Kuczynski quedó bajo arresto por un caso vinculado con Odebrecht
El expresidente permanecerá detenido 10 días mientras avanzan las pesquisas; allanarán sus viviendas
LIMA.– “Tengo que colgar porque hay gente en la puerta”. El expresidente peruano Pedro Pablo kuczynski lanzó su última frase en libertad segundos antes de ser detenido, ayer, en su casa del barrio limeño de San Isidro, en el marco de una causa de corrupción vinculada con la constructora brasileña Odebrecht, cuyos manejos en el país sembraron un tendal de detenciones entre la elite política.
El exmandatario conservador de 80 años, que renunció en marzo del año pasado, cuando estaba a punto de ser destituido por juicio político, fue detenido a pedido de los fiscales que llevan la causa mientras avanza en la investigación. Según la orden judicial, podría estar arrestado por un máximo de 10 días, período que podría reducirse o incluso revocarse si sus abogados apelaran la decisión.
La fiscalía afirma que kuczynski realizó “actos de blanqueo de capital” cuando era ministro del gobierno del presidente Alejandro Toledo (2001-2006) en la construcción de una ruta que une Brasil con Perú, así como de una obra de irrigación. Los proyectos cuestionados son la Carretera Interoceánica y el proyecto hidroeléctrico Olmos, adjudicados a Odebrecht en el gobierno de Toledo, prófugo de la Justicia por un millonario soborno de la constructora.
En estos 10 días, el fiscal y la policía allanarán las distintas viviendas y propiedades que kuczynski tiene en Lima, así como las de su secretaria y chofer, para quienes también se dictaron órdenes de detención. Mientras tanto, permanecerá en la sede central de la Policía de Lima a la espera de que el fiscal defina si lo deja en libertad o si pide su ingreso en prisión preventiva, como ya ocurrió con la líder opositora keiko Fujimori, que cumple tres años de cárcel.
kuczynski fue arrestado mientras terminaba una entrevista por teléfono con la radio W, de Colombia. “Tengo que colgar”, dijo luego de señalar que estaba siendo sometido a una “persecución”. kuczynski alegó que los exdirectivos de Odebrecht habían declarado ante el juez de la causa en Brasil que “no tenía nada que ver en estas acusaciones”. “Nada más puedo decir”, concluyó. En su cuenta de Twitter agregó que afrontaba “un momento muy duro” y que su detención era “una arbitrariedad”.
Imágenes de la televisión local lo mostraron bajando de una camioneta todoterreno blanca junto a varios agentes en la cochera de la fiscalía, caminando con las manos en los bolsillos y luego estrechándolas con los funcionarios.
El objetivo de los allanamientos es la “detención y la incautación de cosas relevantes para la citada investigación (desprendibles de cuentas bancarias, depósitos electrónicos, documentos de compraventa de bienes muebles y escrituras públicas, entre otros objetos del delito)”, señaló la resolución judicial.
Su captura fue solicitada por el fiscal José Domingo Pérez, miem
bro del equipo que investiga a la elite política local acusada de recibir sobornos de la constructora brasileña. Fue el mismo fiscal que llevó a la cárcel a keiko.
kuczynski, un exbanquero de Wall Street, fue presidente entre 2016 y 2018, cuando renunció por un escándalo ligado a la compra de votos de legisladores de la oposición a cambio de favores políticos. Lo reemplazó su primer vicepresidente, Martín Vizcarra, que debe completar el mandato hasta 2021 y no bien asumió se lanzó a una cruzada contra la corrupción.
Acorralados
Todos los presidentes que gobernaron el país desde 2001 tienen cuentas con la Justicia por sus nexos con Odebrecht. Sobre Toledo pesa una orden de detención, pero reside en Estados Unidos; Alan García (2006-2011) tiene prohibido dejar el país e intentó asilarse, sin éxito, en la embajada de Uruguay en Lima, mientras que Ollanta Humala (2011-2016) también estuvo preso entre 2017 y 2018. keiko, por su parte, fue candidata en dos ocasiones.
Ese abanico de arrestos y acusaciones puso circunstancialmente del mismo lado a dirigentes de distintas tendencias, habitualmente enfrentados pero igual de contrariados por sus múltiples cuentas con la Justicia. Usados a menudo como arietes por los políticos para promover causas penales contra sus rivales de turno, los tribunales peruanos se han vuelto un búmeran que no perdona a nadie.
Alan García dijo que la detención de kuczynski era “abusiva y mediática”, en tanto que el legislador Carlos Tubino, vocero del partido de keiko Fujimori, dijo que la detención preliminar en Perú se usa para ejercer “presión psicológica”.