Cuando los economistas hablan de política
Arriazu, Machinea, Fanelli y Roque Fernández señalaron la incertidumbre que se vive en un año electoral
“No quiero dar pronósticos”. La frase que más se repitió en Expo EFI en boca de los economistas los obligó a mostrar más su faceta de cientistas sociales y a hablar de “expectativas” y de “incertidumbre política” en vez de “crecimiento” y “dólar”, términos que hace pocos meses tenían una presencia fuerte en sus discursos.
Los consultores se mueven con cautela por estos meses. “Para poder pronosticar tendría que poder pronosticar qué van a hacer los argentinos”, dijo, resignado, Ricardo Arriazu. En diálogo con la nacion, dio respuestas muy cuidadas y se limitó a criticar la utilización de la tasa de interés como herramienta preponderante de política monetaria (“ayuda en el corto plazo, pero nunca en el largo”, matizó). También hizo un mea culpa para él y todos sus colegas: “Dejé de dar pronósticos porque si mirás las encuestas que hace el Banco Central [el Relevamiento de Expectativas de Mercado], a inicios de 2018 proyectaba un tipo de cambio a $22 para fin de año”.
“Lo que incide es la incertidumbre del candidato, no la incertidumbre sobre el pago de la deuda”, añadió su colega José Luis Machinea, y así expuso la otra gran línea de discurso de la jornada: la economía subyugada al devenir electoral. Lo acompañó en un panel otro economista, José María Fanelli, quien no ahorró comentarios sobre la influencia de la política en el futuro de las variables económicas. “Tenemos un problema básico en una sociedad que no tiene credibilidad, ya sea porque la política está funcionando mal o se inventan términos como ‘la grieta’. No hay ningún plan de futuro que hoy sea creíble, y si nadie apuesta al futuro, no hay inversión, y por ende, no hay crecimiento”, dijo, y propuso como solución un “acuerdo” de gran alcance que siente las bases para un crecimiento sostenible.
“Cuando no hay credibilidad sistemáticamente llamamos al FMI. Ellos no son argentinos y diagnostican, aplican y generan más recesión de lo que necesitan para hacer el ajuste. En este caso, tenemos que echarle la culpa a la política, que necesita que la coordinen desde afuera”, apuntó lapidario.
“En los tres años previos, lo que más influyó fueron los errores de política económica, pero de aquí en más la política será determinante”, siguió luego Machinea. “La preocupación es qué va a pasar con el mercado cambiario, y eso tiene que ver con qué dicen los candidatos y que la gente les crea. Si los candidatos dicen cosas razonables, parte de esa incertidumbre disminuye. Si no, aumenta”, resumió.
La preocupación de los economistas hoy, más que por los números, parece pasar por el discurso. Cuando se definan los candidatos, ya promediando el año, no se van a poder escapar, apuntó Roque Fernández, expresidente del Banco Central. “En ese momento van a tener que contestar las preguntas que les hagan. ¿Qué van a hacer con el default? ¿Van a aumentar el déficit? ¿Cómo lo van a financiar? ¿Van a aumentar la expansión de la base monetaria? Porque hoy, cuando se escucha a los potenciales candidatos que andan dando vueltas, prometen crecimiento y desarrollo, pero no dicen cómo”, expresó.