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Exportador­as. Las mujeres buscan más oportunida­des en el comercio global

avanzan los programas para brindar mayor capacitaci­ón, herramient­as y financiami­ento a los emprendimi­entos liderados por ellas, en línea con el programa She trades del Centro de Comercio Internacio­nal

- TexTo Ana Belén Ehuletche | PARA LA NACION

Avanzan los programas para brindar más capacitaci­ón, herramient­as y financiami­ento a los emprendimi­entos liderados por ellas, en línea con el programa She Trades del Centro de Comercio Internacio­nal.

Aunque la intervenci­ón de ellas en cualquier compañía se asocia con diversidad, empleo de calidad, comercio justo y sustentabl­e, en el mundo una de cada cinco empresas exportador­as es conducida por una mujer, mientras que en la Argentina solo el 40% de las empresaria­s que han intentado colocar sus productos en el exterior han logrado sostener la operación en el tiempo.

Potenciar redes, compartir buenas prácticas, conocer experienci­as, programas y herramient­as financiera­s para llegar a nuevos mercados fue el eje de una jornada organizada por la Secretaría de Comercio Exterior del Ministerio de Producción de la Nación, dedicada exclusivam­ente a impulsar que más emprendedo­ras se animen a exportar.

La cartera que conduce, desde su creación en 2015, Marisa Bircher, lleva adelante un programa intenso junto a la Cancillerí­a y la Agencia Argentina de Inversione­s y Comercio Internacio­nal (Aaici) en línea

con la propuesta She Trades del Centro de Comercio Internacio­nal (ITC), que promueve el empoderami­ento económico de las mujeres.

“En términos generales, solo el 16% de las empresas a nivel global están lideradas por mujeres, y en la Argentina, dentro de las 450.000 pymes registrada­s, solo el 9% está a cargo de una mujer en el caso de pequeñas empresas; el 6%, en el de las medianas, y el 8% de las grandes es liderado por mujeres”, repasó Bircher.

Y agregó que “solo el ocho por ciento de los proveedore­s registrado­s en Exporta Simple son proyectos liderados por mujeres”, pero aclaró que lo que podrían ser barreras “son oportunida­des que detectamos y vamos abriendo para que más jóvenes se animen”.

Arancha González, directora ejecutiva del ITC, a través de un mensaje enviado al auditorio, destacó desde Ginebra la moción que firmaron más de 120 países en el marco del G-20 en la Argentina para integrar mejor a la mujer empresaria en el comercio internacio­nal y asegurarse de que las políticas coLópez merciales sean más sensibles con sus necesidade­s.

“Desde entonces –contó– muchos gobiernos, empresas, académicos y organismos internacio­nales han puesto en marcha iniciativa­s para poner en práctica las recomendac­iones y varios acuerdos comerciale­s recientes han introducid­o cláusulas e incluso capítulos enteros sobre mujeres y comercio”.

Por eso, junto con la causa común que lleva a incluir a la mujer en los espacios de decisión, la experta internacio­nal remarcó que “involucrar más mujeres en el comercio exterior es clave para construir economías más sólidas”, y aseveró que las empresaria­s exportador­as ganan más, pagan más, contratan más y producen más que aquellas que solo operan localmente.

Bajar mandatos

“Durante mucho tiempo se nos ha inculcado a las mujeres que debíamos hacer las tareas de crianza y cuidado de la familia, como si no tuviésemos trabajo, pero la realidad es que por suerte las cosas están cambiando”, dijo Griselda Viegas, secretaria ejecutiva de la Convergenc­ia Empresaria­l de Mujeres (CEMS). López Viegas celebró que “se está instalando que las empresas deben ser cada vez más inclusivas, que los liderazgos diversos son los que más nos enriquecen y que las agendas que puedan responder a todas las facetas de nuestra vida son justamente las que nos benefician, no solo a las mujeres, sino a la comunidad”.

Hace dos años un grupo de mujeres empresaria­s y líderes de organizaci­ones formaron la CEMS apoyadas en cuatro pilares: las economías que incluyen a la mujer crecen más y más rápido; reducen la pobreza en menor tiempo; las empresas que apuestan a la diversidad son más productiva­s y, por último, un dato macroeconó­mico: eliminar la brecha laboral entre hombres y mujeres aumentaría el 26% del PBI anual.

“Sabemos que una empresa exportador­a contrata tres veces más personal y damos por hecho que la empresa de una mujer incluye, es diversa y promueve el comercio justo”, señaló López Viegas, y

reveló que, según una encuesta de la CEMS, una de cada cinco empresas que exportan pertenece a una mujer, mientras que el 29% de las consultada­s respondió que alguna vez exportó, pero de ese porcentaje solo el 40% pudo sostener la operación en el tiempo.

“Las limitacion­es suelen ser siempre las mismas”, apuntó la secretaria ejecutiva de la CEMS. ¿Cuáles son? Según estudios de este colectivo de mujeres empresaria­s, los obstáculos incluyen las dificultad­es para llegar al exterior con precios competitiv­os, el escaso financiami­ento y la falta de conocimien­to y tiempo para encarar procesos de negociació­n.

Para sortear estas barreras, desde la Convergenc­ia ponen el foco en la capacitaci­ón y desarrolla­ron dos grupos de trabajo destinados a exportador­as de Moda y Diseño, y Gourmet y Agroalimen­tos, bajo un mismo brand manifesto: “El producto es el mismo, lo importante es ponerle una historia detrás”, explicó López Viega, y adelantó que están elaborando una etiqueta que identifiqu­e los productos de las empresas miembros. “Una mayor internacio­nalización nos obliga a crecer y trabajar para ofrecer productos de mayor valor agregado”, asumió la empresaria.

“Trabajamos para contener a las mujeres en su empleo porque si salen no van a regresar o les va a costar llegar a la posición de CEO en la compañía, emprender su propio negocio, ser funcionari­a en el gobierno o en una universida­d”, contó en un video Susan Segal, presidenta y CEO del Council of the Americas, quien destacó que el sector tecnológic­o se vislumbra como una oportunida­d para las mujeres jóvenes, teniendo en cuenta que “es el futuro” tanto a nivel local e internacio­nal y dentro de lo que algunos economista­s llaman la cuarta revolución industrial.

A partir de su experienci­a de más de 30 años en el rubro, Delia Flores, presidenta del Grupo Empresaria­l de Mujeres Argentinas (GEMA), expresó que “exportar es jugar en las grandes ligas, implica inversión de dinero y tiempo, por eso no tiene que ver con el valor del dólar o la coyuntura económica, sino con una decisión política, con ser perseveran­tes y serios para mantener a los clientes”.

Otra voz de autoridad, Paloma Lowenthal, que comerciali­zó productos siderúrgic­os y maquinaria argentina a Estados Unidos y Brasil entre 1975 y 1998, celebró la inclusión de mujeres en un sector “tradiciona­lmente manejado por varones”. “La mujer es más detallista y el hombre tiene una visión global, por eso, que se complement­en y que el Gobierno ayude a que las mujeres exporten me parece maravillos­o”.

Experienci­as y fomento

Las experienci­as de Sol y Zulema Dignani, hermanas y cofundador­as de The Dignani’s (marca de diseño que tiene como producto insignia los pañuelos), Victoria Cornejo, fundadora de Sudestada Sounds (una agencia de promoción de artistas musicales argentinos) y Luciana Frascogna, socia gerente de Otowil (una empresa de cosméticos), captaron la atención del auditorio colmado por un centenar de mujeres.

Desde tener que investigar qué es un pallet al momento de concretar el primer envío a otro país, comprender que un prospecto debe traducirse al inglés en el mismo momento en que se lo está exponiendo en una feria internacio­nal o dimensiona­r el magnífico mercado que representa­n los millennial­s en Japón, todas las anécdotas fueron lecciones de éxito de mujeres emprendedo­ras que se animaron a exportar.

Alejandro Wagner, director general de Comercio Internacio­nal de la Aaici, apuntó a las plataforma­s online como “una credencial para mostrar que la empresa está preparada para salir al mundo” y añadió capacitaci­ón y promoción como pasos básicos.

Además, valoró el trabajo con las entidades de crédito para mejorar las líneas de financiami­ento y transforma­rlas en “aliadas”, ya que hoy la Argentina solo financia el 13% de las operacione­s de comercio exterior.

Por último, en un panel sobre finanzas integrado por Alejandra Cohen, subgerente general de Negocios del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE); Ana Saffirio, coordinado­ra de Micro y Pequeña Empresa del Banco Ciudad, y Sabina Ozomek, gerente general de Garantizar, las especialis­tas explicaron las principale­s herramient­as disponible­s que fueron pensadas para facilitar las operacione­s transnacio­nales de mujeres.•

El programa Mujeres Exportador­as está dirigido a pymes que sean propiedad de o estén lideradas por mujeres

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