonista hasta febrero último de una retrospectiva en el Malba. Otra pieza de Leandro Erlich, que tendrá su primera antológica este año en el mismo museo, le llamó la atención en Ruth Benzacar. Se exhibe junto a una instalación de Mariana Telleria, la rosarina que representará desde mayo a la Argentina en la Bienal de Venecia y que acaba de instalar una escultura pública en la cercana Plaza Intendente Seeber, sede principal de la Semana del Arte.
La obra de esta última –igual que de Marie Orensanz, que también instaló una obra en el Parque Semana del Arte– fue comprada de inmediato por coleccionistas argentinos. También se vendieron allí una escultura de Luciana Lamothe, invitada días atrás a realizar obras in situ en Art Dubai, y una fotografía de Tomás Maglione, una de las cinco obras que compró La Rural en distintas galerías.
“Ya es mía”, le dijo poco después otro coleccionista con acento extranjero al joven artista argentino Eduardo Basualdo en el stand de la galería alemana PSM. La argentina Cosmocosa anunció más tarde que ya había vendido obras de Gustavo Marrone, Eduardo Costa y unos impactantes tor
sos desnudos de Luis Frangella.
Los precios en dólares no amedrentaron tampoco a los directores de museos. Un retrato realizado por Marcia Schvartz en 1980 se vendió en la galería Vasari al Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan, tras una negociación que duró apenas unos minutos. El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba) eligió una pintura de Tulio de Sagastizábal en Palatina mientras Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes, recorría la feria con la directora artística Mariana Marchesi.
Gracias al programa Matching Funds, impulsado por arteBA Fundación y el Banco Ciudad, el Castagnino+macro de Rosario no tardó tampoco en comprar dos fotografías de Grete Stern y Horacio Coppola en Jorge Mara-La Ruche, y el Museo Provincial Timoteo Navarro de Tucumán se llevó otra de Paula Otegui de Pabellón 4.
“También hay dibujos desde mil pesos”, había aclarado por la mañana Julia Converti, gerente general de arteBA, en la conferencia de prensa ofrecida para presentar a los curadores de cada sección. Entre otros estaban José Luis Blondet, curador del Lacma de Los Ángeles y del Solo Show en arteBA, y Abaseh Mirvali, directora del Museo de Arte Contemporáneo de Santa Bárbara y una de las “embajadoras” de arteBA en Cardinal Site, el sector más internacional. “Entendemos la feria como un punto de encuentro –agregó Converti–. Nos interesa invitar curadores de afuera para generar puentes con la escena local”.
Los curadores locales también demostraron su talento en esta 28ª edición de la feria, que reunió a unos 180 coleccionistas, y una veintena de curadores y representantes de museos extranjeros. El italiano Jacopo Crivelli Visconti, residente en San Pablo, se contó ayer entre cientos de personas que se detuvieron ante una de las piezas más atractivas de la feria, ubicada en la entrada del Sector Principal: Línea
de vida, performance de la artista colombiana María José Arjona. Se trata de una instalación de 2065 botellas colgadas del techo, con cuerdas amarillas. Producen un fuerte sonido que se hace sentir en todo el pabellón al chocar entre sí cuando son activadas por la artista, que tiene formación en danza. Fue seleccionada para la sección Zoom por Teresa Riccardi, directora del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori. Ella también es la responsable del atractivo pabellón dedicado a performances de Margarita Paksa en el Parque Semana del Arte.
Llovieron también los elogios para Alejandra Aguado y Carlos Herrera, curadores de la nueva sección Utopia, dedicada a las galerías emergentes. Ambos sorprendieron con su selección de artistas y con la propuesta de montaje en el pabellón Equinos, que comparte con Isla de Ediciones. En este último espacio, curado por Agustín Diez Fischer –director de la Fundación Espigas– es posible descargar con códigos QR una biblioteca virtual de artistas mujeres latinoamericanas.
Los invitados especiales comenzaron a llegar después de las 18, tras la inauguración oficial. Estuvieron, entre otros funcionarios, Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires; su ministro de Cultura, Enrique Avogadro, y Pablo Avelluto, secretario de Cultura del gobierno nacional. Hoy al mediodía se repetirá una foto parecida en la Biblioteca Nacional, cuando se anuncie la donación de una obra de Leandro Katz exhibida allí desde septiembre último, cuando se realizó la semana de Art Basel Cities: Buenos Aires.
La alianza de tres años del gobierno porteño con la feria suiza culmina esta semana con charlas que integran la programación de la Semana del Arte. Y aunque Avogadro adelantó que el plan es continuar con el vínculo “de otra manera”, Art Basel ya parece tener el foco y los recursos puestos en la celebración internacional de su 50º aniversario. Según anunciará hoy, el ambicioso proyecto abarcará en 2020 programas curados en sus tres sedes de Basilea, Miami y Hong Kong, para seguir impulsando la expansión global del arte contemporáneo.